Mafia Spies es una serie documental que explora la fascinante y oscura alianza entre la mafia y la CIA durante la Guerra Fría. Esta serie se adentra en los archivos desclasificados y entrevistas exclusivas para revelar cómo estas dos organizaciones, normalmente en lados opuestos de la ley, colaboraron para llevar a cabo misiones secretas, incluyendo intentos de asesinato de líderes extranjeros como Fidel Castro. La serie destaca la participación de notorias figuras del crimen organizado, como Sam Giancana y Johnny Roselli, quienes fueron reclutados por la CIA en su esfuerzo por derrocar a gobiernos comunistas y eliminar amenazas percibidas para la seguridad nacional de Estados Unidos. Los seis capítulos ya están disponibles en Paramount+.
A través de una narrativa detallada y visualmente impactante, Mafia Spies ofrece una mirada inédita a los métodos y motivaciones detrás de esta colaboración clandestina. La serie combina dramatizaciones, documentos históricos y testimonios de expertos para pintar un cuadro completo de una de las épocas más turbulentas y secretas de la historia moderna. Con un enfoque en la intersección de poder, política y crimen, Mafia Spies no solo cuenta una historia de espionaje y traición, sino que también plantea preguntas sobre la moralidad y las consecuencias a largo plazo de estas operaciones encubiertas. Los showrunners y responsables de esta producción, Ilan Arboleda y Tom Donahue, charlaron con nosotros y respondieron varias preguntas más que interesantes, adentrándose no solo en el mundo audiovisual sino también en las intrincadas responsabilidades políticas que ofrece esta propuesta.
Te invitamos a ver nuestra entrevista en video, o a leer una transcripción debajo.
—La verdad es que estoy muy ansiosa por hacer esta entrevista, porque me gusta mucho la historia, y cosas también relacionadas con la historia de América Latina. Y no es algo que veamos todo el tiempo, sobre todo con algo tan intrincado con la CIA y las mafias, y lo que significó la Revolución Cubana para Latinoamérica, para Argentina por el Che Guevara y la relación allí. Así que tengo que hacer preguntas sobre todo acerca de las repercusiones de hacer este tipo de serie y también acerca de hacer un programa de televisión documental. Es la primera vez que hago una entrevista sobre un documental. En primer lugar, este proyecto, ¿fue algo que impulsaron como creativos o fue algo que les presentaron a ustedes?
Tom Donahue: —Fue un proyecto que nos presentaron dos productores muy respetados que hacen ficción. No realizan no ficción. Así que vinieron a nosotros pensando que podría ser una gran serie documental. Y nosotros aceptamos porque crecimos conociendo esta historia y la mitología que la rodea, así que nos abalanzamos y pensamos que sería muy divertido.
—Entonces esto era algo que a ustedes ya les gustaba antes de hacer esto.
Tom Donahue: —Sí, teníamos gustos similares, si a uno de los dos le gusta algo generalmente al otro le va a gustar también.
—De acuerdo. Es difícil para mí entender cómo es el proceso de tratar de establecer un programa de televisión que sea entretenido, pero que también tiene su parte de historia que debe ser precisa. Hay cosas que no pueden ser incorrectas. ¿Cómo encaran la situación de elegir cuándo filmar cosas y cuándo elegir mostrar material de archivo para otras?
Ilan Arboleda: —Nosotros hemos hecho muchos documentales, y en realidad Tom es el que siempre dice que no puede aburrirse. En el momento en que se siente aburrido, corta. Para nosotros, aunque estemos haciendo un documental, es ante todo entretenimiento. Nuestro objetivo es dar vida a la historia. Y desde el principio supimos que, con todas las personas importantes de la historia ya fallecidas, excepto una o dos, teníamos que asegurarnos de darles vida. Así que nos aseguramos de incorporar ciertos elementos, no sólo grandes entrevistas, sino también recreaciones de alta calidad que hicimos en los escenarios de Hollywood, hermosas animaciones que ayudaron a dar vida a muchas de las imágenes.
La idea es utilizar todos esos elementos al unísono para crear algo emocionante y divertido, pero basado en hechos reales. Y todo en esta historia está arraigado en pruebas fácticas y la base de eso es un conjunto de documentos de la CIA de 2017 y 2018. Esa es la raíz de toda la historia. Así que todo se basa en hechos reales, pero nuestra primera motivación es siempre cómo contamos una historia entretenida y cómo nos aseguramos de que si van a ser seis episodios, quieras ir de episodio en episodio y no aburrirte después de uno o dos.
Tom Donahue: —El truco está en que el público necesita mirar la serie entera de corrido. Necesitas cliffhangers, hay que mantenerlos enganchados en todo momento. También, su punto sobre los hechos es obvio, porque se trata de un documental, pero en este caso no es tan obvio porque mucha gente aporta sus propias teorías conspirativas a esta historia. Y teníamos que asegurarnos de que se entendiera que esto se basa únicamente en pruebas objetivas. Por eso mostramos los documentos, las citas de libros y los testimonios de los tribunales para decir que esto se basa en hechos reales. No estamos inventando cosas. Y todos los expertos que elegimos eran ganadores del Premio Pulitzer, ganadores de premios. Son extremadamente respetados en cada uno de sus campos individuales.
—También tienen muchos testimonios. Algo que quería preguntarles es cómo eligen a tanta gente, no sólo basándose en sus libros, sino también a otras personas. Por ejemplo tienen cubanos hablando, tienen profesores, tienen cubanos que fueron exiliados. ¿Cómo se toman esas decisiones?
Ilan Arboleda: —Depende. Cuando se trata de los hechos básicos, algunas de esas voces principales que se ven, los académicos, los ganadores del Premio Pulitzer, tratamos de ir a los mejores, los que están en la cima. La gente más respetada en su campo, buscamos ir a ellos. Así que, por ejemplo, cuando se trataba de hablar de la CIA, la única persona con la que podíamos hablar era Tim Weiner, porque escribió un libro muy famoso titulado “Legado de cenizas”, que ganó el Premio Pulitzer. Así que cuando hablamos de autoridad en ese tema, acudimos a él. Cuando pensamos “¿cómo hablamos de la experiencia cubana en este tema y de cómo era estar en Cuba durante la revolución?”, decidimos que teníamos que ir a Cuba. Y tuvimos mucha suerte de que Tom conociera a alguien de México que había vivido en Cuba y era un experto. Conocía a mucha gente allí y se convirtió en nuestro intermediario.
Así que fuimos a Cuba y nos trajo a toda esa gente, gente maravillosa, gente que había sido niños soldados, gente que había estado en los servicios especiales y las fuerzas secretas en Cuba que podían venir y hablarnos de lo que era estar en ese lado. Porque sabíamos que podíamos hablar de la perspectiva del exilio. Sabíamos que obtendríamos la perspectiva de la CIA, la perspectiva de Estados Unidos. Pero obtener también esa perspectiva nos pareció realmente interesante y único. No se ve eso en una producción norteamericana. No se ve ese aspecto de la historia principalmente a causa de la Guerra Fría. Bueno, únicamente por la Guerra Fría. Así que pensamos que sería muy importante llevarlo a la pantalla. Así que Tom y yo hicimos un viaje de exploración a Cuba para reunirnos y hablar con todos, para que todos se sintieran muy cómodos reuniéndose con nosotros. Y luego fuimos de nuevo e hicimos esas entrevistas y conseguimos algunas historias realmente increíbles.
Tom Donahue: —También la CIA y la Mafia se negaron a participar.
—Ustedes tienen dos directores de fotografía diferentes, uno para las entrevistas y otro para las recreaciones. Cuando empezaron a hacer este programa, ¿tenías alguna idea de hacia dónde ir en cuanto a referencias, como películas de mafia o películas de ese estilo?
Tom Donahue: —Sí, yo mencionaría “El Padrino” y “Charada”, así como las viejas películas de James Bond, como “Dr. No”, “De Rusia con amor” o “Goldfinger”. Nos ayudaron a establecer la paleta visual. Sabíamos que esto era lo que queríamos. Y en cuanto al estilo de “keystone cop”, pensamos en la serie “Superagente 86″, que se burlaba de los espías y de las actividades de espionaje, e incluso “Pantera Rosa”. En gran parte del diseño de decorados, yo tomaba imágenes de películas antiguas y decía “pongamos ese rifle en el fondo y pongámoslo con esa pistola allí”. Así que muchas de las referencias vienen de películas antiguas, y si es una persona mayor la que las ve, puede divertirse mucho intentando adivinar de dónde vienen.
—También tienen mucha referencia a la cultura pop de hoy en día porque la Guerra Fría fue el principio de todo lo que conocemos ahora en cuanto a Hollywood y esas cosas. Así que fue interesante ver, sobre todo fue un creo que fue al final del primer episodio cuando hacen una broma sobre este espía, que era en realidad el hombre que se supone que inspiró “Misión Imposible”.
Tom Donahue: —Este es realmente también el momento en la historia donde el complejo de entretenimiento de la cultura pop se encuentra con el complejo político en los Estados Unidos y se juntan. Creo que Ronald Reagan le puso los toques finales a eso. Pero desde entonces ya no se pueden distinguir entre sí.
Ilan Arboleda: —Y en realidad fue Frank Sinatra quien lo hizo en cierto modo, ¿no? Porque Frank Sinatra realmente construyó un puente entre el mundo de la mafia, el mundo político y el mundo del espectáculo. Así que en cierto modo, él es una especie de punto de apoyo de eso.
Tom Donahue: —Es el George Clooney original.
Ilan Arboleda: —Exacto. Clooney para el mafioso...
Tom Donahue: —Ya sabes, la estrella de “La gran estafa”.
—Ustedes también han hablado de todas las cosas que deben tierra y decir “esto no es una teoría, esto no es una teoría conspirativa, esto se basa en hechos”. Pero esto en realidad es una locura. Va más allá de la realidad. Parece ficción porque hay tantas cosas que no se puede entender cómo sucedieron. ¿Hay algo que, cuando estaban haciendo la serie e investigando, los haga decir “no puedo creer que hicieron esto”?
Tom Donahue: —Bueno, creo que lo fascinante es que mucha gente piensa que Kennedy fue la causa de esto. En realidad, fue Eisenhower. Y yo incluso diría que la causa fue el Día D, porque era el final de la Segunda Guerra Mundial, porque Eisenhower era el general que supervisaba básicamente un baño de sangre. Y tenía mucho miedo de tener que repetir eso otra vez. Así que realmente se inclinó por la idea de las operaciones encubiertas, y por lo tanto, le dio a la CIA un enorme permiso para hacer cosas clandestinas y encubiertas.
Ilan Arboleda: —Tú sabes, él vio morir a un millón de soldados estadounidenses y pensó “¿por qué enviar un millón cuando puedo enviar 30 operaciones encubiertas para tener el mismo resultado?” Era realmente reacio a la guerra y al complejo militar industrial. Antes de eso, y para no ponerme tan detallista, eran sólo una agencia de recopilación de inteligencia. Él los legitimó para ocuparse de la recopilación de inteligencia y realizar también las operaciones.
Tom Donahue: —Y eso es algo que no existía en la misma organización, porque no hay control y equilibrio entre esas dos cosas.
—¿Que creen que los espectadores del mundo de hoy podrán entender viendo esto, y compararlo con lo que es hoy en día Estados Unidos con sus políticas exteriores y lo que era en 1960?
Ilan Arboleda: —Pues, creo que una de las cosas es, en primer lugar, lo más importante son las consecuencias no intencionadas. Tomamos una decisión geopolítica de hacer algo, y hay consecuencias imprevistas que eventualmente suceden. Y entonces, ¿cuál es la razón de esa elección geopolítica? ¿Cuáles son los factores que la motivan? Eso es lo primero. ¿Cómo lo analizamos? Y en segundo lugar, las repercusiones que inevitablemente se producen, que pueden tener ramificaciones en una generaciones posteriores, y que tienen su origen en este periodo de tiempo. Comienza con la Guerra Fría, y es igual de relevante y urgente hoy en día, porque vemos cómo se produce un efecto dominó en todo el mundo.
Tom Donahue: —Además, creo que a lo largo de todo esto se ven las motivaciones de todos estos personajes tan poderosos. Todo se reduce a sus demonios y obsesiones personales. Eisenhower, Kennedy, Connor, Roselli, quienes finalmente impulsaron las políticas exteriores de Estados Unidos. Piensa en George W. Bush y su padre “no terminando” la guerra de Irak. Trump y Putin, ya sabes, hay tantas cosas que salen de sus propias obsesiones personales que en última instancia impulsan nuestras políticas.
—Es realmente interesante. Me encantaría hablar con ustedes por horas, pero tengo que dejarlos ir para seguir con las entrevistas. Muchas gracias Tom, Ilan.
Tom Donahue: —Encantados de conocerte.
—Muchas gracias.