Algo que muchas veces sucede en la industria de los videojuegos, más que nada cuando hablamos de estudios pequeños o los primeros pasos de algún desarrollador, es que no necesariamente el primer juego que lancen sea el soñado o el que verdaderamente quieren hacer. Un buen ejemplo de esto es el desarrollador australiano Luke Muscat, reconocido por ser el creador de dos grandes éxitos: Fruit Ninja y Jetpack Joyride.
Ambas entregas (sobre todo Fruit Ninja) fueron juegos muy destacados en celulares por su propuesta simple y llamativa. Lo curioso de esto es que su nuevo lanzamiento, que realizó en solitario, se trata de un roguelike de terror subacuático, diferenciándose por completo de sus anteriores entregas. Su nueva propuesta se llama Feed The Deep y ya está disponible para PC.
Según las palabras del propio desarrollador, el título está inspirado en grandes videojuegos del género como Dome Keeper y Spelunky. En este sentido, Feed The Deep se centra en la exploración de cuevas marinas creadas de manera aleatoria, en el uso y búsqueda de recursos y en la supervivencia frente a criaturas lovecraftianas que serán un peligro para nuestra propia vida.
A grandes rasgos, el objetivo del juego es bastante simple: en las profundidades yace una criatura capaz de destruir el mundo tal como lo conocemos. Por este motivo, nuestro trabajo es explorar la zona en búsqueda del alimento que sacie a la criatura y traiga paz al mundo, al menos momentáneamente. Pese a que el objetivo es simple, hay muchos elementos a tener en cuenta.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que desconocemos tanto la ubicación del alimento como la de la criatura, por lo que la exploración de la cueva es siempre un factor fundamental de la experiencia. Por otro lado, la gestión de recursos también tiene un rol primordial, ya que nuestro traje y elementos son limitados en un comienzo, por lo que debemos recoger recursos -como oro- que nos permitan mejorar y agregar nuevas funciones.
Incrementar el oxígeno del traje, adquirir bombas o municiones de bengalas, incrementar la luz de la linterna, brindar una mayor capacidad de traslado de objetos o incluso agregar un sprint de velocidad, son algunas de las opciones que se encuentran presentes en el juego. Cada uno de estos elementos nos permite mejorar nuestra exploración en la cueva de manera progresiva, ya que disponemos de mayores herramientas para combatir contra los peligros como así también la posibilidad de estar más tiempo y a mayor profundidad en el agua.
El juego tiene un loop bastante repetitivo entre sumergirnos para obtener recursos y explorar un poco más y volver a tomar aire y visitar la tienda. Esta es la base jugable de Feed The Deep y según el tipo de jugador y experiencia que se pretenda, puede resultar más o menos placentero. En mi caso, sentí que la esencia del juego se agotaba bastante rápido, faltando profundidad en sus sistemas una vez que ya nos familiarizamos con ellas.
Para combatir este loop repetitivo, Feed The Deep divide este título en diferentes niveles que cambian algunas reglas del juego. Estos niveles se desbloquean alimentando a Lo Profundo en las secciones anteriores. A medida que cambiamos de capítulo no sólo se incrementan los peligros y el tamaño de la cueva sino que se añaden nuevos elementos como teletransportadores, bombas y hasta un nivel donde no recuperamos aire sino que debemos rellenar el tanque de oxígeno en la tienda continuamente.
Sumado a esto, cada nivel tiene distintos desafíos que buscan alargar la vida del título, completando el nivel de la manera más rápida posible así como también alcanzando un récord de puntuación en un minijuego presente en cada sección. Estos cambios de elementos y desafíos me parecieron una muy buena manera de mantenernos comprometidos con el juego y así generar el hecho de tener que hacer un mini aprendizaje nuevo al comienzo de cada capítulo.
De todas maneras, no me parece que Feed The Deep tenga lo necesario para ser de esos roguelike donde podemos pasar una decena de horas y encontrar nuevo contenido y maneras de jugar. Esto no necesariamente tiene que significar algo negativo, ya que los puntos centrales y lo que propone la entrega, lo hace de muy buena forma, y aún más, si tenemos en cuenta que fue desarrollado por una sola persona.
Lo que sí me dejó un sabor agridulce son los enemigos presentes en el juego, ya que hay poca variedad de ellos y, una vez conocidos, rápidamente dejan de ser un obstáculo real en la experiencia porque uno aprende a evitarlos o eliminarlos sin pasar peligro. Una vez que entendemos la búsqueda de Feed The Deep, es muy difícil perder ya que disponemos de tres vidas que se pueden rellenar en la tienda.
La entrega puede funcionar como una puerta de entrada para aquellos que desconozcan el funcionamiento de los roguelike pero, en mi caso, suelo esperar cierto desafío en estas entregas ya que parte de su esencia es el peligro de perder todo el progreso a causa de una mala decisión, situación que en este caso es muy fácil de evitar luego de las primeras partidas.
Por fuera de esto, la ambientación y diseño de niveles están muy bien elaborados y cada nivel cuenta con varios coleccionables secretos que nos brindan información sobre la historia de la criatura, su origen y expediciones pasadas. Por más de que en ningún momento sentí miedo, la oscuridad de la cueva y los sonidos del traje, la respiración y los monstruos, logran una destacada inmersión.
En definitiva, Feed The Deep es una experiencia muy divertida aunque limitada en la mayoría de sus elementos. Con una propuesta centrada en la exploración y obtención de recursos, el título funciona de muy buena manera y es más que recomendable para quienes disfruten del género y quieran un juego simple y atractivo. Por mi lado, también me interesaría saber cuál será el futuro proyecto del único desarrollador de la entrega, Luke Muscat.