Los últimos resultados financieros de Microsoft han revelado que la tendencia de Xbox de apostar por el software sigue siendo más rentable que enfocarse en el hardware. Un reciente informe financiero muestra que la compañía experimentó una caída del 42% en la venta de hardware, pero por otro lado se ve reflejado el aumento del 64% en las ventas de software.
Si bien las ventas de las consolas Xbox han experimentado una caída considerable en el último año, Amy Hood, directora financiera de Microsoft, señalaba que “las ventas de hardware no son importantes para Xbox”. Microsoft ha justificado esta tendencia argumentando que el ciclo de vida de las consolas actuales está llegando a su fin y que el foco se ha desplazado hacia el crecimiento de sus servicios de suscripción como Game Pass, que ha experimentado un aumento significativo en sus suscriptores.
La adquisición de Activision Blizzard ha sido un catalizador clave en esta transformación. Al incorporar franquicias tan populares como Call of Duty, Warcraft y Overwatch a su catálogo, Microsoft ha logrado impulsar de manera significativa sus ingresos por contenido y servicios, compensando así la disminución en las ventas de hardware.
Este cambio de estrategia se alinea con la tendencia general de la industria de los videojuegos, donde los servicios de suscripción y la distribución digital se han convertido en los principales motores de crecimiento.
Sin embargo, la compañía no ha abandonado por completo el desarrollo de hardware. Microsoft ha confirmado que está trabajando en una nueva generación de consolas, aunque no ha proporcionado detalles específicos al respecto. Es de suponer que esta próxima generación de hardware contemple la actual tendencia de vender servicios de suscripción y ofrezca una experiencia de juego orientada hacia ese camino.