A Quiet Place: The Road Ahead tuvo su lanzamiento el 17 de octubre y se trata de un título de terror basado en la franquicia cinematográfica que posee el mismo nombre. La premisa de toda la saga es tan simple como efectiva: unas extrañas criaturas invadieron la tierra y están asesinando a toda la población haciendo que lo más importante para sobrevivir sea guardar silencio, ya que estos alienígenas son ciegos y se mueven a través de los sonidos.
Por más de que el juego desarrollado por Stormind Games y publicado por Saber Interactive está basado en las películas de A Quiet Place, tanto la historia como sus personajes son independientes de la saga, por lo que no tienen ninguna relación directa. En el juego nos ponemos en la piel de Alex Taylor, una jóven que está buscando sobrevivir en este mundo post apocalíptico.
Cuando el videojuego fue anunciado tuve sensaciones encontradas ya que por más de que disfruté mucho de su primera película, me costaba descifrar qué valor podría tener un videojuego de la saga en la industria. Esto se debe a que la mecánica del silencio es algo ya muy habitual y explotado en los videojuegos ya sea en títulos de sigilo como de terror tanto independientes como grandes producciones.
Luego de haberlo jugado, puedo decir que A Quiet Place: The Road Ahead, aún con sus limitaciones, me sorprendió para bien, ya que es una propuesta que sabe lo que quiere buscar y lo cumple. Su principal logro se encuentra en la atmósfera general que siempre te mantiene tenso y expectante a lo que pueda suceder. Los sonidos ambientales, los obstáculos, los pasos y los escenarios siempre logran dar esa sensación de peligro inminente.
Como bien mencioné anteriormente, la mecánica principal del juego se basa en el silencio. De esta forma, gran parte de la experiencia consiste en recorrer los escenarios, conseguir suministros y abrirnos paso entre distintas locaciones con el objetivo de llegar a un campamento que, en teoría, se encuentra fuera de la amenaza de los alienígenas.
Los obstáculos de los escenarios no son nuestro único problema ya que nuestra protagonista también está embarazada y es asmática por lo que realizar mucho esfuerzo o estar cerca de la criatura puede generarnos ataques de ansiedad haciendo que hagamos ruido y el enemigo nos detecte. Para combatir esto, tenemos que encontrar medicamentos en los escenarios que calmen nuestra tensión.
La mayor parte jugable se basa en caminar sin hacer ruido, esquivar los obstáculos y realizar distintas acciones con movimientos leves del stick analógico del control. Abrir puertas, quitar su traba, colocar tablas de madera, entre otras cosas, son acciones que pueden hacer ruido y condenarnos, y que tendremos que intentar reducir su nivel sonoro lo máximo posible. Con todo esto, el juego logra generar una buena inmersión en su universo.
Las limitaciones del título se observan cuando ya jugamos un par de horas y logramos entender su estructura. Básicamente hay dos momentos muy marcados: el de exploración y el de esquivar al monstruo. La primera parte consiste en desplazarnos y realizar acciones lo más silenciosamente posible. Si hacemos mucho ruido, el monstruo aparecerá y nos matará. Por otro lado, hay otros momentos donde observamos a la criatura en el escenario y nuestro trabajo es lograr llegar al otro lado sin llamar su atención, utilizando distracciones como botellas y ladrillos.
El juego se divide en distintos capítulos y cada uno de ellos introduce alguna nueva mecánica. Sin embargo, el título consiste en intercalar esas dos modalidades anteriormente mencionadas. Sin inventar nada y con una premisa simple, A Quiet Place: The Road Ahead cumple y es entretenido. En cuanto al terror, una vez que entendemos cómo funciona deja de dar miedo, pero logra seguir manteniendo la tensión.
Algo que no disfruté del todo es su historia. Al estar basado en una franquicia cinematográfica, el juego busca tener un lado más cercano al cine. Esto puede observarse en distintas cinemáticas que se basan en la historia de los personajes en cuestión e, incluso, en distintos capítulos que nos llevan al pasado para conocer a los personajes en el momento que empezó la invasión.
Estos aspectos narrativos cuentan con cinemáticas muy largas y que realmente no aportan un gran significado a la historia. De todas formas, hay un interés del título en llegar a jugadores que quizás no tengan mucha experiencia en los videojuegos pero sientan interés en la saga y, por ese lado, puede sentirse justificado. En mi experiencia, los momentos de historia se me volvían tediosos.
Como muchos juegos de terror en la actualidad, A Quiet Place: The Road Ahead tiene la opción de que activemos nuestro micrófono para que los sonidos que nosotros hagamos también puedan llamar la atención del monstruo. Este elemento funciona bien aunque su potencial real se encuentra en su utilización para creadores de contenido o para estar jugando con amigos. De manera solitaria, es un aspecto más optativo que funcional.
Por otro lado, el juego cuenta con varias opciones de accesibilidad y distintos modos de dificultad, por lo que creo que es una gran entrega para que funcione como puerta de entrada al género de terror. No hay puzzles complejos y mantiene una estructura simple y efectiva siendo principalmente fuerte en la atmósfera y tensión.
En definitiva, A Quiet Place: The Road Ahead es un buen juego que no innova en ningún aspecto pero que cumple en lo que desea proponer y que funciona como un nexo aceptable entre el videojuego y la exitosa franquicia cinematográfica. El título es recomendable para todos los fanáticos del género y, principalmente, lo veo como una interesante puerta de entrada para nuevos jugadores.