Luego de muchos años. atrasos, problemas internos de desarrollo y hasta una guerra que sacudió el estudio, S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl al fin está entre nosotros. El juego desarrollado por el estudio ucraniano GSC Game World no tuvo una producción sencilla y, al mismo tiempo, fue una de las entregas más esperadas de los últimos años.
Su primer tráiler entusiasmó a todos los jugadores que ya conocían la emblemática saga S.T.A.L.K.E.R como también a nuevos jugadores que se vieron impresionados por su premisa y su apartado gráfico y ambiental. La idea de realizar un videojuego dentro de una Zona de Exclusión de Chernóbil donde conviven misterios, monstruos y facciones con distintos objetivos y modos de vida es una propuesta irresistible.
A medida que fuimos conociendo más detalles del videojuego, más entusiasmaba su propuesta a los jugadores. A todo esto se le sumó el comienzo de la Guerra entre Rusia y Ucrania lo que hizo que el desarrollo del juego se pausara y el mismo estudio subiera contenido alrededor de lo que estaban viviendo sus trabajadores en el conflicto bélico. Luego de mucha incertidumbre, finalmente la producción del juego continuó lo que también incrementó su mística de cara a este esperado lanzamiento.
Cuando un videojuego o producción cultural es tan esperada comienza a desarrollar distintos tipos de expectativa en las personas y esto termina afectando el contacto con el juego final. En lo personal, no sólo tenía muchas ganas de jugarlo sino que también esperaba un título que se convirtiera, al menos, en uno de mis favoritos del año. Esto desencadenó, quizás por error mío, en que S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl me genere más sentimientos encontrados que certezas.
No suelo arrancar las reviews por el apartado de rendimiento pero, en esta ocasión, debo hacerlo ya que afectó fuertemente mi experiencia con el juego. Jugué a S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl en PC y sufrí durante todo momentos distintos problemas de rendimiento no solamente en cuanto a bajones de FPS sino también a bugs visuales, bugs auditivos y distintos problemas estructurales que complicaron el desarrollo de mi partida.
Movimientos raros de NPCs, cambios sonoros abruptos, misiones que tuve que rehacer por bugs fueron algunos de los problemas que tuve con el título en todo momento y que complicaron mucho mi inmersión en él, más teniendo en cuenta que este apartado es una de sus propuestas principales. Ver a los enemigos respawnear delante tuyo por arte de magia, que atraviesen paredes y hasta que te disparen a través de ellas vuelve difícil que te logres sentir dentro del título.
Una de las razones por las que no suelo comenzar hablando de estas situaciones es que pueden ser corregidas por el estudio y dejar este análisis o cualquier otro obsoleto. Incluso, durante los últimos días antes de su lanzamiento, el juego recibió varias actualizaciones por lo que posiblemente el título que se juegue hoy en día sea diferente al que me tocó reseñar. Sin embargo, los problemas de rendimiento y bugs que tuve fueron muy estructurales por lo que me da la impresión que no va a ser algo solucionable tan solo con un parche.
Dicho esto, voy a ignorar en lo que resta del análisis el apartado de rendimiento para centrarme en el juego y en los otros aspectos que me gustaron y también me dejaron esas sensaciones encontradas. En S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl, nos ponemos en la piel de Skif, un stalker solitario que busca sobrevivir y hacer su propio camino dentro de La Zona.
Uno de los apartados que más me gustó del juego es que en todo momento se siente la libertad narrativa y cómo tus acciones desencadenan otras en todo el mundo. A lo largo de la historia, conocemos muchos personajes, misterios y secretos que tratamos de descubrir. Será nuestra decisión cómo llevamos adelante la historia, en quienes confiamos, a quienes traicionamos, a quienes decidimos eliminar y hasta a quienes dejamos vivir.
La Zona es un lugar lleno de peligros con anomalías y criaturas que buscan matarnos. Así y todo, el hombre sigue siendo nuestro principal peligro y el juego lo deja muy en claro ya que nosotros no somos los únicos que decidimos el futuro de los demás sino que también podemos ser una herramienta para los demás y, quizás, ellos también puedan traicionarnos y darnos la espalda de un momento a otro.
La historia de Skif no es tan interesante como la de los personajes, facciones y el mundo que está a nuestro alrededor y eso se siente muy bien en todo momento. Los primeros compases del juego se me volvieron tediosos o sentí que le costó arrancar desde lo narrativo pero, a medida que vamos avanzando y las piezas empiezan a encajar, la historia y todos sus derivados comienzan a ser atrapantes.
S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl se desarrolla en un vasto mundo abierto que tiene distintos puntos de interés y refugios. La estructura del juego se divide en misiones principales y secundarias, siendo las secundarias muy importantes para conocer los trasfondos de cada personaje y lugar, y un punto importante para poder tomar mejores decisiones. Algunas misiones secundarias afectan directamente el desarrollo del juego y lo que podemos hacer o no en las principales por lo que es importante estar al tanto de todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.
Por más de que sea muy continuista a la saga S.T.A.L.K.E.R, el desarrollo de su mundo abierto no me terminó de convencer ya que desviarse y perderse en él no recompensa realmente al jugador ni logró generarme un atractivo en ese sentido. La mayoría de las veces el mundo se limitó a ser una larga caminata desde el punto A al punto B. A esto se le suma que muchos de los elementos desafiantes de su universo se vuelven repetitivos con el correr de las horas.
La Zona está infestada de anomalías y peligrosas criaturas. Las anomalías son distintas trampas mortales producto de la radiación que complican nuestra aventura y que generan distintas situaciones como explosiones, rayos, mini tornados y distintos elementos que buscarán hacer nuestra supervivencia más difícil. El problema de esto radica en que una vez que las conocemos y ya descubrimos su accionar, es sencillo esquivarlo o saber qué hacer en cada situación.
Sumado a esto, la radiación, el hambre, el sueño y el cansancio también se vuelven sencillos de sobrellevar con el paso de las horas en el juego y termina siendo algo anecdótico, al menos en su dificultad normal que es en la que lo jugué. Pese a estos elementos que no me convencieron, la ambientación del juego, cuando funciona bien, es increíble sobre todo de noche y cuando hay tormenta. Los ruidos, la sensación de peligro, el movimiento de la tierra está muy bien logrado en muchas situaciones y son un punto muy a favor de la entrega.
El combate es otro de los apartados centrales de S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl y en este punto tuve dos experiencias diferentes. Por un lado, el combate contra otros humanos me gustó mucho ya que me logró hacer sentir tensión en los momentos de tiroteo. Hay una buena variedad de armas y todas las que probé se sintieron diferentes no sólo en su manera de uso sino también en los sonidos de la misma.
Los combates contra las criaturas los sentí más erráticos y poco satisfactorio más que nada por los movimientos extraños de cada monstruo y cómo se siente el impacto de las balas en ellas. Las peleas contra las criaturas más poderosas fueron muy caóticas y poco claras por lo que se me volvieron algo frustrantes y poco satisfactorias.
Cabe destacar que el combate es también el aspecto donde más sufrí los problemas de rendimiento y bugs. Enemigos que se teletransportan, disparos que no impactan y un montón de otras situaciones similares hacen que también sea muy difícil explayarme sobre este punto. De todas maneras, en los momentos en que sentí que el juego funciona bien, los combates contra humanos fueron mucho más satisfactorios que contra las criaturas.
En definitiva, S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl es un buen videojuego que considero que los fanáticos de la saga van a disfrutar. Dicho esto, aún tiene muchas cosas para pulir que no le quitan que las cosas que realiza bien, las hace muy bien. Su universo, su ambientación y su narrativa no lineal son los puntos más destacados de una entrega que tiene mucho para mejorar desde su rendimiento.