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Juegos que cambiaron la historia #2 | Gears of War
Desde hace algunos días que Gears of War volvió a las primeras planas debido al anuncio de Gears of War: E-Day, el nuevo título que será una precuela de la saga. Esta es una importante noticia para todos los amantes de la franquicia, ya que se trata también de una de las más importantes de Xbox, que no solo marcó a una generación sino que tuvo mucha relevancia en la historia de los videojuegos.
Por más de que Gears of War ya tiene seis títulos principales lanzados, aquí me voy a centrar en su primera trilogía, ya que considero que es la que plantó las bases de la saga y la que logró conmover a toda una generación. Gears of War (2006), Gears of War 2 (2008) y Gears of War 3 (2011) establecieron las bases de los shooters de cobertura en tercera persona, con el agregado de brindar una narrativa cautivadora y personajes emblemáticos.
Lo primero que quiero destacar de Gears of War es que su primera trilogía salió de manera exclusiva para Xbox 360. Esto es algo muy relevante para entender su importancia, ya que todos aquellos que tuvimos la posibilidad de tener dicha consola y jugar a esta saga, pudimos disfrutar de la trilogía con el mismo hardware y sin mucha diferencia de tiempo entre las distintas entregas.
Actualmente, estamos acostumbrados a que la secuela de algún juego exitoso salga muchos años después del primero e, incluso, que esto suceda en otra generación más avanzada de consolas. Mucho del impacto cultural de Gears of War se debe a que quienes tuvimos una Xbox 360 y jugamos sus títulos, crecimos a la par de sus personajes y su historia. Por este motivo, observar en el tráiler de Gears of War: E-Day a Marcus Fenix junto a Dom genera una nostalgia y una emoción que no todas las sagas logran.
Antes de entrar a los aspectos jugables que Gears of War regaló, quiero centrarme en los puntos que hicieron trascender a sus primeras entregas: su historia y personajes. La saga, además de brillar en cuanto a sus dosis de acción, cuenta con un repertorio de personajes increíbles y con momentos muy emotivos, particularmente en Gears of War 2 y Gears of War 3.
Desde mi punto de vista, estos títulos son lo más cercano en la industria de los videojuegos a lo que generan las películas de Rápido y Furioso (Fast & Furious). Escenas pochocleras, mucha acción y explosiones, pero lo que termina enamorando son las relaciones entre los personajes, su evolución, sus objetivos y cómo reaccionan ante distintas adversidades. Sin entrar en spoilers, hay algunas escenas de Gears of War que quedaron marcadas en mi vida y que recuerdo como si las hubiera jugado ayer.
Que una franquicia te acompañe durante cierta época de tu vida siempre denota un diferencial con respecto a otros títulos. Para poner otros ejemplos de trilogías que estuvieron presentes en una misma consola y, por este motivo, crearon un lazo distinto con los jugadores, podemos mencionar Mass Effect y Uncharted. Al igual que Gears of War, estas sagas no solo contienen grandes exponentes sino que generaron cariño entre sus personajes y comunidad.
Entrando a lo jugable, Gears of War sentó las bases sobre cómo tiene que ser un shooter en tercera persona con cobertura. Si bien este ya era un género explorado anteriormente, la primera trilogía definió cuál era la excelencia en cuanto a este apartado. En primer lugar, debido a su potencia gráfica que, incluso, fue en ascenso durante las tres entregas. Aún hoy, las imágenes de Gears of War en Xbox 360 sorprenden por su calidad.
El sistema de shooting de cada entrega fue impresionante y, además, logró innovar en distintos elementos que se encuentran presentes en la industria de videojuegos, aún en el día de hoy. Quienes hayan jugado la saga recordarán la Lancer, la emblemática arma del título que no solo dispara proyectiles sino que también cuenta con una motosierra capaz de destrozar a los enemigos, llamados Locust. Cada vez que la utilizábamos nuestra pantalla se llenaba de rojo sangre dando una mayor inmersión que funcionaba a la perfección.
A esto, se le sumaban las vibraciones en la pantalla a la hora de movernos a gran velocidad, generando momentos de tensión cuando intentábamos flanquear a las distintas hordas de enemigos. Finalmente, un pequeño elemento que seguimos viendo hasta el día de hoy se encuentra en la recarga del arma. Cada vez que hacíamos esta acción en el juego, teníamos la posibilidad de volver a presionar el botón en el momento indicado para que este proceso sea más rápido.
Gears of War llevó al máximo el sistema de hordas y combates con coberturas, con un diseño de mapas excepcional que posiciona a Gears of War 3 como su máximo exponente. En este mismo sentido, la inteligencia artificial de los enemigos también fue destacable para la época, con enemigos que nos buscaban flanquear y tomaban decisiones acordes a su tipo de arma.
Por último, Gears of War siempre destacó por la posibilidad de poder jugarse de manera cooperativa en pantalla dividida, lo que permitía disfrutar la campaña de una manera diferente. Por todo este combo de apartados gráficos deslumbrantes, acción desenfrenada, escenas pochocleras, personajes memorables y un montón de momentos emotivos, es que la trilogía inicial de Gears of War marcó una diferencia en la industria e impactó a toda una generación que lo disfrutó.