Los que seguimos el mundo del anime estamos acostumbrados a pensar los estrenos bajo el formato de “temporada” que se viene usando hace años. Cada tres meses, coincidiendo con las estaciones del año, llegan nuevos estrenos y terminan varias series. Dentro de cada temporada, suelen salir a la luz casi al principio cuáles son los anime más populares. Previo al comienzo de esta temporada se barajaban nombres como Kaiju No. 8, el regreso de My Hero Academia, y algunos otros como los probables grandes de esta primavera japonesa. Sin embargo, quedó claro que, al menos en Occidente, el anime que mejor representa esta extraña temporada es GIRLS BAND CRY.
Es probable que mucha gente no haya escuchado hablar sobre este anime, a pesar de que los más otaku seguramente hayan visto arte de GIRLS BAND CRY en las redes sociales. Este anime es relativamente popular en Japón, y eso se debe a su premisa simple y efectiva: Nina es una estudiante de secundario de un pueblo rural y con una muy estricta familia, que abandona su ciudad para buscar en Tokio una nueva vida que la llene de la felicidad que le falta. Allí conoce a varias otras chicas que, incluso con situaciones diferentes, buscan lo mismo y terminan conformando una banda de rock. No es la premisa más original, pero funciona.
Ahora bien, ¿por qué entonces es tan emblemático de esta temporada si no es algo que reinventa el género? Más allá de que la historia en sí sea de muy buena calidad, y que probablemente sea uno de los anime hechos completamente en 3D con mejor animación, lo que representa GIRLS BAND CRY es una regresión a tiempos que todos pensamos que habían quedado atrás, y esto se debe a circunstancias externas al anime en sí que lo convirtieron en el principal representante de un problema que a futuro podría empeorar: GIRLS BAND CRY no está disponible en ninguna plataforma de streaming en Occidente.
Desde hace algunos años, los fans del anime nos acostumbramos a que la mayoría de los shows estén disponibles en el servicio de Crunchyroll. En una época, cuando también existía Funimation, los otaku latinoamericanos dependíamos de Crunchyroll para ver anime de manera legal en nuestro territorio. Los anime cuyos derechos terminaban con Funimation simplemente no llegaban a nuestras tierras, aunque al menos recibían una versión en inglés para que aquellos que dominamos ese idioma podamos ver.
Con el paso del tiempo, y adquisiciones empresariales de por medio, los actores principales del mundo del anime en estas tierras terminaron siendo Crunchyroll, Netflix y en muy menor medida Prime Video y Disney+. Incluso con todos los defectos que cada una tiene, estas plataformas se encargan hoy en día de estrenar en Occidente prácticamente todo el anime que temporada a temporada llega a la televisión japonesa. Quizás lo único que quedaba afuera eran series de extremo nicho, como Butt Detective, u otras que apuntan exclusivamente a un público más infantil.
Sin embargo, esta temporada actual hubo una especie de quiebre. Varios shows quedaron en el limbo, incluyendo algunos de los más esperados. Blue Archive The Animation, por ejemplo, está basado en un juego mobile de Nexon que es un éxito en Occidente, pero por alguna razón ninguna de las plataformas adquirió los derechos para traer esta adaptación. Es muy extraño, considerando incluso que Nexon comentó recientemente que el juego de Blue Archive tuvo mejor rendimiento comercial que un título como el shooter The Finals. Así y todo, este anime brilla por su ausencia en nuestras tierras, y no fue el único.
El caso de GIRLS BAND CRY comenzó a hacerse notorio desde su primer episodio. Incluso con tráilers subtitulados de manera oficial por Toei Animation, el show brilló por su ausencia en plataformas de streaming. Aquellos que conseguimos verlo por otros medios nos dimos cuenta que es un gran anime de muy buena calidad, que tiene todo lo que necesita para ser un éxito. Varias escenas de aquel primer episodio hasta comenzaron a hacerse virales en redes sociales, y al día de hoy cada vez que se estrena un nuevo episodio alguna nueva escena domina la Internet. Sin embargo, el hecho de encontrar cómo verlo se convirtió rápidamente en un problema. GIRLS BAND CRY revivió una comunidad de “fansubs”, subtítulos hechos por fans, que hacía mucho tiempo no se encontraba tan activa.
Por supuesto que esto trajo su cuota de problemas. Algo que se dejó atrás con la llegada de casi todo el anime a plataformas legales fueron las discusiones sobre la calidad de los subtítulos. Al ser hechos por fans, éstos no tienen problema para criticarse fuertemente entre sí, solamente para declarar quién hizo el mejor trabajo. Esto inevitablemente deriva en debates sobre traducción contra localización, el uso de la literalidad, y más inconvenientes que toda obra japonesa atraviesa en su paso a Occidente, pero que suele quedar en manos de profesionales.
Incluso estos nuevos tiempos que corren traen consigo problemas modernos. La proliferación de la inteligencia artificial inevitablemente terminó afectando el mundo de los subtítulos hechos por fans, que en un afán por ser los primeros en subtitular un anime terminan recurriendo a estas herramientas que escupen textos sin vida. Al fin y al cabo, están traducidos, y para algunos eso es suficiente, por más robótica que se sienta la traducción.
En el centro de todo este conflicto quedó un gran anime, que en un contexto más normal podría haber sido más que el símbolo de un problema. GIRLS BAND CRY es quizás lo mejor que esta temporada de anime tiene para ofrecer, y su popularidad sería todavía mayor si el público tuviese formas legales de verlo, sin tener que adentrarse al campo de batalla que son los fansubs. Me gustaría pensar que en la temporada que comenzará en solo unas semanas, no volveremos a tener un caso así, pero lo cierto es que ahora la preocupación está.
Ya habíamos dejado atrás estos problemas, para poder tener todo el anime que quisiéramos en tiempo y forma, de manera legal y con traducciones profesionales, incluso con los problemas que tiene cada servicio de streaming. Quisiera creer que GIRLS BAND CRY va a ser solamente la excepción, y no el comienzo de una nueva norma, porque de lo contrario encontrar buen anime puede volver a convertirse en una lotería.