Luego de la demo que pudimos jugar tiempo atrás, donde se setearon todas las bases del juego remarcando el género al que pertenece y demostrando ser una evolución necesaria para la saga, Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven nos muestra su forma completa. Estamos frente a un remake en 3D del clásico de 1993 lanzado originalmente para la Super Famicom, parte de la serie SaGa de Square Enix. Este juego de rol japonés (JRPG) mantiene una estructura de combate y exploración clásicas, pero introduce una narrativa y mecánicas centradas en la sucesión generacional, algo que lo distingue de muchos otros RPG. Este remake busca ampliar el acceso al título original, manteniendo la esencia de la serie mientras refresca su estética y jugabilidad. En este aspecto, podemos destacar la búsqueda de los desarrolladores para marcar una diferencia tácita y notoria en el universo de los JRPG.
En Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven, tomamos el rol de múltiples emperadores y emperatrices de la dinastía de Avalon, luchando a lo largo de generaciones contra los Siete Héroes, antiguos salvadores convertidos en poderosos villanos. Cada vez que un gobernante cae en batalla o envejece, su linaje continúa: las habilidades y conocimientos acumulados se transfieren al sucesor, como dejando parte de su mente y su alma. Esta mecánica permite una historia fuerte en cuanto a temas de legado, sacrificio y estrategia a largo plazo y le da una dinámica muy particular al juego. Además, permite una libertad narrativa que le otorga una propia personalidad a la historia de cada jugador, ya que cada decisión puede influir en el destino de la dinastía y en el reino que dejan a sus descendientes. “Come a gusto y placentero, y que ayune tu heredero” reza el dicho popular.
En esta peculiar historia que de alguna forma se aleja de los tropos más comunes del género, al menos en su construcción, los jugadores se embarcan en una épica batalla generacional dentro del Imperio de Varennes. La trama sigue a la dinastía real, cuyos gobernantes heredan el poder y el legado de sus antecesores (como decíamos antes), mientras enfrentan a los Siete Héroes. Estos héroes, antiguos campeones de la humanidad, han retornado al mundo como villanos tras ser corrompidos por un oscuro poder. A medida que los emperadores sucesivos toman el trono, deben enfrentarse a estos poderosos enemigos y restaurar la paz, construyendo el imperio a través de conquistas, alianzas, y decisiones que repercuten en las futuras generaciones del reino.
De esta forma -y con todo lo que ya explicamos antes- la historia avanza mediante saltos temporales, con cada nuevo gobernante heredando habilidades y recursos de sus predecesores como eje del gameplay. Además, los jugadores tienen libertad para decidir el orden en que enfrentan a los Siete Héroes, lo que permite un desarrollo narrativo único en cada partida y, por decirlo de alguna manera, no lineal. Esta estructura, junto con el sistema de sucesión, hace que la historia no sea solo una cuestión de vencer al enemigo, sino también de construir un legado duradero y un reino próspero para las generaciones futuras. Lo que forjemos en el presente, va a repercutir de forma directa en el futuro.
La jugabilidad en Revenge of the Seven ofrece una experiencia de RPG por turnos profundamente estratégica. El combate se apoya en el uso de habilidades y “Glimmers” que los personajes desbloquean de forma aleatoria al emplear ciertas técnicas o armas. La flexibilidad del sistema de clases y habilidades permite a los jugadores armar un equipo a su gusto, desde monjes que usan magia hasta arqueros con espadas pesadas, brindando un gran abanico de opciones en cada generación. Conocer bien nuestras habilidades, especiales, e incluso la potencia de las armas que portamos es algo vital para obtener resultados óptimos a la hora de meternos de lleno en cada batalla. Al no existir la posibilidad de perder y volver a empezar, en este juego perder implica un cambio generacional y todo lo que eso significa.
Uno de los aspectos clave en este remake es la introducción de los Ataques Unidos, ataques combinados que pueden desencadenarse al explotar las debilidades de los enemigos. Estos ataques son vitales en las batallas contra los Siete Héroes, proporcionando un giro estratégico que le otorga muchísima vida, dinámica y complejidad al combate. La inclusión de una cronología de turnos, que indica cuándo atacarán enemigos y aliados, agrega una capa de previsión táctica que ayuda a planear la defensa o el ataque según las habilidades de los personajes y la disposición del enemigo. Es muy difícil que durante el juego nos enfrentemos a dos batallas iguales, algo que desde el diseño del gameplay resulta ser una experiencia increíble. Cuando un juego logra aunar sus mecánicas de forma tan directa con su gameplay y que el resultado sea satisfactorio frente a cómo se siente, es porque está haciendo las cosas bien.
En su paso al 3D, Revenge of the Seven moderniza la serie con mejoras de accesibilidad, estética general y claramente, su estilo visual, logrando que este remake de un clásico sea más atractivo para la audiencia contemporánea que recién ingresa en la saga. La interfaz de usuario también recibe ajustes significativos, como indicadores de efectos de estado, debilidades enemigas y una barra de turnos visibles, todos ellos configurables para quienes prefieran una experiencia más fiel a la original. Dicho esto, recomendamos siempre que se pueda probar el título original, no solo para entender el por qué de esta modernización, sino para poder comparar por ustedes mismo toda la experiencia.
Entre las adiciones más interesantes están los pedestales que permiten al jugador explorar los orígenes de los Siete Héroes. Estos puntos agregan profundidad a la narrativa, explicando cómo estos héroes cayeron en desgracia y se volvieron enemigos del reino. Para los fanáticos de la serie, estos momentos de la historia añaden un trasfondo que enriquece la experiencia y mejora la “empatía” para con los antagonistas, al menos permitiéndonos entender sus motivos y pesares. No es raro ver que este tipo de JRPG de alto nivel tiene una dedicación inmensa en cuanto a la historia y su narrativa, pero en este caso, todo este énfasis está acompañado de un sistema de combate acorde y otro montón de detalles técnicos que se sienten “justificados” si tenemos en cuenta todo el universo al que se le da vida. Nada se siente “porque sí”, todas las piezas encajan en su lugar de forma orgánica.
A pesar de sus muchos aciertos, Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven no es inmune a ciertos problemas. Pequeños quizás, pero ahí están. Uno de los más notables es el diseño inconsistente de algunos mapas. La distribución de los escenarios puede ser confusa, llevando a los jugadores a perderse o a retroceder involuntariamente, algo frustrante en momentos en los que se busca avanzar rápidamente en una misión. La estética 3D del remake también es un punto divisivo: si bien actualiza el juego para estándares actuales, algunos jugadores pueden encontrar que el diseño de los entornos es un poco genérico en comparación con el encanto visual del original en 2D. A veces, menos es más, somos conscientes de eso, pero si “actualizamos” un mundo 2D que sabía brillar por sí solo, su construcción en 3D debería generar, mínimamente, los mismos sentimientos. En este remake, por momentos, se siente como si todo el esfuerzo puesto en otros apartados, no hubiese llegado a este aspecto visual de la misma forma.
Adicionalmente, los personajes del juego, a excepción de ciertos individuos especiales, tienen un enfoque más utilitario que emocional. La falta de desarrollo y personalidad en algunos personajes puede afectar la conexión que el jugador sienta con su equipo. Esto, unido a la naturaleza generacional de la historia, puede hacer que dichos personajes se sientan como piezas intercambiables en lugar de aliados con los que nos podamos encariñar. Como decíamos, en ciertos momentos del juego no se logra la conexión necesaria entre los personajes, y la transición de unos hacia otros carece de peso emocional y, por ende, narrativo. Más allá de heredar todo ese contexto que comentamos antes, algunas sucesiones se sienten un tanto forzadas, sin la naturalidad que pretende el resto de la historia.
Pero no hay duda, al menos para nosotros, de que estamos frente a un gran exponente. Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven es una entrada valiosa para la franquicia SaGa y un homenaje a sus raíces clásicas con mejoras modernas. A través de su mecánica de sucesión, libertad de exploración y complejidad en combate, ofrece una experiencia que se siente tanto nostálgica como innovadora, sin perder la fuerza que supo caracterizar a toda la saga y, al mismo tiempo, regalando un nuevo exponente que eleva la vara luego de sus últimas entregas. La narrativa de legado y sacrificio resuena a lo largo de las generaciones, creando una aventura distinta en cada partida.