Unknown 9: Awakening es el primer lanzamiento del estudio Reflector Entertainment, perteneciente a Bandai Namco, y nos presenta una aventura de fantasía lineal de sigilo, plataformas y combate. Más allá de algunas buenas intenciones, el título cuenta con muchos problemas para destacarse sobre todo en materia de jugabilidad.
Lo primero que quiero mencionar es que Unknown 9: Awakening es la puerta de entrada a distintas producciones transmedia que cuenta con novelas, podcasts, cómics y series web. Por más de que todo sea alrededor del mismo universo, todas pueden funcionar de manera independiente por lo que este videojuego busca ser una puerta de entrada hacia esta franquicia.
La historia del videojuego nos pone en la piel de Haroona, interpretada por la actriz Anya Chalotra reconocida por su papel como Yennefer de Vengerberg en la serie de The Witcher. Ella es una quaestora lo que significa que tiene cierta cercanía con la magia y puede asomarse por el Revés, un mundo espiritual y paralelo al que conocemos.
El videojuego consiste en el viaje de venganza de Haroona donde no sólo iremos conociendo más de ella y de distintos personajes secundarios sino también del pasado y futuro del mundo en base a Los 9 Desconocidos, un grupo de inmortales que cuentan con el conocimiento para traer la paz al mundo como así también la destrucción según quien obtenga estos conocimientos.
A grandes rasgos, la historia tiene muchos componentes interesantes para cualquier persona que le guste el género de fantasía. Sin embargo, cómo está contada esa historia en el juego no logra ser tan atrapante como debería. Las cinemáticas, los diálogos, el avance de la historia, la reacción de los personajes, todos tienen muchos aspectos para mejorar y hacen sentir a la historia insulsa y poco atrapante.
A lo largo de la historia, conocemos distintos personajes y tanto nuestra personalidad como la de ellos va cambiando de una manera muy apurada, que hace imposible comenzar a empatizar con ellos. Solo para poner un ejemplo, Haroona no confía en nadie salvo en su mentora debido a su pasado, por lo que trata de manera agresiva a todas las nuevas personas que aparecen en su vida. Esto, por momentos, cambia radicalmente de una escena a otra, donde ya tiene total confianza en la otra persona sin una razón o lógica real.
Por fuera de esto, hay muchos elementos de la narrativa que la historia principal no cuenta de forma correcta y se encuentran en las distintas notas, cartas y cosas que encontramos a lo largo de la aventura y que Haroona anota en su diario. El problema es que el juego nunca logra crear un incentivo o interés real para que el jugador se detenga a leer cada uno de los archivos encontrados.
Entrando en los aspectos jugables, el título se divide en dos etapas en constante repetición. Un momento de plataformas y exploración donde tenemos que movernos en el escenario y realizando mínimas acciones de plataforma como saltar y trepar entre pisos y paredes al estilo Uncharted o Tomb Raider. El camino es siempre muy lineal por lo que es imposible perderse. Lo más destacado de estos momentos es encontrar altares escondidos y distintas notas que nos dan alguna información extra de la historia.
La otra etapa es el combate que suele darse en escenarios abiertos repletos de enemigos. Por más de que podemos usar la fuerza bruta para acabar con todos enemigos, es en el sigilo donde tenemos más herramientas de juego ya que el mismo escenario está repleto de trampas y sectores de escondite para eliminar la mayor cantidad de enemigos sin ser vistos.
Lo más innovador de este apartado es que Haroona puede ingresar al Revés para controlar al enemigo por lo que, por un breve periodo de tiempo, podemos usar a los personajes enemigos para llevarlos hasta trampas, alejarlos de nuestra vista o hasta atacar a otros enemigos. Este es el aspecto más diferencial del juego en cuanto al combate y es una mecánica interesante.
El problema radica en la repetición constante de estas dos etapas, y que ninguna de las dos se termina de sentir 100% satisfactoria. Hay una muy baja cantidad de enemigos y, una vez que encontramos la estrategia, el juego pasa a ser muy sencillo y sin profundidad. A esto se le suma que el combate es tosco y también carece de animaciones y momentos interesantes.
El progreso de Haroona no es a través de experiencia ni de nivel sino que tiene un árbol de habilidades que obtendremos encontrando puntos de habilidades en los distintos rincones de cada escenario. Las categorías del árbol de habilidad se dividen entre sigilo, combate y magia por lo que cada jugador puede elegir qué priorizar.
El último aspecto que quiero señalar es el gráfico, ya que tampoco logra destacar. Si bien no podemos analizar Unknown 9: Awakening como una entrega triple A, es llamativo que algunas zonas se ven muy lindas mientras que otras se sienten genéricas y vacías. En este mismo sentido, en la previa de sentarme a jugar a la entrega tenía mucha expectativa por la idea de que Anya Chalotra lo protagonice pero, salvando su voz, su escaneo deja mucho que desear con muchos problemas en la nitidez, movimientos, bugs y sobretodo su apartado facial que está muy lejos de lo que lograron otros títulos utilizando actores reconocidos.
En definitiva, Unknown 9: Awakening presenta un universo atractivo pero falla en la mayoría de sus apartados, lo que imposibilita terminar de adentrarse en su historia. Sus principales mecánicas se sienten toscas y se nota que necesitaban un poco más de trabajo en ellas. De todas maneras, al ser un título muy lineal, su duración es corta y puede ser disfrutable para todos aquellos que tengan un fuerte interés en la franquicia.