The First Descendant es un shooter divertido y absorbente. Nexon lo diseñó para mantenernos ocupados el mayor tiempo posible, ya sea porque queremos ver cómo sigue la historia, desbloquear un personaje nuevo o simplemente alcanzar a nuestros amigos para jugar en cooperativo. Si bien cuenta con un completo glosario con toda la información necesaria, al comienzo tantos menús y vendedores dentro de Albion pueden resultar abrumadores.
Sin embargo, hay costumbres que podemos adoptar desde el primer minuto que simplificarán muchísimo el farmeo al alcanzar el endgame. En este artículo vamos a cubrir cinco mecánicas básicas que todos los jugadores deberían tener en cuenta al comenzar la aventura. Y si ya comenzaron a jugar, seguro encuentran un par de tips para mejorar su rendimiento de cara al endgame.
Aprovechá los recursos del mapa
Al jugar cualquier misión, y desde el primer minuto de juego, vamos a ver cajas de todo tipo dispersas por el mapeado. Van cambiando según la zona, pero todas tienen algo en común: al abrirlas nos dan un tipo de recurso aparentemente inútil. Al comienzo serán cajas anaranjadas con signos negros que debemos romper, luego cilindros metálicos que se abren con un click; sin importar su apariencia debemos abrir todas y cada una. Lo que en un momento puede ser una tarea tediosa, en realidad nos ahorrará largas horas de farmeo, porque todos esos recursos misteriosos son necesarios para fabricar componentes especiales.
Algunos sirven para crear personajes nuevos, otros para forjar armas legendarias e incluso para fabricar los dos ítems más raros del juego. Si adoptamos la costumbre de abrir cada caja que nos cruzamos, ver que necesitamos quinientos Extractores Monomoleculares para hacer una de las partes de un personaje, no será una mala noticia.
Mantené limpio tu inventario
A medida que vayamos cumpliendo misiones, The First Descendant nos llenará de reactores, componentes externos y mods. Si bien el límite del inventario es generoso, en cuestión de horas podremos ver cómo se llena y empezamos a dejar todo tipo de ítems en el piso. A veces por un descuido o simplemente porque no estamos seguros de deshacernos de algo que luego puede ser útil; lo cierto es que frenar la acción por tener el inventario lleno puede resultar frustrante. Lo que nadie nos avisa es que, salvo contadas excepciones, lo más recomendable es desarmar todos los ítems repetidos.
¿Cómo sabemos cuál Reactor servirá más adelante y cuál no? Es simple: solo debemos conservar los ítems de mayor nivel y el que nos da los mejores beneficios. En el caso de los componentes externos, es recomendable conservar uno con cada una de las resistencias elementales, mientras mayor sea el número mejor, todo lo demás conviene desarmarlo.
Gestioná bien tus armas
Como todo buen looter shooter, The First Descendant está repleto de armas y la gran mayoría vendrán como recompensa al completar una misión. Cada una tiene estadísticas particulares que no necesariamente se reflejan en el número que indica el Daño Por Segundo y es conveniente tomarse un minuto para revisarlos a conciencia. No sirve de nada encariñarse con un arma vieja, ni siquiera deberíamos molestarnos en subirlas de nivel; es suficiente con reemplazarlas por otras de mayor nivel.
Una vez que empecemos a recibir armas raras (indicadas con el color violeta) deberíamos guardar una copia de cada una en nuestro cofre. Esto servirá especialmente de cara al endgame porque algunas son ideales para armar builds especiales. En el caso de conseguir un arma Legendaria (doradas) quizás se amortice más el gasto de recursos al actualizarlas de nivel, pero para la campaña debería bastar con las armas raras.
No desperdicies recursos
The First Descendant es un juego completamente gratuito y, salvo el pase de batalla y los objetos cosméticos, todo se puede conseguir jugando. Para eso debemos juntar todo tipo de recursos que, combinados con Oro y Kuiper Shards, se utilizan en el laboratorio para fabricarlos. Al comienzo de la aventura, una serie de tutoriales nos explicará cómo y con qué ítems personalizar y mejorar las armas, los reactores y los mods. Lo que nadie nos avisa es que, debido al ritmo con el que se nos da nuevo equipamiento, la inversión de recursos que hacemos en un arma o reactor termina perdiendo valor en cuestión de horas.
La mejor forma de invertir es mejorando los Mods, no solo son vitales para mejorar las estadísticas de las armas y nuestros personajes, sino que los vamos a seguir utilizando durante todo el endgame. En conclusión, es una buena idea guardar los recursos e ítems para cuando terminemos la campaña y comience el endgame. Todo lo que tengamos duplicado hay que desarmarlo y convertirlo en más recursos.
Prestá atención a tu nivel de maestría
El título de Nexon mide la experiencia de los jugadores de varias formas. Los Descendientes y las armas suben de nivel a medida que cumplimos misiones o derrotamos enemigos, cada vez que suben de nivel añaden un puñado de experiencia a la barra de maestría. Esta mecánica, muchas veces relegada por los jugadores nuevos, es la que determina la cantidad máxima de mods que podemos equipar en nuestro personaje, cuántos objetos podemos llevar en el inventario y el tamaño de nuestro cofre en Albion.
El problema es que, si nos acostumbramos a usar el mismo personaje y las mismas armas, dejaremos de conseguir experiencia de maestría y nuestro avance será más difícil. Desde el punto de vista del diseño es una gran herramienta, nos invita a probar nuevas armas y Descendientes, pero además bloquea el desarrollo de las armas legendarias y otros ítems importantes. Descuidar el nivel de maestría es uno de los errores más frecuentes. Por eso mismo, cuando alcancen el nivel 40 del personaje o de efectividad en un arma, es conveniente utilizar otros que estén sin maximizar.