Columna anterior:
Sega Master System: la consola que desafió a Nintendo y activó la guerra de las consolas
En la década de los 80, la industria de los videojuegos estaba en plena efervescencia. Las consolas de videojuegos comenzaban a dominar el entretenimiento en el hogar, y empresas como Nintendo y Atari lideraban el mercado. En este contexto, Sega, tras haber intentado con dos modelos (SG 1000 y SG 1000 II), presenta su tercer y mejorado proyecto en Japón en 1985, bajo el nombre de Sega Mark III. Un año después, esta consola fue relanzada internacionalmente con un nuevo nombre: Sega Master System (SMS).
La Master System estaba equipada con un procesador de 8 bits y ofrecía gráficos y sonido que superaban a su competencia directa, la Nintendo Entertainment System (NES). Su hardware incluía un CPU Zilog Z80 a 3.58 MHz, una paleta de colores superior y capacidades de audio avanzadas gracias al chip PSG de Texas Instruments. Además, la consola ofrecía periféricos innovadores como unas sensacionales gafas 3D y la mítica pistola de luz Light Phaser, que ampliaban las posibilidades de juego para estar a la altura de la tecnología más de vanguardia en aquel momento.
Los imperdibles de Sega Master System
A lo largo de su vida, la Sega Master System contó con una biblioteca de juegos impresionante, que abarcaba diversos géneros y estilos. Comenzando con quien fuera creado para competir directamente con Mario, me refiero a la saga de Alex Kidd, compuesta en total por cuatro juegos de plataformas muy sólidos y coloridos que aun hoy nos da placer jugar -y que fueron publicándose entre 1986 y 1990- y Alex Kidd BMX Trial, deportivo de bicicletas con la mecánica tradicional de juego de carrera visto desde arriba donde hay que esquivar obstáculos. Alex Kidd fue para muchos la mascota no oficial (o fallida) de Sega antes de la llegada de Sonic.
Otra de las grandes sagas que tenemos que asociar en sus comienzos con esta plataforma es el célebre Phantasy Star. Lanzado en 1987, este RPG fue muy innovador para su tiempo. Presentaba un mundo expansivo, una narrativa profunda y gráficos avanzados. La historia se desarrollaba en el sistema estelar de Algol, compuesto por tres planetas: Palma, Motavia y Dezoris. Cada planeta tenía su propio entorno, cultura y habitantes, ofreciendo una variedad de paisajes y desafíos. Este mundo expansivo y detallado, además de incorporar a nuestra party personajes entrañables como el gato Myau, permitía a los jugadores explorar vastas áreas, interactuar con personajes no jugables y descubrir secretos ocultos.
Fue uno de los primeros RPG en utilizar una perspectiva en primera persona para las mazmorras, lo que proporcionaba una experiencia inmersiva y emocionante. Los jugadores navegaban por laberintos tridimensionales llenos de enemigos y tesoros, una mecánica poco usual en las consolas de la época. Phantasy Star estableció un estándar para los juegos de rol en consola. En esta sintonía de juegos, no nos podemos perder tampoco Ys: The Vanished Omens (1988), un RPG que también se destacó en la Sega Master System. Con su enfoque en la exploración y la acción en tiempo real, Ys ofrecía una experiencia única y emocionante, enriqueciendo aún más el catálogo de juegos de rol disponibles en la consola. Ambos títulos fueron fundamentales para definir y expandir el género RPG en su época.
Destacamos también para este sistema la impresionante saga Wonder Boy en sus tres entregas, desde la excelente primera parte, tal vez el mejor port de la recreativa en su tiempo, cuya jugabilidad no tiene nada que envidiar al mítico Adventure Island de la NES.
Wonder Boy (1986) introdujo a los jugadores en un mundo vibrante lleno de plataformas desafiantes y enemigos variados, incluyendo jefes que ya presentaban un desafío significativo. Wonder Boy in Monster Land (1987) llevó la serie en una nueva dirección, combinando elementos de plataformas con RPG, donde los jugadores podían recolectar dinero para comprar armaduras, armas y otros ítems que mejoraban las habilidades del personaje. Este título añadió profundidad al juego, permitiendo a los jugadores explorar niveles más abiertos y enfrentar jefes más trabajados y complejos en su misión para salvar el mundo de los monstruos. Por último, el gran favorito y raro de conseguir, Wonder Boy III: The Dragon’s Trap (1989), una mezcla de plataformas y acción-aventura que permitía a los jugadores transformarse en diferentes criaturas, cada una con habilidades únicas. Los jugadores podían cambiar entre formas como Hombre-Dragón, Hombre-Ratón y Hombre-León, cada una desbloqueando diferentes áreas y ofreciendo una experiencia de juego única y diversa.
Y podemos seguir expandiéndonos en detalles y recomendaciones, pues se trata de una plataforma repleta de títulos de calidad, que injustamente no se le da todavía el crédito que merece pero, de momento, solo vamos a mencionar algunos, los que suelen ser ports de las recreativas, que merecen ser tenidos muy en cuenta a la hora de explorar el catálogo de la primera gran Sega. Entre estos, destacamos Out Run (1986), el gran juego de carreras que capturó la esencia de la velocidad y la emoción de conducir un Ferrari; Shinobi (1987), clásico de acción y plataformas donde los jugadores toman el rol de un ninja en una misión de rescate; Space Harrier (1986), un shooter en tercera persona con gráficos en 3D impresionantes para su tiempo y principal motivo para optar por esta consola en lugar de la NES; After Burner (1987), juego de combate aéreo que ofrecía la experiencia arcade auténtica en la comodidad del hogar; Quartet (1987), un juego de acción y plataformas que se conoció acertadamente como Double Target en su versión japonesa, ya que las posibilidades de la Sega solo permitían hasta dos jugadores simultáneamente y, por último, R-Type (1988), el pionero shooter de desplazamiento lateral que se destacó por su dificultad y diseño innovador, en una de las mejores y más coloridas versiones disponibles en su momento. Estos títulos, entre otros, son esenciales para cualquier entusiasta de la Sega Master System y representan algunos de los mejores ejemplos de la capacidad de la consola para ofrecer experiencias de juego excepcionales.
Ascenso y desafíos de la Master System: estrategias, éxitos y fracasos
Para competir con Nintendo, Sega implementó varias estrategias de marketing agresivas. Una de las tácticas más destacadas fue enfatizar las capacidades superiores del hardware de la Master System. Sega promovió sus gráficos más coloridos y detallados, así como su mejor calidad de sonido, en comparación con la NES. Los anuncios destacaban estos aspectos técnicos, buscando atraer a los jugadores más exigentes. Todavía pueden verse en línea algunos de estos comerciales, que dejan testimonio de cómo comenzó aquello que más tarde se conocería como “la guerra de las consolas”.
Sega también buscó acuerdos con desarrolladores de terceros para ampliar su catálogo de juegos. Aunque enfrentaron dificultades debido a los acuerdos de exclusividad de Nintendo, Sega logró asegurar algunos títulos importantes. Además, lanzaron paquetes que incluían la consola junto con uno o dos juegos, ofreciendo más valor por el mismo precio. Esta adaptación permitió que la consola ganara popularidad en un mercado donde Nintendo tenía menos presencia
Otra estrategia clave fue la localización de juegos para diferentes mercados. En Corea del Sur, por ejemplo, la Master System fue distribuida por Samsung bajo las marcas coreanas Game Boy primeramente y luego, debido a restricciones y reclamos de Nintendo, tuvo que cambiarse a Aladdin Boy. En Europa, Sega adaptó varios juegos para hacerlos más atractivos para el público local, lo que contribuyó a su éxito en la región. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la Master System no logró desplazar a la NES en Estados Unidos y Japón. Varias razones contribuyeron a esto. En Estados Unidos, Nintendo había establecido un fuerte control sobre el mercado gracias a acuerdos de exclusividad con desarrolladores.
Estos acuerdos limitaban la disponibilidad de títulos de calidad para la Master System, lo que dificultaba la competencia y, en Japón, Sega no pudo atraer suficiente apoyo de los desarrolladores de juegos, quienes ya estaban comprometidos con Nintendo. Esto resultó en una biblioteca de títulos menos atractiva y variada. Además, el marketing de Nintendo era simplemente más efectivo y la marca NES se había convertido en sinónimo de videojuegos para muchos consumidores y, como la distribución de Sega en Japón fue menos eficiente que la de Nintendo, afectó las ventas. Nintendo implementó un estricto sistema de control de calidad para sus juegos, lo que aseguraba que la mayoría de los títulos lanzados para la NES fueran de alta calidad, aumentando así la confianza de los consumidores en la plataforma de la gran N roja.
A diferencia de su desempeño en Estados Unidos y Japón, la Master System encontró un éxito significativo en Europa y Brasil. En Europa, Sega aprovechó las políticas de distribución más laxas y un mercado menos saturado. El precio competitivo de la consola, junto con la calidad de los juegos, ayudó a la adopción de la Master System en la región.
En Brasil, el éxito fue aún más pronunciado. Gracias a un acuerdo con la empresa brasileña TecToy, la Master System fue licenciada y producida localmente, lo que redujo costos y facilitó su distribución. TecToy no solo distribuyó la consola, sino que también localizó juegos y desarrolló títulos exclusivos para el mercado brasileño (ya dedicaremos un apartado cuando llegue el momento). Esto mantuvo el interés en la consola durante muchos años, incluso después de que su popularidad disminuyera en otras regiones.
La Master System también se benefició de la falta de competencia significativa en el mercado brasileño. Mientras que Nintendo tenía una presencia limitada, TecToy dominaba el mercado con la Master System y más tarde con la Sega Genesis/Mega Drive.
Legado y actualidad
El legado de la Sega Master System es innegable. La consola no solo proporcionó una plataforma para algunos de los juegos más queridos de los años ochenta y noventa, sino que también sentó las bases para el futuro éxito de Sega con la Sega Genesis/Mega Drive. La influencia de sus juegos y el diseño de hardware se puede ver en muchas consolas posteriores. Incluso, con su debido adaptador o Everdrive, es posible correr los juegos de la Master System en una Sega Genesis/Megadrive que no sea clon.
Recientemente, ha habido un resurgimiento de interés en las consolas retro, y la Master System no es una excepción. Las reediciones de hardware y software, junto con la emulación, han permitido a nuevos jugadores descubrir los clásicos de la Master System. También se han lanzado compilaciones de juegos clásicos de Sega para consolas modernas, permitiendo a los jugadores revivir la experiencia en nuevas plataformas. Además, la escena homebrew sigue activa, con desarrolladores creando nuevos juegos y mods para la Master System. Estos proyectos demuestran la duradera influencia y el atractivo de la consola, manteniendo vivo su legado para las futuras generaciones de jugadores. La Master System sigue viva gracias a una comunidad de fanáticos dedicados y a nuevas producciones. TecToy, en particular, continúa apoyando la consola en Brasil, lanzando versiones actualizadas y nuevos títulos. Además, los desarrolladores independientes siguen creando proyectos homebrew, manteniendo la nostalgia y la diversión.
Algunos de estos títulos son Chery Perils (2020), un plataformero bien constituido que también tiene versión en NES y en ZX Spectrum; Sydney Hunter and the Sacred Tribe (2019), homenaje al superclásico Montezuma, disponible también en plataformas como ColecoVision o Commodore 64, Silver Valley (2017), de Mike Ruiz, muy en la línea Castlevania con excelentísima banda sonora, y Knight of the Square (2022), según su autor, inspirado en clásico beat ‘em up de Capcom casi homónimo, Knights of the Round, por mencionar algunos ejemplos de lo que podemos llegar a encontrar en la actualidad. Incluso, existen impecables homebrews de clásicos como Green Beret que en su momento no estaba en el catálogo original o remakes como Bomb Jack, cuya versión oficial dejaba bastante que desear. El epicentro de la escena maestra lo tenemos en la competición anual SMS Power! Competition, que premia e incentiva desde su web el desarrollo de nuevos títulos.
La Sega Master System, a pesar de sus altibajos en diferentes mercados, ha dejado una marca duradera en la historia de los videojuegos. Su capacidad técnica, junto con su biblioteca de títulos innovadores y diversos, la convirtió en una consola querida por muchos. Aunque no logró destronar a la NES en todos los mercados, su éxito en Europa y Brasil, así como su legado continuo, le aseguran un lugar especial en el corazón de los gamers de todo el mundo.