PRIMERAS IMPRESIONES | The Rogue Prince of Persia: encaminado pero con mucho camino por recorrer

El roguelite de Evil Empire intenta repetir el éxito de Dead Cells pero con la impronta de Prince of Persia, jugamos el acceso anticipado y te contamos nuestras impresiones

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The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.
The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.

Los fans de Prince of Persia están pasando un momento fantástico. No sólo comenzaron el año con uno de los mejores metroidvanias de la generación, sino que se desayunaron la noticia de que iban a tener un segundo título basado en la querida franquicia en cuestión de meses. The Rogue Prince of Persia es, como su nombre lo indica, un roguelite y para su desarrollo Ubisoft contrató a Evil Empire, un estudio secundario dentro de Motion Twin que estuvo a cargo de mantener con vida al fantástico Dead Cells. Con credenciales de sobra, el profundo aljibe de recursos estilísticos de una franquicia legendaria y la experiencia acumulada, las condiciones para hacer un gran juego están dadas, pero: ¿Está a la altura de las circunstancias?

Antes de avanzar en estas impresiones, es importante aclarar que The Rogue Prince of Persia se encuentra en desarrollo y lo que pudimos jugar, al igual que el público que decida sumarse a partir de ahora, es una versión de acceso anticipado. Esto significa que, si bien el corazón de la propuesta jugable está completo, la mayoría de las partes que lo conforman pueden y seguramente vayan a cambiar de cara al lanzamiento definitivo. Esta etapa previa está pensada para permitir la participación del público y utilizar su opinión como el catalizador de futuras mejoras o actualizaciones. Por este motivo, el artículo no tendrá una valoración final ni un puntaje, la idea no es calificar un juego sin terminar sino acercarles las impresiones que nos dejó luego de unas diez horas de juego.

De buenas a primeras, lo que más nos llamará la atención es el estilo visual tan particular que eligió Evil Empire para darle vida a esta iteración del Príncipe. Un apartado técnico caricaturesco, con trazos gruesos y colores pastel, pintan una Persia asediada a punto de ser conquistada y a nuestro protagonista listo para hacer la diferencia en la labor de liberación necesaria. Para darle coherencia narrativa a su debut en el género roguelite, contamos con un colgante llamado “Bola” que concentra sus habilidades de retroceder el tiempo. Cada vez que morimos, la bola retrocederá el tiempo hasta 4 días antes de la invasión final y nos dejará en el Oasis donde tenemos nuestro campamento. Allí, a medida que completemos más partidas, comenzarán a aparecer personajes que nos harán la vida un poco más fácil.

The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.
The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.

Como era de esperarse, The Rogue Prince of Persia bebe ampliamente de las aguas de Dead Cells y se nota desde el primer momento. Los niveles están creados de forma procedural, pero algunos salones están diseñados a mano. Los enemigos y cofres sueltan oro y “células”, que podemos gastar en ítems para la partida actual o para comprar mejoras en el Oasis respectivamente. Los escenarios esconden personajes, tiendas, cofres y algunos secretos que debemos encontrar para hacer avanzar la narrativa. De esta forma desbloquearemos nuevos biomas e iremos resolviendo el misterio de cómo se realizó la invasión que acaba de destruir la ciudad. En papel suena como cualquier roguelite, pero a la hora de jugar la influencia de la obra anterior del estudio es innegable.

Para diferenciarse, el título de Evil Empire hace hincapié en la agilidad característica del Príncipe y sus habilidades para el parkour. Podemos trepar paredes, colgarnos de mástiles y saltar entre plataformas flotantes con una velocidad fantástica. Pero lo mejor, aquello que le da identidad al juego, es la posibilidad de correr por las paredes del fondo de los escenarios. Para darles una idea de cómo funciona, piensen en un juego en 2D y en cómo escalarían una pared. Usualmente las paredes están representadas por una estructura recta que nos impide el paso y debemos chocarlas saltando para escalarlas. En esta entrega el príncipe puede correr por las paredes que están dibujadas en el escenario para extender el alcance de nuestro salto. Inclusive puede volver a saltar después de terminar un “wall run” y este movimiento especial se resetea si rebotamos en una pared vertical. El resultado es una herramienta de desplazamiento única, que brilla especialmente en los desafíos plataformeros opcionales y en ciertos niveles avanzados.

The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.
The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.

Otro punto fuerte es el sistema de combate. Una vez más, el hincapié en la agilidad hace mella a la hora de pelear y nuestro protagonista se mueve con una fluidez asombrosa. Con apenas un par de movimientos especiales bien diseñados, The Rogue Prince of Persia nos invita a pelear contra media docena de enemigos mientras bailamos esquivando a su alrededor y desatamos combos espectaculares. Todo esto gracias a un sistema de habilidades pasivas que potencian cada uno de nuestros movimientos y podemos mejorar si aprendemos a combinar los medallones. Por ejemplo, la caída vertical siempre rompe los escudos de los enemigos, pero con los medallones correctos puede prender fuego el piso o dejar una resina que dificulta sus movimientos. Lo mismo aplica para el movimiento de esquivar y la patada, que se pueden transformar en una fiesta de cuchillos arrojadizos y nubes de veneno.

Los medallones son el tercer componente de la propuesta y sobre esta mecánica recae todo el peso de la personalización. Podemos equipar hasta cuatro en simultáneo, cada uno viene con habilidades mejorables que necesitan ser potenciadas por los medallones vecinos. A veces conviene usar uno con una habilidad inútil porque mejora tanto a los que tengamos equipados a la izquierda como a la derecha. Otras veces habrá que destruir un amuleto genial, como el que nos da más oro por cada enemigo derrotado, para priorizar otro más apropiado para combatir contra un jefe. Por supuesto, este tipo de juegos se basa en optimizar los recursos que encontramos al azar y sobrevivir el mayor tiempo posible, por lo que conocer las combinaciones de antemano es vital.

The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.
The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.

Para evitar ser víctimas del azar y lo procedural, nuestra mejor opción es ampliar nuestro arsenal. Para eso debemos recolectar unas “células”, de los enemigos o como premio por recorrer bien los mapas, y depositarlos en uno de los Braseros de Almas que las transportan al campamento. De más está decir que si morimos sin depositarlas las vamos a perder para siempre, por lo que una vez que tengamos varias es recomendable andar con cuidado por los escenarios. Éstas sirven para desbloquear armas, accesorios y medallones que previamente hayamos encontrado en cofres especiales, así pueden aparecer al azar o en los cofres regulares en medio de una partida. Los precios pueden parecer altos, pero si exploramos bien en un par de partidas vamos a poder conseguir lo suficiente como para comprar una arma de las caras o uno de los medallones especiales. Desbloquear todo el inventario de las dos tiendas no requiere demasiado esfuerzo, se consigue jugando naturalmente.

La progresión de una partida está formada por dos biomas seguidos de un jefe. En el acceso anticipado hay seis biomas, de los cuales dos se desbloquean a través de la exploración, y dos jefes. Los biomas tienen diferencias sustanciales, en especial los últimos cuatro, dejando a los primeros dos como una suerte de campo de práctica y recolección de recursos ideal que culminan en un jefe bastante duro. Por supuesto, la dificultad es relativa a nuestras habilidades con el control y a cuán bien preparados lleguemos a esa instancia, pero de por sí ofrece un desafío más que aceptable. La segunda mitad del juego da por hecho que estamos bien acostumbrados a los controles y, tanto en la exploración como en las batallas, no nos tendrá ni un ápice de compasión.

The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.
The Rogue Prince of Persia, de Evil Empire.

La versión de acceso anticipado demuestra el pedigrí de Evil Empire a la hora de desarrollar roguelites, pero también deja en evidencia que están jugando a lo seguro. La experiencia de The Rogue Prince of Persia es demasiado cercana a la de Dead Cells pero, salvo por los movimientos de parkour y los 13 desafíos de habilidad incluídos, queda opacada en cada comparación. Y no me refiero a la versión actual del clásico de Motion Twin, sino a la primera versión de lanzamiento y es un punto de comparación casi obligatorio, porque el mismo estudio decidió hacer un roguelite muy parecido a su título anterior. Es cierto que la propuesta actual tiene sabor a poco, pero el estudio aseguró que tiene planes para agregar nuevo contenido semanalmente hasta llegar a su fecha de lanzamiento definitiva. Sin embargo, no estoy seguro que “más de lo mismo” sea suficiente para conseguir un lugar dentro de una escena tan competitiva como la de los roguelites.

El acceso anticipado de The Rogue Prince of Persia nos deja en claro que Evil Empire conoce bien el género y tiene en claro cuales son los rasgos de identidad de la franquicia. Cuenta con un combate pulido y una fórmula genial para hacer que los desafíos de plataformas sean una maravilla. Ahora queda por demostrar si pueden diferenciarse del resto con una propuesta diferente, fresca y que escape de la inevitable comparación con Dead Cells y, en menor parte, Prince of Persia: The Lost Crown. Por ahora no he visto nada que no haya podido ser un DLC colaborativo dentro del clásico de Motion Twin, pero quedan largos meses de desarrollo y evolución por delante. En líneas generales, me mantengo positivo y destaco su gran potencial, pero aún le queda un largo camino por recorrer.

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