Dead Rising es una de esas franquicias que cambió la industria para siempre y, si bien no todas sus entregas generaron un impacto similar, nadie puede negar que Frank West es un emblema del gaming. En 2006 Capcom tomó a la industria por sorpresa con un sandbox visualmente espectacular, desestructurado y “arcadoso” que ofrecía una experiencia tan vertiginosa como divertida. Hoy, 18 años después, Dead Rising Deluxe Remaster trae de regreso la misma propuesta con varias actualizaciones técnicas y un necesario ajuste en cuanto a lo jugable que le devuelve todo el brillo perdido a través de los años.
Frank West es un periodista gráfico que recibe una pista anónima y, siguiendo su infalible instinto, decide contratar un helicóptero para sobrevolar el área. La inversión rápidamente rinde sus frutos, regalándonos escenas trágicas propias de un film de George Romero, y el juego nos invita a sacar la foto más impresionante que podamos. La escena morbosa se vuelve hacia la acción cuando unos helicópteros militares entran en escena, forzando un aterrizaje en el techo de un centro comercial con la promesa del piloto de volver a buscarnos en 72 horas. El tono gracioso de Dead Rising brinda el contexto ideal para que un tipo como Frank brille con todo su esplendor, con chistes y observaciones ácidas incluidas.
Dead Rising ya era, de por sí, un juego genial. Salió en una época en la que fue considerado una propuesta innovadora, pero aún hoy resulta refrescante. Esta remasterización pone su apartado técnico a la altura de los tiempos que corren y, si bien en algunos modelos o locaciones se nota que estamos ante un juego de 2006, por lo general se ve muy bien. Los nuevos modelos de los protagonistas, incluidos los jefes, aportan una dosis de realismo más que bienvenida y hacen que ver las cinemáticas de la historia sea todo un placer. Los nuevos jugadores las verán sorprendidos, pero inclusive aquellos que lo jugamos de lanzamiento y en su primera remasterización podremos apreciar las mejoras estéticas. En lo personal, aún sabiendo lo que iba a pasar, quedé atónito al entrar al supermercado y al intentar detener la montaña rusa. El tiempo pasó, pero la esencia original se conserva intacta.
Además de las mejoras técnicas, que garantizan un rendimiento fluido aún cuando hay cientos de zombies en pantalla, Dead Rising Deluxe Remaster incluye varias mejoras de calidad de vida. Para empezar, ofrece un esquema de control actualizado que nos permite movernos mientras apuntamos. Puede parecer poco, pero en realidad cambia radicalmente la experiencia jugable, en especial a la hora de combatir contra los jefes. A esto debemos sumarle detalles importantes como poder ver la degradación de los ítems en tiempo real, el guardado automático en ciertos momentos (para complementar el guardado manual) y la posibilidad de escuchar las llamadas mientras jugamos, entre muchas otras pequeñas mejoras que resultan en una experiencia más pulida y moderna.
En cuanto al juego en sí, sigue siendo una fiesta de sangre con acción a raudales. Frank puede agarrar casi cualquier objeto para convertirlo en un arma anti zombies, desde una pila de platos sucios o una sartén de hierro (que podemos calentar en una hornalla para daño extra), pasando por un pizarrón de promociones o una caja registradora, hasta un sillón entero o un carrito de supermercado. Además podemos entrar a los locales y agarrar lo que nos sirva, hay tiendas de armas antiguas de las que nos llevaremos espadas y hachas, casas deportivas para armarnos con palos de golf o hockey, y por supuesto una buena armería con escopetas, pistolas y rifles de francotirador. Todo está al alcance de nuestras manos, sólo tenemos que encontrar la forma de llegar a ello.
Dead Rising es un sandbox fantástico que nos suelta en un shopping lleno de zombies durante tres días para que resolvamos una serie de casos. Cada uno sucede dentro de cierta ventana de tiempo, por lo que deberemos ir revisando la hora in-game para no quedarnos afuera de la campaña. Aún cuando fallemos un caso, será posible seguir jugando y cumpliendo otros objetivos secundarios, por eso el juego cuenta con múltiples finales desbloqueables. Mientras recorremos el centro comercial se irán habilitando todo tipo de objetivos extra, que a veces nos darán pistas sobre rehenes en cierto sector del mapa que debemos rescatar antes que sean devorados por los zombies. Otras, el avistamiento de un psicópata que hace las veces de jefe y siempre garantiza un momento épico, ya sea por la propuesta de combate o porque tiene una cinemática exquisita.
La primera partida es un caos hermoso, colorido y sangriento. Mientras intentamos familiarizarnos con el sistema de progresión y sacamos fotos espectaculares veremos morir a un sinfín de “sobrevivientes”. Algunos simples transeúntes desafortunados, otros en situaciones graves, atrincherados y listos para defenderse. Todos cuentan con una IA simple, además de gustos y estilos que podemos aprovechar para mejorar su desempeño. Son propensos a los accidentes, suelen cruzarse en nuestra línea de fuego y pueden causar tantas situaciones hilarantes como dolores de cabeza. El juego en sí suele celebrar los accidentes, a veces reventamos a un sobreviviente mientras intentamos darle un “katanazo” a un zombie, otras disparamos sin querer a la multitud y damos de lleno en una garrafa grande haciendo explotar todo en una lluvia de vísceras y fuego. El caos es parte de Dead Rising y esta remasterización se encarga de hacerlo más vistoso que nunca.
Al ser una remasterización que respeta a rajatabla la obra original, los puntos débiles son los mismos. Problemas con la IA de los sobrevivientes, objetivos poco claros y controles que (aún con la nueva configuración) no ofrecen la precisión que nos gustaría tener para un título moderno. Sin embargo, una vez que abrazamos lo caótico de la experiencia, se vuelve un juego divertidísimo y muy difícil de soltar. La primera partida dará paso a uno de los finales y les puedo garantizar que comenzarán una vez más para ver cómo pueden mejorar su rendimiento, a cuántos ciudadanos pueden rescatar y cómo resolver ciertas situaciones sensibles. En el camino podrán desbloquear todo tipo de trajes para personalizar a Frank, vivirán situaciones hilarantes y encontrarán guiños a todas las obras de Capcom. Además, completarlo habilita algunos modos nuevos que es preferible no spoilear, pero que suman una buena dosis de rejugabilidad a la propuesta.