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Juegos que cambiaron la historia #11 | Fortnite
Cuando hablamos de videojuegos que cambiaron la historia solemos pensar en títulos antiguos que ya cuenten con un recorrido histórico considerable y cuyas repercusiones ya pueden observarse en distintos aspectos. Esto se debe a que el desarrollo de videojuegos lleva tiempo, por lo que pueden pasar varios años desde que la invención de una mecánica o elemento llegue a otros videojuegos o trascienda en algún sentido.
Por ejemplo, no tengo dudas de que Baldur’s Gate 3, el GOTY del año pasado, es uno de los mejores títulos de los últimos años y, si bien, podríamos hablar horas y horas sobre las cosas que hizo de manera maravillosa, todavía es muy difícil imaginarnos su impacto real en la historia de los videojuegos. Seguramente, en los próximos años, comencemos a ver los elementos que se fueron desprendiendo y evolucionando del juego de Larian Studios.
Toda esta breve introducción es para decir que pocos títulos logran cambiar la historia y generar un impacto real en algún aspecto desde el día de su lanzamiento y, uno de ellos, es Fortnite. El battle royale de Epic Games no solo fue relevante por ser uno de los juegos más populares sino también por revolucionar la concepción de los videojuegos e introducir modelos de negocios y contenidos que todavía no estaban arraigados en la industria.
Los battle royale fueron una verdadera explosión en la industria de los videojuegos donde todos los títulos multijugador parecían necesitar de esta modalidad para ser tenidos en cuenta. Incluso Counter-Strike, Battlefield y Call of Duty con Warzone tuvieron que involucrarse en el género que parecía no tener techo. No voy a entrar en la discusión de esta modalidad y quienes lograron prevalecer o no, pero sí señalar que Fortnite fue el título que terminó de impulsar el género y elevarlo a un nivel difícil de superar.
En primer lugar por la cantidad de actualizaciones y cambios constantes que los desarrolladores realizan sobre el juego. Epic Games es una empresa gigante y mostró su poderío en Fortnite con un ciclo de actualizaciones y producciones que pocas entregas logran igualar por temas presupuestarios y por cantidad de trabajadores. Desde el día de su lanzamiento, Fortnite se volvió en el centro de las noticias de todos los medios especializados en videojuegos. Cada nueva arma, cada modificación del mapa, trucos para resolver misiones, cada cosa, por más mínima que pareciera, ocupaba la primera plana de todas las páginas.
Por más de que hoy en día esto ya no ocurra con esa intensidad, el auge de Fortnite duró muchísimo tiempo y uno de los aspectos trascendentales que lo volvieron posible fue su aumento de ambición temporada tras temporada. Cada vez mejores cinemáticas, cada vez eventos más impactantes que hasta jugaban con la realidad como el fue el caso del agujero negro que destruyó la isla y que impidió que los jugadores puedan ingresar al título por tres días.
Sumado a esto, cada temporada y capítulo agregan algo de historia. Los cambios en el mapa como sus temáticas y apariencia no estaban simplemente sujetas a decisiones independientes sino que Fortnite intentaba contar una historia que afectaba y producía los cambios que se iban viviendo dentro del juego. Esta manera de construir una historia es algo inédito en la industria de los videojuegos.
Por otro lado, Fortnite es un título que trascendió su lugar de videojuego para convertirse en una plataforma de contenido y un lugar donde todas las marcas y empresas deseaban estar de una manera u otra. Esto queda en evidencia con la cantidad de skins presentes en el título que van desde figuras emblemáticas del mundo de las películas, series, anime, música y hasta deportistas. En Fortnite es posible hacer un escuadrón con Spider-Man, Levi de Attack on Titan, Ariana Grande y Master Chief de Halo.
De esta forma, el juego en sí mismo se convirtió en una celebración de la cultura pop y un lugar de marketing trascendental donde se realizaron publicidades para películas y hasta conciertos en vivo. En los últimos años (ahora ya no tanto) se hablaba mucho de metaverso y la idea de un espacio virtual y social donde se puedan realizar distintas acciones y, Fortnite, fue quien más cerca estuvo de lograrlo.
El título no solamente era un juego donde cien personas se enfrentaban entre sí, sino que también un lugar donde se podían vivir experiencias distintas que, luego, también evolucionaron con las creaciones de la comunidad y su editor de mapas y juego. Actualmente, al ingresar al título, tenemos una cantidad abismal de propuestas diferentes para elegir el tipo de juego.
Por último, a nivel industria, una de las grandes injerencias de Fortnite es la implementación de pases de batalla como formas no solamente de mantener fidelidad con los jugadores al darle recompensas constantes, sino también como una manera, hoy en día imprescindible, de tener ganancias en un juego free-to-play. En una actualidad con tantos contenidos publicándose continuamente, es muy difícil mantener cautivada a una audiencia por mucho tiempo, sea un videojuego u otro medio de entretenimiento.
Hasta antes de esto, la principal forma de recaudación eran las cajas de botín que te permitían, de manera aleatoria, obtener distintos cosméticos. Este sistema fue muy criticado por los jugadores y hoy en día se encuentra presente en algunos títulos. Por otro lado, los pases de batalla se convirtieron en un aspecto central de todo título que desee prosperar en el mundo free-to-play. Incluso, Overwatch decidió lanzar su secuela con el objetivo de moldear la estructura del juego a este sistema.
Por todas estas razones y muchas más, Fortnite es uno de los juegos más influyentes en la industria de los videojuegos de los últimos años. No solamente por su explosión en lo jugable y alto ritmo de actualizaciones, sino también por poder trascender como videojuego y también como una plataforma de contenido capaz de recibir personajes y elementos de universos inimaginables en este contexto.