El famoso “backlog”: ¿A qué jugamos cuando tenemos más juegos de los que podemos jugar?

La transición hacia el mercado digital y la competencia entre tiendas virtuales fomenta la compra indiscriminada de títulos en oferta que, posiblemente, nunca vayamos a jugar

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Xbox Game Pass
Xbox Game Pass

Tenemos más juegos de los que deberíamos tener. Es una afirmación que generaliza brutalmente y engloba a todos los jugadores modernos pero, por más vuelta que le demos al asunto, creo que nos representa como comunidad. Hoy en día, con el formato físico relegado al coleccionismo, la gran mayoría de los jugadores tiene cuenta en alguna plataforma digital y un abultado número de juegos en su haber. Tal vez, se deba a la constante oferta de títulos con descuento, a las ofertas de temporada o simplemente a esa necesidad imperiosa de aprovechar las oportunidades, pero lo cierto es que tenemos más juegos que tiempo libre disponible. El problema es que, a diferencia del tiempo libre, siempre van a publicarse nuevos juegos por lo que la posibilidad de jugarlos a todos termina siendo ínfima.

Cuando hablamos de “backlog” nos referimos a esos títulos que adquirimos pensando que, en el futuro cercano, eventualmente jugaremos pero que por lo general suelen terminar juntando polvo virtual en nuestra biblioteca digital. No hace falta gastar dinero para tener un backlog, con solo tener una cuenta en Steam, Prime Gaming o Epic Games Store vamos a poder juntar un puñado de juegos gratis por semana. A esto le podríamos sumar los catálogos de los servicios de suscripción, como Game Pass o PlayStation Plus, que incorporan nuevos títulos todo el tiempo. Cada vez hay más juegos compitiendo por nuestro tiempo libre y, de alguna manera u otra, vamos a seguir acumulando contendientes. Así funciona hoy la economía del gaming y no es ninguna novedad, excepto cuando se transforma en un problema.

Destiny 2 | Desarrollador: Bungie Studios
Destiny 2 | Desarrollador: Bungie Studios

Comprar juegos baratos, aprovechando ofertas o reclamando títulos gratuitos, termina transformándose en una suerte de coleccionismo que eventualmente nos aleja del objetivo principal del gaming: jugar videojuegos. No niego que exista cierto placer en encontrar ofertas y tener todas las sagas completas en una misma plataforma, y si puedo escribirlo con tanta soltura es porque también estoy dentro de este bucle. Pero a la vez, tener tantos juegos en mi biblioteca de Xbox o Steam se ha vuelto contraproducente.

A medida que crece el backlog, elegir a qué jugar se vuelve un problema real. Claro, siempre tendremos nuestros títulos de cabecera, esos a los que regresamos para pasar una tarde relajados sin importar cuántas veces lo hayamos jugado. Esos serían nuestros “comfort games”, o juegos reconfortantes, y su rol cobra una relevancia mayor bajo estas circunstancias. ¿Cuántas veces han encendido sus PC o consolas solo para terminar navegando por sus bibliotecas digitales sin saber a qué jugar? Cuando la oferta de juegos es tan grande, tomar una decisión cuesta más y al final se puede transformar en una fuente de ansiedad.

The First Descendant | Desarrollador: NEXON Games Co., Ltd. | Distribuidores: Nexon, Nexon Korea
The First Descendant | Desarrollador: NEXON Games Co., Ltd. | Distribuidores: Nexon, Nexon Korea

La ansiedad, en parte, viene de la mano de entender cuán ridículo es no saber a qué jugar teniendo cientos de títulos a nuestra disposición. Y no hablamos de “cualquier juego” porque, salvo contadas excepciones como los juegos gratuitos o los que se agregan a las suscripciones, son en su mayoría títulos que hemos elegido y comprado. Miramos la biblioteca, pensamos a qué tenemos ganas de jugar y seguimos viendo si encontramos alguno más interesante, pasan los minutos y seguramente terminemos jugando a alguno de nuestros comfort games con un dejo de frustración por no haber podido elegir algo diferente.

El otro lado de la moneda también pega por el lado de la ansiedad y viene por el miedo a quedarse afuera de la conversación. El infame “fomo” (el miedo a perderse de algo, por sus siglas en inglés) también nos empuja a jugar a “lo que se está jugando” y contribuye a que el backlog se vuelva cada vez más grande. Al comienzo, el fomo parecía ser un problema casi exclusivo de los jugadores adinerados. Aquellos que no tenían dinero de sobra no lo sufrían tanto porque sabían que no iban a poder comprar cada juego nuevo, sin embargo, servicios como Game Pass han ayudado a propagarlo por todos los sectores económicos. Esto hizo que una parte de la comunidad se sienta presionada a jugar los lanzamientos nuevos para poder participar de la charla del día en redes sociales, dejando de lado lo que estaban jugando orgánicamente y devolviéndolo a la lista de títulos por jugar.

Marvel's Avengers, de Crystal Dynamics.
Marvel's Avengers, de Crystal Dynamics.

El backlog no es algo nuevo, de hecho es un tema que me preocupa desde que atesoraba cientos de títulos de PlayStation y PlayStation 2. Hace más de veinte años me di cuenta de que no iba a poder jugar todos los títulos que quería y tenía, pero entonces era mucho más joven y los juegos se conseguían demasiado fácil. Eventualmente, me fui dando cuenta de que, sin importar el origen de las copias, el mercado estaba diseñado para acumular mucho y jugar poco. La extensión de los nuevos títulos y el vertiginoso ritmo con el que se publican hace casi imposible estar al día, por eso es vital cambiar la forma en la que entendemos el gaming. En algún momento hay que detenerse y entender que, por más recursos y juventud que tengamos, no hay forma de jugar a todo lo que sale y ni siquiera a todo lo que nos gustaría.

¿Qué hacemos entonces con todos los títulos que tenemos pendientes de jugar? La respuesta no es sencilla y seguro variará según la realidad de cada uno pero, de buenas a primeras, habría que volver a jugar por jugar. Con esto quiero decir que si prefieren pasar una semana rejugando un RPG de hace veinte años, o si eligen invertir veinte horas de vida en el multijugador online de moda, está perfecto. También sería una buena decisión correr a jugar el lanzamiento más nuevo, siempre que sientan que es tiempo bien invertido. El secreto es tratar de no arrepentirse, evitar jugar a algo que no les divierte únicamente para estar al día o peor aún, para terminarlo y así empezar algo nuevo. Abandonar y desinstalar un juego que no nos divierte es una práctica sana y liberadora, ideal para estos tiempos de backlog.

The First Descendant | Desarrollador: NEXON Games Co., Ltd. | Distribuidores: Nexon, Nexon Korea
The First Descendant | Desarrollador: NEXON Games Co., Ltd. | Distribuidores: Nexon, Nexon Korea

En lo personal, suelo tener siempre un comfort game instalado listo para aliviar el stress de un día complicado. Disfruto los shooters y los brawlers, todo lo que sea acción sin sentido me permite distender la mente. También tengo debilidad por los juegos que proponen una repetición para progresar, por eso amo Destiny y The First Descendant pero también invertí cientos de horas en Marvel’s Avengers (no me juzguen, de vez en cuando todavía lo extraño). Y, aunque me duela el orgullo, trato día a día de abandonar los juegos que no me enamoran y empezar otros de los que tengo en el backlog. Otra práctica sana, en especial cuando navegamos la cuarta década y tenemos vida familiar, es retirarse de ciertos géneros que ya no nos satisfacen como antes. Pero ese es un tema para otra columna, quizás cuando hablemos de cómo cambia nuestra relación con el gaming a medida que crecemos y envejecemos.

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