The First Descendant: ¿Realmente tiene micropagos abusivos?

The First Descendant tuvo un lanzamiento ideal. Lamentablemente, es de esperar que un juego multijugador online tenga problemas de servidores, al menos durante su primera semana de vida, pero el looter shooter de Nexon fue la excepción. No solo consiguió mantener conexiones estables, sino que demostró un rendimiento técnico equilibrado en todas las plataformas. En tan solo 7 días había amasado una base de usuarios superior a 10 millones de jugadores y, siendo un juego completamente gratuito, todas las miradas estaban puestas en la tienda de objetos premium. Con más de 80 horas de juego en mi haber, y un exhaustivo análisis, estoy en condiciones de responder la pregunta del millón: ¿Realmente se puede jugar sin pagar o, eventualmente, vamos a tener que pasar por la tienda?

La respuesta resumida es: “sí” y, según como te guste jugar, “también”. Lo más importante es que, lo necesario para jugar y disfrutar de absolutamente todo el contenido de The First Descendant se puede conseguir jugando. Esto significa que todos los héroes, sus versiones Ultimate, las armas legendarias, los mods y los recursos para mejorarlos son parte de las recompensas del juego. No hay armas exclusivas de pago, tampoco personajes ni recursos que debamos comprar con dinero real. Todo lo que no se puede fabricar, invirtiendo recursos y tiempo real, tiene una chance de salir como recompensa al completar una misión o derrotar un enemigo. Lo único que realmente necesitamos es tiempo, Nexon nos quiere mantener jugando y sabe exactamente cómo conseguirlo.

Para entender el rol de la tienda, primero tenemos que analizar los dos ciclos que forman la experiencia de juego. En primer lugar tenemos la campaña, que nos ofrece unas 30 horas de misiones con cinemáticas que desarrollan una narrativa sencilla pero interesante. Durante este primer ciclo, salvo que estemos con ganas de comprar trajes o personajes nuevos, no veremos realmente la necesidad de pasar por caja. Aún cuando sigamos jugando con el primer Descendiente gratuito, habrá tutoriales para explicar cada mecánica y eso incluye cómo fabricar personajes y armas legendarias. En resumidas cuentas, habrá un par de Descendientes fáciles de farmear y fabricar, al igual que armas accesibles, todo en pos del aprendizaje. Si hacemos las cosas más o menos bien, al alcanzar el clímax de la historia ya deberíamos tener al menos tres héroes y la misma cantidad de armas de la máxima categoría.

El segundo ciclo es el que comienza justo al finalizar la historia. El endgame es donde pasaremos más tiempo y para este punto ya estaremos bien familiarizados con las mecánicas de farmeo. The First Descendant cuenta con un glosario detallado con todos los objetos del juego, también nos muestra qué recursos necesitamos para fabricarlos y hasta nos indica en el mapa en qué misión cae cada uno. Los porcentajes de probabilidades de las recompensas están especificados, por lo que solo debemos jugar una y otra vez la misión (o cumplir el objetivo) hasta que consigamos el recurso o la cantidad necesaria. Todo esto lleva tiempo y es, indefectiblemente, el corazón de la propuesta de juego. Lo bueno es que la jugabilidad ayuda a que todo sea divertido, los Descendientes proponen diferentes formas de jugar y en todo momento nos invitan a probar nuevas armas y habilidades.

Es ahí, en ese segundo ciclo, cuando comienza a picar el bicho de las microtransacciones. Por más que todo pueda conseguirse jugando, el tiempo libre es el bien más escaso que tenemos y, cuando veamos cuánto demora la creación de un nuevo personaje, seguramente se nos cruzará por la mente la idea de acelerar el proceso a fuerza de dinero real. Para crear un personaje regular, tomemos por ejemplo a Valby, no solo deberemos conseguir los recursos necesarios sino esperar ocho horas a que se fabriquen los tres componentes principales. Eso, suponiendo que pudimos iniciar la fabricación en simultáneo, pero una vez terminados deberemos usarlos para fabricar el personaje en cuestión que demorará otras dieciséis horas de tiempo real. Mientras tanto podemos seguir jugando o directamente apagar el juego, pero a veces la ansiedad nos puede jugar una mala pasada.

Si todo lo importante se puede conseguir jugando, ¿por qué se lo acusó de tener micropagos abusivos? Hubo un cambio importante en cuanto a cómo se manejan los cambios de color en los trajes con respecto a la última beta, lo que antes solía ser un par de clicks se transformó en una práctica predatoria. La pintura que desbloqueamos jugando no se puede aplicar sobre la apariencia estándar de los personajes y las armas, solo sobre trajes y la gran mayoría (por no decir todas menos dos o tres) se consiguen comprándolas con dinero real. Lo peor es que la pintura se puede usar una sola vez y además requiere de otro ítem extra, la gran mayoría de las opciones de personalización estéticas están bloqueadas por una microtransacción. ¿Afecta en algo a la experiencia de juego? No, pero si te gusta la idea de tener trajes y personalizar tu personaje vas a tener que gastar dinero.

Decir que The First Descendant tiene micropagos abusivos únicamente por el tema de los colores es, en el mejor de los casos, una exageración ridícula. Si miramos el resto de la tienda vamos a ver que está repleta de objetos que podemos conseguir jugando, con esfuerzo y tiempo, sin gastar un centavo. El pase de batalla nos devuelve 300 de las 500 monedas Caliber que cuesta y, si bien el primero no tiene nada muy interesante, no deja de ofrecer un puñado de ítems cosméticos y multiplicadores de experiencia bastante útiles. Se puede jugar tranquilamente sin pasar por el pase de batalla, al igual que se puede farmear cualquier personaje, si tenemos tiempo y ganas de farmear recursos. Lo único que vamos a tener que pagar aparte son las ranuras para personajes extra, si es que llegamos a llenar los diez que vienen gratis y no queremos borrar ninguno. Cada ranura extra cuesta 50 Caliber y es uno de los ítems premium más baratos del juego.

En conclusión, si ya conseguimos diez Descendants jugando significa que acumulamos, por lo menos, 100 horas de juego. Y si para seguir coleccionando personajes gratuitos debemos pagar los $7200 pesos argentinos (o su equivalente en precio regionalizado) que cuesta el pack de 250 Caliber, que alcanza para desbloquear cinco ranuras extra, entonces bienvenido sea. Es una inversión que, lejos de ser “abusiva”, se justifica con creces, si tenemos en cuenta cuántas horas más vamos a jugar para conseguir cinco personajes extra. En el peor de los casos, siempre se puede borrar el personaje que menos nos guste y liberar una ranura, pero si la intención es coleccionarlos a todos el precio no representa realmente una “barrera de pago”. En cambio, si la idea es tener trajes vistosos, maquillaje, accesorios cosméticos y colores llamativos, entonces habrá que ir preparando la tarjeta de crédito porque los precios son entre medios y elevados, aunque (nobleza obliga) nunca ridículamente caros como los de Overwatch 2.