Episodios anteriores:
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- REVIEW | House of the Dragon - Temporada 2 - Episodio 3: El poder del relato y las razones de la guerra
- REVIEW | House of the Dragon - Temporada 2 - Episodio 4: La danza de dragones en todo su esplendor audiovisual
- REVIEW | House of the Dragon - Temporada 2 - Episodio 5 y 6: La calma que reina antes de la tormenta
Episodios 7 y 8: ¿Por qué el final de temporada decepcionó a muchos?
En la nota anterior, hablamos precisamente de una costumbre muy propia del universo Game of Thrones (y, por extensión, House of the Dragon) que se cumplió al pie de la letra: el anteúltimo episodio de la temporada (el séptimo, en este caso) nos dio un enfrentamiento de proporciones épicas y un despliegue visual que justifica cada segundo invertido en esta serie precuela.
Conocido en los libros con el nombre de “La siembra roja”, el capítulo dedicado a reclutar nuevos aliados para la causa de Rhaenyra Targaryen nos dio una de esas espectaculares secuencias de violencia y fantasía por las que su serie madre se hizo tan famosa. House of the Dragon volvió a demostrar que no solo vive a la altura de su legado, sino que es capaz de elevar la apuesta con efectos visuales que siguen superando todo lo que hemos visto hasta ahora en televisión, y decisiones en el apartado técnico -como la iluminación de la escena- que superan a su antecesora.
Pero en el mundo de HBO nada es gratuito, y esos grandes despliegues de virtuosismo y fanservice vienen acompañados de una construcción previa. Preparando el terreno para esta “siembra roja”, la temporada siguió a tres personajes que eventualmente se convertirían en los candidatos elegidos por los dragones y les dedicó un respetable tiempo de pantalla, para entender sus motivaciones y empatizar con ellos a la hora de poner sus vidas en riesgo.
El episodio en particular terminó además con una nota altísima: el vuelo de un inexperto jinete hacia Desembarco del Rey, desafiando el poderío del lado verde y su -hasta el momento- indiscutible ventaja estratégica. Como siempre ocurrió en este mundo que marida a la perfección fantasía con política y drama de personajes, la supremacía de un bando puede cambiar de un segundo a otro gracias a las extraordinarias fuerzas de los dragones y el delicado equilibrio sobre el que se sostiene el poder de los hombres y mujeres.
Sin embargo, House of the Dragon -como ya mencionamos- es mucho más cuidadoso que su antecesora (o al menos, que sus últimas temporadas) en construir el entramado narrativo que eventualmente propicia esos momentos. Esto se reflejó también en las tensas relaciones intrafamiliares de cada bando y en los delicados matices de sus regentes, que insinúan una inestabilidad emocional capaz de poner en peligro a todo el reino por sus creencias o caprichos.
En el final de temporada propiamente dicho, titulado “La reina que alguna vez fue”, la suerte ya está echada. Mientras los verdes pierden poderío y planean fugas, traiciones y contraataques, los negros consolidan sus fuerzas y se reagrupan en este episodio. Pero la gran batalla queda en promesa y un épico montaje final deja el terreno preparado para la próxima temporada, que llegará recién dentro de dos años. Es por eso que muchos se sintieron decepcionados ante un escenario tan incierto, que además dejó muchas preguntas sin resolver.
Entre ellas, la inclusión de una escena inicial para el episodio que abrió una nueva subtrama cuando la temporada está llegando a su conclusión, algo que hubiera sido más apropiado para un primer episodio. Una que, además, aporta poco y nada a la historia principal, y no aportó ningún momento memorable. El gran climax del episodio, de hecho, llegó con una visión que remite a los sucesos que vimos en Game of Thrones y una profecía que deja varias incógnitas para la próxima temporada.
En medio de este escenario, algunas subtramas -más y menos desarrolladas- sugieren lo que se viene, desde nuevos jinetes de dragones hasta personajes desmoralizados por el precio de sus propias decisiones, y alianzas imprevistas que inclinarán la balanza hacia un inevitable destino. En definitiva, ya sabemos cómo termina esta historia. Lo importante es conocer los detalles del relato, que -en algunos casos- han demostrado ser en realidad muy distintos a cómo se contaron en la historia oficial.