Diablo IV: Season of Hatred Rising - ¿Qué hay de nuevo en Santuario?

La nueva temporada que acompaña el DLC Vessel of Hatred incorpora novedades importantes para todos los jugadores, un pase de batalla repleto de cosméticos y mucho más

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Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.
Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.

Diablo IV es uno de los títulos más exitosos de Blizzard y el estudio está cumpliendo con creces la cuota prometida de contenido anual. De buenas a primeras, tenemos al menos cuatro temporadas por año con líneas de misiones nuevas y una mininarrativa propia. Con la llegada de Vessel of Hatred, su primera expansión de pago, también se estrenó la sexta temporada que trajo una serie de mejoras de calidad de vida y varias modificaciones al sistema de progresión del juego. Como de costumbre, también salió con un nuevo pase de batalla con recompensas gratuitas y otras exclusivas del Pase Premium, que incluyen una amplia variedad de objetos cosméticos para desbloquear y un puñado de monedas de platino para alivianar el costo del próximo pase.

Una de las incorporaciones gratuitas más interesantes son los Realmwalkers. Gigantescos jefes que aparecen temporalmente recorriendo un sector de Santuario que se llena de sus esbirros y debemos masacrarlos para hacer que se detenga. Una vez derrotado nos abrirá un portal hacia una dimensión repleta de enemigos y recompensas legendarias, pero lo más importante es que nos darán los tan necesarios “Opales”. Estos también forman parte de esta actualización y funcionan como un elixir, pero además de incrementar un 15% la experiencia obtenida durante 30 minutos, también aumenta la probabilidad de conseguir oro, equipamiento y otro tipo de recompensas.

Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.
Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.

La línea argumental incluye una serie de recompensas, esta vez a cargo del reformado Crusader Damond, que deberemos desbloquear juntando experiencia. Hay dos formas de conseguirla: derrotando enemigos en los eventos de temporada o en cualquier otra actividad, siempre y cuando hayamos activado el buff de un Opal. Sin embargo, si queremos avanzar en el pase de batalla, lo más recomendable será seguir haciendo los desafíos por capítulo y elegir el mayor nivel de dificultad que podamos enfrentar. Por suerte, este apartado también fue cambiado a partir de la última actualización, liberando los primeros seis niveles de dificultad y dejando para los más experimentados los Niveles de Tormento, que requerirán haber completado el tier 20 de El Pozo.

Otro de los cambios más notorios es el que afecta al sistema de progresión, que ahora el nivel máximo pasa a ser sesenta, reinterpretando el rol de los niveles de Paragón. Esto afecta retroactivamente a los personajes anteriores, que ahora tendrán a su disposición 200 puntos de Paragón para repartir y utilizar dentro del Reino Eterno. Además todas las clases recibieron un puñado de habilidades pasivas y una nueva skill activa pensada para sacudir el tablero del meta, en especial a la hora de crear nuevos builds. Si a esto le sumamos la incorporación de los Mercenarios y el Party Finder que nos conecta con otros jugadores para disfrutar las nuevas actividades cooperativas, la nueva temporada de Diablo IV se perfila como una de las más completas hasta el momento.

Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.
Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.

En cuanto al Pase de Batalla, parece que Blizzard escuchó los comentarios de la comunidad. Tanto el pase gratuito como el Premium tienen una buena cantidad de ítems cosméticos atractivos, desde banners y portales de teletransportación, hasta skins para las armas y sets que alteran completamente la apariencia de nuestro personaje. Lo mejor es que suelen ser cosméticos compatibles con todas las clases, algo fundamental para que todos los jugadores puedan disfrutar de las recompensas. Son 90 niveles en total, de los cuales 28 están disponibles sin cargo. Sin desmerecer el contenido gratuito, es el pase de pago el que se lleva la mejor parte, con opales gratuitos para mantener activo ese jugoso 15% de experiencia extra y un puñado de monedas de platino para amortiguar la inversión inicial. Además nos permite activar bonificaciones personalizadas, como en las temporadas anteriores, por lo que se vuelve una compra casi obligada para quienes planean pasar sus próximas semanas en Santuario.

La última incorporación de esta temporada está pensada para los amantes de Warcraft, en especial para quienes han invertido años de vida en el fantástico MMORPG de Blizzard. La colaboración “Warcraft Legends II” suma seis nuevos set de ítems cosméticos, uno para cada clase, inspirados en los personajes favoritos de la legendaria franquicia. Como es costumbre, el nivel de detalle de estas skins es abrumador y se venden por 2800 monedas de platino (unos 25 dólares) cada uno. Además de una armadura personalizada que básicamente nos transforma en el personaje en cuestión, cada uno incluye su arma más característica, algunos trofeos (aunque no en todos los casos) y efectos de iluminación realmente vistosos.

Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.
Diablo IV: Vessel of Hatred, de Blizzard.

Los Necromancers podrán lookearse como el legendario Arthas, The Lich King y las Hechiceras harán lo propio con Jaina Proudmoore (que está representada con su apariencia clásica de Warcraft III). Los bárbaros se pondrán en la piel de Garrosh Hellscream y los pícaros adoptarán la apariencia de Illidan Stormrage, dos jefes clásicos, uno un líder de La Horda y el segundo uno de los villanos más importantes del título de Blizzard. Finalmente, los druidas tendrán acceso al equipamiento de Malfurion Stormrage y su Guadaña de Elune y la nueva clase, los espiritualistas, podrán vestirse como Bwonsamdi “El Loa de los Reyes” un NPC que conocerán bien aquellos que jugaron la expansión “Battle for Azeroth” y viene con un trofeo para mostrar en su espalda llamado “La Efigie del Gran Espíritu”. Todos los sets son espectaculares, pero si tuviera que elegir uno no dudaría en ir por el de Arthas y, en segundo lugar, tal vez el de Jaina por las viejas glorias de antaño.

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