Dentro del ecosistema de Nintendo, hay algunos títulos que ya tocaron un techo tan alto que es difícil superar. Por eso, muchas de sus franquicias -sobre todo las relacionadas a Mario-, suelen tener una nueva entrega cada tres o cuatro años que suele oficiar de actualización para seguir jugando lo mismo, pero mejor. Uno de esos títulos es históricamente Mario Party. O lo era, por lo menos hasta la existencia de Super Mario Party Jamboree.
Silbando por lo bajo, caminando despacio, esta nueva entrega del party game por excelencia de Nintendo no hizo mucho eco en el cronograma de lanzamientos de la empresa ya que la Nintendo Switch cuenta en su librería con dos Mario Party (Super Mario Party de 2017 y Mario Party Superstars de 2021) y se anunció con otros títulos que opacaron un poco su atención como The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom o el regreso de la franquicia Mario & Luigi. En este contexto, jamás pensé que este título iba a ser tan increíble como lo es.
Primero lo primero, Super Mario Party Jamboree inicia repitiendo la fórmula base que hace tan icónico a Mario Party y que termina creando su propio género: los personajes de Mario disputan una “fiesta” que se traduce, para el jugador, como un juego de mesa virtual donde nuestro objetivo es conseguir más estrellas que el resto. Para eso, deberemos jugar minijuegos que pueden ser dos contra dos, uno contra tres, o todos contra todos. Lo clásico.
NDcube, el estudio que desarrolla esta franquicia desde la época de Nintendo Wii, anunció con bombos y platillos que esta entrega tendría más de 110 minijuegos y cuatro tableros completamente nuevos. Hasta este momento, y para poner un poco en contexto si no estás relacionado con la franquicia, siempre se introdujeron números similares en todos los Mario Party pero nunca terminaron de pegar, terminando los jugadores por decantarse por los escenarios clásicos que se reciclan de los primeros Mario Party. Ese es el paradigma que rompe Jamboree.
Esta nueva entrega publicada por Nintendo logra el trabajo más difícil de hacer: mantener la fórmula clásica innovando completamente. Todos los elementos a los que estamos acostumbrados en un Mario Party están presentes, pero sin embargo, hay ciertas particularidades que hacen que esta entrega sea una de las mejores jamás creadas. Empezando por la valentía: es una experiencia que se cuestiona a sí misma.
Como todo título de este estilo, Mario Party carga con la piedra de ser una experiencia para disfrutar en grupo. Ahora, ¿qué hago con mi Mario Party si quiero jugar solo? Esa es una pregunta que la franquicia nunca se hizo a sí misma porque se partió de la base de que es una experiencia para cierta ocasión en especial y, si la comprás, es porque querés disfrutarla de tal manera. Super Mario Party Jamboree es el primer título de la franquicia que hace un fuerte mea culpa de la situación y nos entrega soluciones impresionantes para convertir una experiencia social en un videojuego hecho y derecho para cualquier situación.
El modo “Mario Party” ahora representa la experiencia social y con amigos dentro del conglomerado de modos de juegos que trae este paquete, pero también tenemos, por ejemplo, “Paseo Servicial” que oficia como un gran modo historia donde deberemos recorrer todos los tableros nuevos e ir jugando los minijuegos para restaurar ciertos ornamentos. En las entre cuatro y cinco horas de juego que representa este modo historia, no sólo te profesionaliza en Mario Party, sino que también te da el empujón necesario para prepararte a cualquier minijuego. Es la primera vez que siento que jugar Mario Party en solitario tiene sentido.
Cómo si eso fuera poco, Nintendo hace que Jamboree sea especial porque se aggiorna a la actualidad. ¿Qué se hace habitualmente cuando querés jugar un juego competitivo y no están tus amigos? La respuesta está en el online. Super Mario Party Jamboree tiene varios modos de juego para disfrutar online que hacen que puedas estar horas jugando a la experiencia. El “Desafío Anti Bowser” es un modo sumamente fresco donde ocho jugadores deben vencer a un Bowser kaiju a fuerza de resolver puzzles y jugar minijuegos.
El “Bowseratlón”, por otro lado, es una experiencia para hasta 20 jugadores que se basa en los minijuegos. ¿A qué voy con todo esto? El esqueleto es el mismo, son los mismos minijuegos y el mismo motor gráfico, pero Nintendo se las arregló esta vez para que puedas jugar Mario Party en todo contexto, solo o con amigos, y que esos minijuegos rindan en varios modos de juego diferente.
Sí debo admitir que al usar los mismos minijuegos para tantos modos de juego diferente, si sos un usuario que juega varios de ellos o que le dedicas una buena cantidad de horas, se empieza a sentir una sensación de reciclado entre ellos o incluso con anteriores minijuegos de la franquicia, pero nada que afecte mucho al elemento de la diversión dentro de la experiencia. Otro de los grandes aciertos de esta nueva versión es lo pulida que está a nivel accesibilidad. Todo está hecho para que puedas disfrutar todo el tiempo, seas experto en Mario Party o sea la primera vez que jugas en tu vida. Hay carteles gigantes, animaciones, textos, posicionamientos de cámara que jamás vimos en esta franquicia que sirven única y específicamente para poner a todos los jugadores en el mismo nivel de conocimiento, y lo hace de una manera fantástica.
Complementando esta idea, hay algunos modos de juegos que se animan a ir un poco más allá y son propuestas siderales, nuevas, que nunca habían formado parte de la franquicia. “Fábrica de Toads” es una suerte de Pico Park, donde tenemos que resolver puzles coordinando nuestras acciones o perderemos. “Cocina Rítmica” nos invita a cocinar mientras bailamos a lo Just Dance, haciendo que la actividad física sea también una opción acertada para Mario Party. Lo mismo sucede con “En alas de la aventura”, un modo donde literalmente tendremos que volar y habrá desafíos de coordinación como llevar pasajeros y si uno de los dos vuela mal, se cae. Todo está pensado para ofrecer experiencias nuevas y disruptivas sin dejar de tener el componente clásico que cualquier usuario espera de este tipo de juegos.
Para terminar, dentro de las partidas hay una nueva mecánica que se basa en el concepto del Jamboree. En cada partida habrá un Compi Jamboree que aparecerá aleatoriamente y le dará beneficios a quien se lo lleve, haciendo que se nivelen mucho más las partidas y que dependan mucho más del azar. Para conseguir a estos personajes, que suelen duplicar nuestras ganancias o incrementar nuestras recompensas, hay que ganar un desafío Jamboree.
Estos desafíos son minijuegos específicos creados para la ocasión que tienen la particularidad de estar mucho más relacionados con el mundo real, haciendo que sean más similares a los minijuegos de The Jackbox Party que los juegos de Mario. Sin ser una mecánica que rompa el juego, termina siendo un gran nivelador para ofrecer una alternativa a quienes estén perdiendo y puedan dar vuelta el encuentro.
Super Mario Party Jamboree es el más “todo” de Mario Party. Es el más accesible, el más moderno, el más completo, el más ambicioso, el más disruptivo, el más pulido. Nintendo tiene sus franquicias, salvando algunas excepciones, hace ya 20, 25 o 30 años. Es muy difícil seguir ofreciendo nuevas experiencias después de ese tiempo, y en este caso, lo logran con creces.
Casi al final del ciclo de vida de la consola, Super Mario Party Jamboree es el party game que merecía la Nintendo Switch y que quedará en el catálogo como uno de los indispensables de la híbrida a futuro. Ojalá que Nintendo haga una reinvención de este estilo con otros juegos como Mario Strikers o Mario Tennis porque si todos ellos estuvieran hechos con la maestría y la pasión que está creado Jamboree, cada uno de ellos sería increíble.