El cine de los 80 y 90 nos dejó muchas cosas: peinados dudosos, frases memorables y, por supuesto, monstruos que no solo daban miedo, sino que también lograban caernos bien. Aquí hacemos un repaso de las mejores (al menos para quien suscribe) películas de criaturas traviesas que, en lugar de desearnos la muerte (bueno, algunos sí), nos arrancaron carcajadas.
Siéntate y disfruta de este ranking de los cinco monstruos más simpáticos, torpes y entrañables de esas décadas, con anécdotas, datos curiosos y una buena dosis de nostalgia.
Critters (1986)
Critters llegó con la premisa de unos pequeños aliens peludos y hambrientos que aterrizan en un pueblo de Estados Unidos, y aunque era una idea que mezclaba comedia y horror, lo que obtuvo fue una buena base de fanáticos y tres secuelas que continuaron con el caos de estas insaciables criaturas. Dirigida por Stephen Herek, la película toma un tono de terror cómico similar al de Gremlins, que ya había sido terriblemente exitosa, pero con un enfoque un poco más “espacial”. Estos bichos peludos llegan de una prisión galáctica y traen una amenaza de proporciones interplanetarias.
Los efectos especiales de las criaturas fueron creados por Charles Chiodo y sus hermanos, que dos años después se animaron a Killer Klowns from Outer Space. El equipo logró mezclar una apariencia peluda y aparentemente inofensiva con bocas llenas de colmillos, algo que suscitaba una extraña simpatía en la audiencia. Los Critters, además de comerse todo a su paso (incluyendo humanos), demuestran tener una inteligencia curiosa: burlan a sus enemigos y atacan en manada. A pesar de esto, nada les impidió convertirse en una mezcla entre mascotitas tiernas y amenazas espaciales. Si te encuentras con un bicho negro y peludo que rueda por el suelo y se ríe, ¡huye, amigo, huye!
Leprechaun (1993)
Otro clásico que no solo combinó terror con risas, sino que se convirtió en una franquicia propia. Leprechaun, protagonizada por Warwick Davis (quien ya era una estrella en Star Wars y Willow), nos presenta a un duende irlandés y vengativo al que le han robado su tesoro. La historia parece simple, pero el carisma de Davis y la dirección de Mark Jones lograron convertir a este personaje en uno de los antihéroes más reconocibles del cine de terror noventero. Con sus diálogos cargados de humor negro y una obsesión desquiciada por su oro, el leprechaun hizo que los fans lo amaran y que los productores apostaran por múltiples secuelas (tengo contabilizadas ocho, hasta hay una en el espacio).
Warwick Davis, que mide poco más de un metro, logra hacer que este duende sea espeluznante y, a la vez, extrañamente adorable. Por si fuera poco, Leprechaun incluye momentos donde la banda sonora va de lo aterrador a lo absurdo, con canciones de Public Enemy y un espíritu tan único que nadie se atrevería a robarle el oro a este duende con mal genio.
La tiendita del horror (Little Shop of Horrors, 1986)
Esta adaptación a la pantalla del clásico musical de Brodway (que a su vez adaptaba un film homónimo de 1960) combina comedia, música y terror de una forma memorable, centrando todo en una planta carnívora llamada Audrey II que canta, habla y, bueno, tiene apetito por la sangre humana. Rick Moranis, como el entrañable y desafortunado Seymour, debe enfrentar la tentación de alimentar a Audrey II con lo que más ansía, mientras la planta (con una voz magistral de Levi Stubbs) canta temas que mezclan el soul con el deseo de dominación mundial. El director Frank Oz (también conocido por ser la voz de Yoda) convirtió esta película en un clásico instantáneo. Aunque el final original era oscuro y trágico, se cambió en la versión de cine para dar una sensación de final feliz.
Las marionetas de Audrey II fueron revolucionarias en su momento y requirieron un equipo completo de operadores para darle vida, y cada línea de la planta es inolvidable. Uno de los personajes más queridos y odiados es el sádico dentista Orin Scrivello, DDS (Steve Martin). La película fue tan exitosa que todavía hoy hay versiones teatrales que mantienen a Audrey II cantando y pidiendo sangre. ¿Quién no querría una planta tan carismática y mortal en su jardín?
Escuadrón Antimonstruos (The Monster Squad, 1987)
La esencia de esta película está en el espíritu de aventuras juveniles de los 80. The Monster Squad, dirigida por Fred Dekker, no solo incluye a monstruos más clásicos como Drácula, el Hombre Lobo y la Momia, sino que los mezcla con un grupo de niños que bien podrían ser los predecesores de Stranger Things o quizá sucesores de The Goonies. La trama es una carta de amor a los clásicos del terror, pero con un toque cómico que hace que los monstruos sean tan adorables como aterradores. Los efectos especiales, aunque no tenían un gran presupuesto, lograron que los monstruos se vieran amenazantes y que a la vez nos hicieran simpatizar con ellos.
La química entre los niños y su valentía al enfrentarse a estos seres sobrenaturales es algo que sigue resonando con los espectadores. Los diálogos, especialmente el famoso “Wolfman has nards!”, pasaron a la historia del cine de culto, y la película, a pesar de no haber sido un éxito rotundo en su estreno, se convirtió en un clásico de VHS. Esta película nos recuerda que a veces los niños pueden salvar el mundo, ¡y que los monstruos pueden ser algo más que simples villanos!
Gremlins (1984)
El rey indiscutido de los monstruos adorables y peligrosos. Gremlins, dirigida por Joe Dante y producida por Steven Spielberg, es un clásico navideño que marcó a toda una generación. Con Gizmo como protagonista, un mogwai adorable que viene con reglas específicas (no mojarlo, no alimentarlo después de medianoche y evitar la luz brillante), la película explora qué pasa cuando esas reglas se rompen: caos absoluto. Los Gremlins pasan de ser criaturas tiernas a unas verdaderas pesadillas. La mezcla de terror y humor está ejecutada a la perfección. Los efectos prácticos de Chris Walas hicieron que estas criaturas fueran creíbles y sus travesuras causaron más de una pesadilla (y muchas risas).
La banda sonora navideña y el contraste con las escenas de caos hicieron de este film algo memorable. Además, la historia detrás de su calificación (fue una de las razones por las que se creó la categoría “para mayores de 13 años”, la otra fue Indiana Jones and the Temple of Doom) y su impacto cultural la convierten en una obra maestra. Nadie puede olvidar el caos en la ciudad, las risas de los Gremlins y la ternura de Gizmo, que sigue siendo una de las criaturas más queridas de la cultura pop. ¡Gremlins es, sin duda, la reina de las películas en nuestro ranking de monstruos simpáticos!