En una nota anterior, donde me explayé sobre la primera generación de consolas, hice mención acerca de una mirada popular para con los videojuegos. Desde sus comienzos, e incluso mucha gente en la actualidad, asocia a este formato de entretenimiento con las etapas previas a la adolescencia más tardía y, obviamente, a la adultez. Se presupone, por meros conceptos infundados, que ser un adulto responsable no puede ir de la mano con la concepción de disfrutar todo lo que puede ofrecer un videojuego. Claro está, que quienes aún mantienen esta errática mirada, son ajenos a las experiencias que nos pueden regalar títulos como Life Is Strange, Brothers: A Tale Of Two Sons, Shadow Of The Colossus, To the Moon o Gris, por solo nombrar unos pocos. También son ajenos a la poderosa narrativa e inmersión de propuestas como Hellblade: Senua’s Sacrifice, What Remains Of Edith Finch, The Witcher 3: Wild Hunt, Red Dead Redemption 2, The Last of Us y tantos, tantos otros.
Pero a esta altura, ese termina siendo más un problema de ellos que de aquellos que nos permitimos disfrutar dicha experiencia. Lo cierto es que el mundo de los videojuegos no fue el único formato de entretenimiento subestimado: la misma suerte atravesó el mundo de los cómics. Otro terreno también vapuleado, a tal nivel que se llegaron a inventar términos como “novelas gráficas”, o ciertas editoriales creando nuevas ramificaciones de su producción quienes se encargaban de crear historias más maduras o adultas. Hoy en día, todo está mucho más normalizado, pero quizás estemos frente a un punto fuerte que une ambos mundos: la mirada ajena.
Lo más interesante de todo esto, es que ambos conglomerados se cruzaron y la relación entre los cómics y los videojuegos comenzó a finales de la década de 1970 y principios de los 80, cuando la industria del entretenimiento digital empezaba a florecer y, desde temprano, se comenzó a entender la importancia de tener entre manos una buena marca. Atari sabe de esto, al punto de tocar el fondo del abismo gracias a un videojuegos titulado E.T. the Extra-Terrestrial (pero, como siempre, eso lo dejamos para otra nota). Ahora, vamos a centrarnos en esos primeros y más significativos títulos basados en cómics que abrieron camino a las colaboraciones que hoy en día son comunes entre ambos medios y tanto nutren a la industria de excelentes -y no tanto- exponentes.
Debajo, una pequeña lista de aquellos títulos que aportaron algo nuevo a la fusión entre ambos universos y que van a quedar como esos que vieron las luz de forma temprana en nuestra querida industria.
Superman (1979) - Atari 2600
Uno de los primeros intentos de adaptar un cómic a videojuego fue Superman para la Atari 2600 en 1979. En este juego, los jugadores asumían el papel del Hombre de Acero en una serie de misiones para restaurar la paz en Metrópolis. Los gráficos eran simples, pero el concepto de volar por la ciudad y enfrentarse a enemigos ya mostraba el potencial de los videojuegos para capturar la esencia de los personajes de cómics.
Con la palanca del joystick de la Atari 2600 movíamos al personaje, que volaba sin reparo alguno sobre las alturas de una ciudad repleta de criminales a los que teníamos que capturar y llevar a la cárcel. Si bien a efectos prácticos y detalles técnicos no era diferente de cualquier título de naves espaciales, saber que estábamos controlando a Superman nos regalaba una sensación única en aquel entonces.
Spider-Man (1982) - Atari 2600
Marvel no se quedó atrás, y en 1982 lanzó Spider-Man para la misma consola y para ser sincero, redoblaba la apuesta, ya que podíamos trepar edificios, esquivar bombas e incluso “enfrentarnos” (léase “enfrentarnos” con las correspondientes comillas) a Green Goblin. Con los recursos de aquel momento, era notable el esfuerzo de los desarrolladores por intentar reproducir la sensación de balanceo por la ciudad, un elemento esencial del personaje que se veía plasmado en el juego: podíamos lanzar la telaraña hacía arriba de forma recta, o hacia las diagonales, para así seguir trepando y eludir los obstáculos.
Questprobe (1984-1985) - Apple II, Atari 8-bit, Commodore 64, MS-DOS, Acorn Electron, ZX Spectrum, MSX, TRS-80 Color Computer
La serie Questprobe, desarrollada por Adventure International, fue una trilogía de aventuras gráficas lanzadas entre 1984 y 1985, protagonizada por personajes de Marvel Comics en tres títulos consecutivos: Questprobe featuring The Hulk, Questprobe featuring Spider-Man y Questprobe featuring Human Torch and Thing. Estos juegos combinaban elementos de resolución de puzzles con narrativas propias de los cómics, permitiendo a los jugadores interactuar con sus héroes favoritos de una manera más cerebral y, por ende, la primera vez que se podía sentir tal inmersión en un juego respecto a su historia y personajes.
Sin embargo, vale aclarar que no estamos frente a una trilogía de aventuras gráficas tradicionales como todos las conocemos hoy en día. Lejos está de parecerse a Maniac Mansion, The Secret of Monkey Island o la saga Gabriel Knight, sino más bien a los comienzos del género. Eran títulos particularmente conversacionales, a puro texto como Zork, pero con coloridas imágenes que retrataban -a su manera- lo que iba sucediendo.
Batman: The Caped Crusader (1988) - Sinclair ZX Spectrum, DOS, Amstrad CPC y Commodore 64
Desarrollado por Ocean Software, Batman: The Caped Crusader en 1988 ofreció una experiencia única al presentar su historia a través de viñetas de cómics en movimiento, al mejor estilo Comix Zone (aunque salvando las distancias, claro). Además, el juego tenía la particularidad de poder enfrentarse tanto al Joker como al Pingüino, alternando entre ambos villanos.
Si hablamos de pasos importantes, el que dio este título con la fuerte apuesta en cuanto a su narrativa y su estilo visual fue muy importante, aunque lamentablemente es un juego de acción que quedó olvidado de forma injusta.
Teenage Mutant Ninja Turtles (1989) - Arcade
Un clásico de clásicos. Un imperdible para todas las edades, no importa cuándo ni dónde leas esto. Estamos frente a uno de los videojuegos basados en cómics más populares de los años 80. Teenage Mutant Ninja Turtles sorprendía en la pequeña pero poderosa NES en 1990, pero su verdadera explosión la tuvo en su versión arcade un año antes. Basado en el cómic y la serie animada del mismo nombre, este beat ‘em up nos permitía controlar a las cuatro tortugas ninja en su lucha contra el malvado Shredder.
La dificultad del juego y su fidelidad al material original lo convirtieron en un clásico instantáneo y uno de los recuerdos más lindos en cuanto al género de quienes nacimos entre los 80s y los 90s.
X-Men: Madness in Murderworld (1989) - Amiga, Commodore 64, DOS
Definitivamente, uno de mis “menos favoritos” de toda la lista. Este título de 1989, desarrollado por Paragon Software, fue uno de los primeros videojuegos en presentar a los X-Men tal como los conocemos. En Madness in Murderworld podíamos cambiar entre varios miembros del equipo en el momento que fuese necesario (el factor realmente destacable de esta entrega), en lo que pretendía ser una aventura gráfica con elementos de estrategia y combate.
Siendo completamente sincero, se quedaba a medias tintas en todas sus aristas. La historia se desarrollaba en el parque temático de Murderworld, propiedad del villano Arcade. Incluso el estilo visual, si tenemos en cuenta que en el mismo año aparecía Teenage Mutant Ninja Turtles, Indiana Jones and the Last Crusade: The Graphic Adventure o Final Fight (por solo nombras algunos) se sentía rústico y poco trabajado. Aún así, para la finalidad de esta nota, cuenta como ejemplo.
The Punisher (1990) - Arcade
Desarrollado por la gigante Capcom, The Punisher de 1990 fue un beat ‘em up definitivo que llevó al vigilante de Marvel a los salones recreativos de forma contundente. Los diseños, el estilo gráfico, y la violencia implícita rememoraban con gran fidelidad la propuesta de Gerry Conway junto a John Romita Sr. y Ross Andru. En el juego nos metíamos en la piel de Frank Castle y repartíamos justicia frente a hordas de enemigos en busca de vengar la muerte de nuestra familia.
Así como Teenage Mutant Ninja Turtles brillaba por sus colores, The Punisher hacía lo mismo pero manteniendo el tono oscuro de la historia original y unas soberbias ilustraciones pixel art que terminaban de cerrar un producto increíble que, lamentablemente, poco se rememora en estos días que corren. Ojalá obtenga el status que merece al ser parte (de manera bastante extraña) de Marvel vs. Capcom Fighting Collection: Arcade Classics.