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The Acolyte - Episodio 4
The Acolyte avanza en su temporada mientras nos muestra una cara más innovadora respecto al universo Star Wars. En esta ocasión nos encontramos frente a un nuevo episodio que, por más lento y corto que sea, nos ofrece una pizca de resoluciones y dinamismo que podría cambiar la serie de cara a la segunda mitad de temporada.
“Day”, este cuarto episodio, funciona como transición hacia una segunda mitad de temporada que seguramente será mucho más dinámica que la anterior. Sin embargo, también nos ofrece algunos momentos sorpresa que eran justos y necesarios para terminar de darle rienda suelta al concepto de misterio y asesinatos.
Siguiendo con la historia de Osha y Mae, nos alejamos del flashback para posicionarnos en un presente que vemos con ojos muy diferentes a lo que entendimos en el segundo episodio. La construcción funciona perfecto en este punto, porque continua exactamente en el lugar donde quedó el episodio dos, haciendo que solo el flashback altere nuestra percepción.
Sucede algo muy curioso también en este episodio y es que empezamos a ver cómo funciona la teoría del Yin Yang que tanto nos habían anunciado, empiezan a aparecer los personajes grises. Por lo pronto, hay protagonistas que se siente sumamente natural que sean así y hay otros que tienen cambios muy bruscos en su desarrollo. Siempre está la chance de que la narrativa esconda algo más para los próximos episodios, pero hoy me parece apresurado, y ser apresurado en una serie de ocho episodios es algo complicado.
En la estructura más simple del capítulo, nos alejamos de la compleja situación que amerita presentar un mundo y personajes nuevos así que podríamos considerar que este episodio es el primero de The Acolyte libre de ataduras. Conceptualmente, es un episodio mucho más similar a la propuesta de The Lord of the Rings que a lo que supone ser Star Wars, donde se busca generar la idea de “grupo” que va a solucionar un mal mayor.
Al ser un episodio de transición (y aparte uno muy corto, que no supera los 35 minutos), es un capítulo que sienta bases más que desarrollarlas. Agarra todo lo que se contó hasta el momento y lleva a los personajes hacia otro espacio donde, suponemos, transcurrirá el resto de la temporada. El final de este episodio es lo mejor que vimos de la serie hasta ahora, no solo por el peso que tiene si no también porque es la conclusión de todo lo visto hasta este momento.
Fuera de lo narrativo, me parece hasta el momento el episodio menos contundente en cuanto a su cinematografía. En los episodios anteriores vimos unos buenos juegos de luces y planos más centrados en llevar un mensaje al espectador. En este caso, termina siendo 100% funcional a esta pequeña travesía que se presenta.
La semana pasada me había quedado con la sensación de que vi tres episodios de The Acolyte y no sabía a dónde iba la serie. Después de este episodio tengo mucha más claridad, pero ahora mi sensación es que no hay tanto tiempo para lo que queda. Es una serie consistente, pero por momentos pareciera ser mucho más compleja de lo que realmente es. Creo que el episodio cinco será determinante para entender, realmente, cual es la capacidad de The Acolyte.