A comienzos de la década de los noventa, Infogrames nos invitó a sumergirnos en el terror de Alone in the Dark. En esa época, a falta de internet, con solo leer el título ya nos imaginábamos lo que íbamos a experimentar. Sin embargo, nuestras fantasías infantiles no alcanzaban para imaginar los horrores que íbamos a enfrentar. El suicidio del dueño de la Mansión Derceto desataba una investigación y nos ponía en la piel del detective Edward Carnby o de Emily Hartwood, la sobrina de la víctima.
A partir de entonces el juego nos desafiaba con puzzles, combates y la exploración de una mansión embrujada que sostenía una tensión narrativa nunca antes vista. El juego fue tan importante que, al menos dentro del mainstream, dio pie a la creación del género Survival Horror. Sin embargo, su legado quedaría relegado a un puñado de títulos interesantes y a un intento de reinicio que no dio en el clavo en 2008.
Esto nos lleva a los tiempos que corren, a unos pocos meses del lanzamiento de la reimaginación del primer juego que también lleva el nombre Alone in the Dark. A cargo del estudio sueco Pieces Interactive, una de las últimas víctimas del Grupo Embracer, el título vuelve a presentarnos a los protagonistas de la historia original y reinterpreta la historia de Derceto.
La crítica no lo recibió demasiado bien, fue comparado con los grandes exponentes modernos del género solo para ser humillado y las ventas tampoco lo acompañaron. Sin embargo, la comunidad lo aceptó tal cual es y de a poco fue ganando un lugar cada vez mayor entre la audiencia de ciertos streamers. Entonces, ¿qué hizo tan mal esta remake de 2024 para ganarse el desprecio de una buena parte de la audiencia y la crítica especializada?
De buenas a primeras, Alone in the Dark no está a la altura de ninguno de los grandes survival horror de esta generación. Cuando lo comparamos con Resident Evil 2 Remake y Alan Wake 2 queda aplastado en todos los aspectos, pero tal vez el problema esté en el punto de comparación y no necesariamente en lo que ofrece el juego de Pieces Interactive. En primer lugar, el objetivo del juego no era romper los estándares modernos ni reinventar el género, sino revivir una saga que no tiene un verdadero éxito desde hace 30 años.
Los que vivimos aquel lanzamiento glorioso la tenemos en alta estima, pero en realidad Alone in the Dark no es más que una saga de nicho que ha tenido una de las peores entregas de la historia del gaming. En segundo lugar, no es justo comparar el trabajo de un estudio sueco que venía de hacer Magicka 2 con el de titanes como Capcom o Remedy Entertainment, no solo por su experiencia sino también por las diferencias de presupuesto.
El hecho de que el juego cueste más o menos lo mismo que un lanzamiento AAA no significa que su origen sea equivalente, ni mucho menos la experiencia final. Conocer el contexto del juego es importante para entender sus limitaciones y, tal vez, moderar las expectativas. Habiendo dicho lo anterior, estaba claro desde el prólogo jugable que Alone in the Dark no venía a destronar a nadie, sino a revivir una saga muerta con una entrega decente. Si ese era el objetivo, entonces Pieces Interactive lo consiguió con creces.
Esta nueva versión de Derceto es tan turbia como encantadora, visualmente es espectacular y hospeda a un grupo de personajes misteriosos. La historia es cautivadora y está llena de guiños a la obra original, detalles que denotan el cuidado y el amor del estudio para con su desarrollo. Cada uno de los textos, desde notas garabateadas a mano hasta páginas enteras de un diario, fueron grabados por los actores de voz y guardan todo tipo de secretos.
Edward Carnby y Emily Hartwood están representados por David Harbour y Jodie Comer, respectivamente, que hacen un gran trabajo y contribuyen a la inmersión. Cada una de las conversaciones da pie a la intriga, con la pregunta latente que reza “¿estamos viendo lo mismo que el otro personaje?” y que se resuelve en un desenlace espectacular. Alone in the Dark no es Alan Wake 2, pero sí ofrece transiciones espectaculares entre locaciones pesadillescas.
También nos propone investigar pistas y resolver puzzles ambientales, con un modo “moderno” para quienes prefieran una experiencia sencilla y otro “old school” para sufrir sin pistas como cuando éramos jóvenes. Este último es especialmente complicado, generalmente requiere que tomemos nota de ciertos números y códigos, pero a la vez muy gratificante.
El combate es simple y efectivo. Está presente en todo momento, pero nunca se roba el protagonismo ni se pone por sobre la exploración o la resolución de acertijos. Con tres armas principales, la posibilidad de atacar cuerpo a cuerpo y un botón para esquivar, resuelve cada situación. Lo principal es entender que en un survival horror a veces es más efectivo escapar que enfrentar a cada enemigo, de ahí que la gestión de ítems sea una parte fundamental de la propuesta.
Alone in the Dark, una vez más, no brilla en este aspecto ni ofrece algún tipo de personalización como lo hace el tanque de Capcom, pero tampoco lo necesita ni es pertinente a la obra en la que está inspirado. Lo que sí respeta es ese aire lovecraftiano del original y esa maravillosa capacidad para mantener la intriga hasta el último momento.
Alone in the Dark nunca se perfiló para ganar un premio ni dejar una marca en la historia del género, pero es una reimaginación respetuosa y atractiva del clásico de 1992. El diablo está en los detalles, literalmente, y a través de los coleccionables vamos a ir entendiendo un poco más de la historia de los protagonistas. Esto lleva a finales ocultos y nos invita a rejugarlo con el segundo personaje, en especial desde la última actualización que sumó el modo New Game Plus. Cuando alcancemos el primer final, luego de ver los créditos, nos quedaremos con la sensación de que aún nos queda algo por resolver y seguramente empezaremos otra partida aprovechando el nuevo modo.
Cuando el final de un juego me da ganas de volver a jugarlo, al menos en mi escala de valores, se gana una mención especial. Al fin y al cabo, si bien es cierto que no está a la altura de los grandes, Alone in the Dark puede llegar a ser el mejor juego para iniciarse en los Survival Horror. Tiene un poco de todo, presenta bien las mecánicas troncales del género y nos deja listos para saltar a los verdaderos titanes, pero también ofrece una historia interesante que nos dejará satisfechos ¿No les parece mérito suficiente para el reboot de Pieces Entertainment?