Life is Strange: Double Exposure - Palpitando el regreso de Max

Esta semana es el lanzamiento de Life is Strange: Double Exposure, título que seguirá los acontecimientos del primer juego de la franquicia y que nos pondrá una vez más en la piel de Max Caulfield. Este no es un componente menor ya que cuando hablamos de esa entrega nos referimos a una de las mejores aventuras gráficas de los videojuegos, no solamente por su calidad sino también por cómo cautivó a un montón de jugadores.

Life is Strange es una saga ya establecida en los videojuegos por lo que quienes tengan interés en ella ya saben qué es lo que se pueden encontrar. A grandes rasgos, su propuesta es utilizar algún elemento de fantasía para poder contar una historia impactante, realista, que aborde temas de actualidad y que presente un elenco de personajes con mucha personalidad y distintas historias personales.

Pese a que disfruté mucho sus distintas entregas, el primer título de la saga que salió en 2015 no solo lo considero el mejor de la franquicia sino que también está entre mis videojuegos favoritos de la vida. Life is Strange es uno de esos exponentes que trascienden su lugar como videojuego y que logran impactar en el jugador de una manera diferente.

Por este motivo es que Life is Strange: Double Exposure genera tanta expectativa por los jugadores. Por un lado, hay un fuerte condimento de nostalgia de querer saber cómo está Máx y qué sucedió a su alrededor luego de tantos años. Esto también genera temor ya que quienes amamos al primer juego, vamos a esperar que suceda lo mismo en esta entrega por lo que la vara también está más alta.

Incluso, Life is Strange fue desarrollado por Don’t Nod, estudio que ahora se encuentra realizando otra interesante aventura gráfica llamada Lost Records: Bloom & Rage y cuyo lanzamiento decidieron retrasar para que no coincida con la salida de Life is Strange: Double Exposure. Esto demuestra la fuerza que tiene esa entrega y el interés que hay por parte de sus fanáticos.

Pero, ¿qué es lo que hace tan especial a Life is Strange? En primer lugar, su historia y sus personajes. Chloe y Max desbordan de personalidad, carisma y tiene una actuación que logra cautivar desde el primer momento. Life is Strange es uno de esos pocos juegos que me hicieron comprender los sentimientos de un personaje solamente por su mirada o un gesto, como si realmente llegaras a conocerlo.

A esto, se le suma una historia atrapante, ya que se trata de la resolución de un crimen con el agregado fantasioso de que Max puede retroceder en el tiempo lo que la ayuda a resolver gran parte de los misterios y acertijos presentes. Pese a que esta historia es muy interesante, el juego no se limita simplemente a ello, ya que mientras que buscamos resolver el crimen, más cosas suceden a nuestro alrededor.

A lo largo de la aventura conocemos a un montón de personajes que tienen sus propios problemas y que tendremos que saber afrontar. Problemas familiares, depresión, bullying y sexualidad entre muchas cosas más son algunos de los tópicos que aborda Life is Strange de una manera muy bajada a tierra y real por lo que es muy fácil sentirte identificado o conmovido por alguna de las distintas situaciones.

Life is Strange es un juego hermoso pero también difícil, no en el sentido de lo jugable sino más bien en lo emotivo porque no esquiva la crudeza de la vida. Hay algunos momentos puntuales que son muy fuertes y que me quedaron marcados en mí como seguramente en un montón de jugadores. Hasta el momento, Life is Strange es el juego que más me hizo llorar jugando pero no solamente desde la tristeza sino desde la fuerza de su narrativa y personajes.

Por si fuera poco todo lo anteriormente mencionado, el diseño estético y sonoro del título también son puntos muy altos. Los planos, las locaciones, cada momento y situación tiene algo único y memorable. Una especialidad de la franquicia es la música, ya que siempre tienen un rol trascendental en sus entregas. En Life is Strange el trabajo en este apartado es sublime con canciones que sigo escuchando hasta el día de hoy.

Una confesión que deseo hacer, ya que puede venir al caso, es que hay un videojuego de la franquicia que todavía no pude jugar y se trata de Life is Strange: Before the Storm. Esta es una precuela de la primera entrega que protagoniza Chloe tres años antes de los sucesos del primer juego. Mi impedimento es que no me siento capacitado emocionalmente para afrontar ese juego ya sabiendo lo que luego sucederá en la primera entrega.

Todas estas situaciones hacen que Life is Strange sea uno de los juegos más queridos por un montón de jugadores y que el regreso de Max en Life is Strange: Double Exposure no se trate de algo anecdótico sino que posee un encanto totalmente especial y que, como amantes de su primera aventura, deseamos de corazón que esté a la altura.