Juegos que cambiaron la historia #7 | Celeste

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En una edición anterior de esta columna, donde repasamos algunos títulos que dejaron su huella marcada en la historia de los videojuegos, hablamos sobre la relevancia de Hollow Knight y cómo se posicionó como el título metroidvania por excelencia y uno de los juegos independientes más importantes de la historia. Esta vez, es el turno de otro de los grandes del rubro que brilla por su plataformas y narrativa: Celeste.

El título salió en 2018 y rápidamente se convirtió en uno de los mejores juegos del año, incluso, estando nominado en dicha categoría en The Game Awards junto a gigantes de la industria como God of War, Red Dead Redemption 2 y Spider-Man. El juego fue creado por Maddy Thorson en su estudio Maddy Makes Games (ahora refundado bajo el nombre Extremely OK Games).

Seis años después de su lanzamiento, Celeste sigue totalmente vigente no solo por ser considerado uno de los mejores y más desafiantes juegos de plataformas, sino también debido a su gran comunidad que continúa realizando distintos contenidos sobre la obra como fan arts. Esto se debe a que cuando hablamos de este título no solo nos referimos a un juego con mecánicas excelentemente logradas, sino también a un juego que tuvo un impacto cultural muy fuerte por las temáticas que abordó y su forma de hacerlo.

La premisa del título nos pone en la piel de Madeline, una joven que se propone escalar la montaña Celeste. Para hacerlo, debe luchar contra las adversidades que la montaña presenta pero también contra ella misma, sus inseguridades, sus miedos y su ansiedad. Celeste es mucho más que un videojuego de plataformas: es un viaje de superación personal tanto para la protagonista como para los jugadores.

El primer punto que sobresale de la experiencia es, sin lugar a dudas, la exquisitez del diseño de sus niveles y la precisión de los movimientos de Madeline. Pasar cada etapa es casi una cuestión matemática donde hay que pulsar de manera correcta cada uno de los botones en el momento justo. Celeste es un juego muy exigente que requiere en todo momento del aprendizaje del jugador y un prueba y error en cada uno de los escenarios.

Morir forma parte de la experiencia del título e, incluso, hay un contador que marca cuántas veces hemos perdido en cada sección. Asimismo, la mecánica de juego está tan bien pulida que pasar cada nivel nunca es una cuestión de suerte y siempre genera una satisfacción extra por lo vistoso y bonito que queda el movimiento al superar cada sección.

La magia de Celeste radica en que la exigencia y dificultad de su entrega no brinda una experiencia frustrante. Al contrario, el juego te alienta todo el tiempo a volverlo a intentar, a mejorar, a superarse y no desanimarse. Esto lo logra a través de mensajes alentadores cada vez que morimos, a la narrativa presente en todo el juego y, sobre todo, a su increíble música compuesta por Lena Raine que acompaña y te sumerge en la experiencia de una manera que pocos juegos logran.

Realizar una narrativa profunda no es algo sencillo particularmente en el género de plataformas, ya que es un tipo de juego donde mayoritariamente nos encontramos en continuo movimiento saltando entre bloque y bloque. En este sentido, Celeste logra impactar desde lo narrativo gracias a un puñado de personajes que conocemos durante nuestra aventura y a los diálogos que tiene Madeline con ellos como con ella misma.

Madeline todo el tiempo se encuentra en una disputa consigo sobre las razones por las cuales quiere escalar la montaña Celeste. Sin embargo, la principal antagonista no es la montaña sino que son los temores de ella, que se personifican dentro del juego en una villana que complejiza nuestra aventura aún más. En un primer momento, nuestra protagonista decide separarse de su lado más oscuro para buscar eliminarlo pero, a medida que avanzamos, el juego se convierte en un viaje de superación donde Madeline finalmente debe abrazar sus demonios para completar su objetivo.

Celeste es simplemente hermoso y acompañar a Madeline en su viaje con sus miedos, sus ataques de pánico y su ansiedad, al mismo tiempo que uno como jugador debe mejorar y aprender también a superarse para pasar los desafiantes niveles, es una de las experiencias que más disfruté jugando videojuegos. Este es el punto por el cual Celeste es lo que es y por lo que tiene una comunidad con un cariño muy fuerte con la obra y sus personajes.

Tiempo después de su lanzamiento y con la salida de su DLC, supimos que Celeste representa el viaje de su creadora, Maddy Thorson, como mujer trans. Esto generó que el título trascendiera aún más en su alcance y significación tanto para su creadora como para todos los que hayan jugado al título. Es increíble observar la cantidad de notas y videos realizados por distintas personas contando cómo, de alguna forma u otra, jugar Celeste les cambió algún aspecto de su vida.

En mi caso, Celeste es uno de mis juegos favoritos, que tuve la oportunidad de rejugar en distintas oportunidades y que, en muchos momentos, me veo volviendo a él de alguna forma u otra. Su soundtrack ya forma parte de mi vida cotidiana y hay momentos del juego que realmente me marcaron. La fogata con Theo, los ataques de pánico de Madeline y su superación y sus conversaciones con Badeline son algunos de los momentos icónicos que no voy a olvidar.

Sin lugar a dudas, Celeste no solo fue uno de los mejores lanzamiento en 2018 sino que estamos hablando de uno de los grandes títulos de la industria de los videojuegos. Su alto nivel de exigencia, su extraordinario diseño de personajes y de niveles y su impacto narrativo, tanto con los diálogos como con la música, lo convierten en un juego único disfrutable para todo tipo de jugador, gracias a sus opciones de accesibilidad.