La calidad de los controles básicos en las últimas generaciones de consolas viene manteniendo un estándar relativamente alto. Quizás los de esta generación se sientan un poco más frágiles, en especial con respecto al famoso drift en los sticks analógicos, pero todas las plataformas cerradas modernas vienen con un buen control. Sin embargo, siempre hay lugar para mejoras. Sin ir más lejos, tanto Playstation como Nintendo y Xbox ofrecen versiones “superiores” de sus propios periféricos por una módica suma extra. Hace años que Razer, uno de los fabricantes de accesorios más importantes del mercado, viene fabricando su propia línea de controles licenciados para cada marca con un objetivo claro: ofrecer más opciones a los jugadores que no estén conformes con el desempeño de los controles originales o tal vez estén buscando otro tipo de funciones acordes a su estilo de juego.
Razer Wolverine V3 Tournament Edition está pensado para jugar online en títulos competitivos, mejorando los puntos débiles del control de Xbox y agregando un puñado de funciones y atajos más que bienvenidos. Al recibir el producto, lo primero que se me vino a la mente fue: ¿qué tipo de ventaja puede ofrecer a la hora de jugar un título competitivo? Luego de unos diez días de uso constante, en títulos de varios géneros, puedo afirmar que hay varias funciones clave que pueden hacer la diferencia en una partida multijugador. Pero además subsana un par de cuestiones vitales del diseño del control oficial, justificando la compra inclusive para quienes no suelen competir online o directamente no les interesa tanto aprovechar cada ventaja para ganar.
De buenas a primeras vamos a notar que se trata de un control con cable desmontable, pero sin opción para conexión inalámbrica. De ahí el mote “Tournament Edition”, porque en ese tipo de eventos sólo se permiten controles cableados para evitar interferencias y en especial el infame “Input lag”. Esto también le permite a Razer ofrecerlo a un precio más accesible que la versión Pro, pero manteniendo la misma calidad de construcción y componentes en general. Se siente robusto al tacto pero no pesado, con un cable USB a USB-C de 3 metros que permite jugar sin problemas desde una distancia considerable.
Además de contar con todas las funciones de un control tradicional de Xbox, el Razer Wolverine V3 Tournament Edition incluye 6 botones programables. En primer lugar tenemos dos bumpers extra entre los RB y LB y los gatillos, que son ideales para los jugadores que agarran el control haciendo una “garra”. Pero utilizándolo en un FPS vertiginoso como Call of Duty: Black Ops 6 pude sacarle provecho programándolos como un atajo para el equipamiento de soporte y el letal. En segundo lugar, y quizás lo más llamativo del joystick, contamos con 4 paletas súper sensitivas clickeables como si fueran los botones de un mouse. Es difícil acostumbrarse a tener que presionarlas con los dedos anular y meñique de cada mano, pero en la práctica resultaron vitales a la hora de liberar al pulgar de otra función que no sea la de apuntar.
Cuando jugamos un FPS con joystick, uno de los principales problemas es que para agacharnos, saltar, cambiar de arma o recargar necesitamos sacar el pulgar del stick derecho. Eso significa dejar de apuntar, literalmente perdiendo control del arma, por eso es que este control parece diseñado para los jugadores de shooters competitivos. Si practicamos lo suficiente podemos relegar los botones A, B, Y y X a las 4 paletas traseras e independizar para siempre el pulgar. Es cierto que al comienzo habrá errores y una gran cantidad de inputs en falso, pero a la larga es posible acostumbrarse. En mi caso comencé reprogramando únicamente las funciones de saltar y agacharse, y una vez que se vuelve un acto reflejo nos habilita una velocidad de reacción asombrosa. Eso lo noté especialmente en los mano a mano, para pasar de un salto a cuerpo a tierra en cuestión de segundos mientras seguimos disparando o apuntando al rival.
Además de los botones programables, el control viene con componentes de mayor calidad y algunas funciones para adaptarse a cada estilo de juego. Para empezar, los gatillos tienen un recorrido extenso para ofrecer un control analógico más preciso, pero también cuentan con un switch para limitar el recorrido y transformarlos en gatillos de clickeo instantáneo. Esto es vital, por ejemplo, para juegos de pelea en los que el tiempo que demora el recorrido del gatillo puede afectar negativamente la reacción del jugador. Otra gran adición para ese género es la cruceta direccional mecánica flotante de 8 direcciones, que no sólo tiene una membrana de goma para evitar el deslizamiento del pulgar al marcar los movimientos especiales, sino que tiene microswitches que garantizan inputs más rápidos. La cruceta direccional del control original de Xbox siempre fue su punto débil y la del control Razer Wolverine V3 Tournament Edition ofrece una mejora sustancial en todo sentido.
Los sticks analógicos también tienen una construcción superior pensada para evitar el desgaste por fricción y el drifting. Para eso utilizaron anillos que minimizan el roce de los componentes, con sticks más livianos y sensibles. Además la sensibilidad puede configurarse a través de una aplicación dedicada para Xbox y PC, que permite crear varios perfiles para agilizar la transición entre diferentes juegos. Y aquellos que jueguen en PC pueden activar el “Modo Torneo” que aumenta la tasa de sondeo a 1000Hz haciendo, en pocas palabras, que el dispositivo responda más rápido y haya menos riesgo de perder inputs en el fragor de la batalla.
Razer Wolverine V3 Tournament Edition ofrece una experiencia, de por sí, superior a la del control básico de Xbox. La diferencia en la calidad de la cruceta direccional y la posibilidad de recortar el recorrido de los gatillos ya lo vuelven un aliado indispensable para los amantes de los juegos de pelea o plataformeros en 2D. Pero cuando tomamos en cuenta la cantidad de prestaciones extra que tiene, como botones y paletas traseras programables, los sticks anti-drift y la aplicación para personalizar la experiencia a través de diferentes perfiles, es evidente que se trata de un producto creado para los jugadores más competitivos. Si nos tomamos el tiempo de aprender a usarlo, y aprovechamos todas sus funciones, es un control que puede facilitarnos la vida y mejorar notablemente nuestra experiencia de juego.