REVIEW | Mullet Mad Jack: frenetismo con sabor a OVA

Tal vez sea un recuerdo que pertenezca en un museo pero, hace unos treinta años, la única forma de ver una película de anime o inclusive capítulos sueltos de una serie era importando la misma o mediante un VHS de dudosa calidad. En esa época, ese contenido era conocido como OVA (sigla en inglés de Video de Animación Original) y tenía dos características clave: una mayor calidad de animación y, por lo general, ciertos errores visuales propios del desgaste del videocasette que habíamos alquilado o comprado. A la hora de desarrollar Mullet Mad Jack, su nuevo FPS, Hammer95 Studio decidió abrazar esa época en todo su esplendor, ofreciendo una jugabilidad increíblemente rápida y sencilla para dejar toda la diversión en manos de una campaña ridícula e hilarante.

De buenas a primeras, Mullet Mad Jack es un FPS retro con una progresión roguelite y un fuerte énfasis en la velocidad. Esta descripción podría aplicarse a un sinfín de títulos de los últimos 5 o 6 años, pero la experiencia del título de Hammer95 Studios se destaca por encima de todos. En primer lugar, por su estética exquisita y el nivel de cuidado que le pusieron a los detalles. En segundo lugar, porque el componente roguelite está presente principalmente en la progresión pero no tropieza con ninguno de sus vicios. Y, finalmente, porque presenta el balance justo entre desafío y recompensa, ajustado a nuestro gusto gracias a una generosa cantidad de modos de dificultad.

La historia nos lleva a un futuro distópico en el que la Inteligencia Artificial terminó por dominar el mundo. En esta nueva realidad, los robots son los millonarios y los humanos simples herramientas para la diversión de otros. Nos manejan a través de nuestros impulsos más básicos, por eso a través de una app llaman a Jack para rescatar a una “princesa influencer” que ha sido secuestrada por un malvado robot millonario. Como recompensa nos prometen un fantástico par de zapatillas deportivas ¿Arriesgarías tu vida por unas simil Air Jordan originales último modelo? ¡Claro que sí! -dice Jack- y se dispone a entrar a un edificio gigante, matando cuanto robot se le interponga, con tal de cumplir su objetivo.

La narrativa avanza a través de cinemáticas espectaculares que hacen referencia a todos los anime de la época. La violencia sin sentido, los autos convertibles de color rojo furioso, la hipersexualización de la princesa a rescatar y una banda de sonido sintética que acompaña la acción están a la orden del día. En todo momento veremos errores visuales propios de las limitaciones técnicas de la época, además en la historia todo se está transmitiendo en vivo con un chat al estilo Twitch y una hilarante comentarista en vivo. Esto nos lleva al corazón de la propuesta jugable, que estipula que Jack solo puede sobrevivir unos segundos y para mantenerse con vida dentro del edificio necesita una dosis de adrenalina. Para conseguirla hay que impresionar al público, que tiene la potestad de inyectarnos de forma remota unos segundos de vida cada vez que matamos a un enemigo, mientras más espectacular la muerte más segundos nos dan.

Esta carrera contra la muerte es la columna vertebral de Mullet Mad Jack. La razón por la que no podremos detenernos ni un segundo a explorar los escenarios, el juego se trata de correr a toda velocidad mientras saltamos de un enemigo a otro dándoles muerte de la manera más efectiva. Para eso disponemos de una fiel pistola y un pequeño arsenal de armas y habilidades que podemos elegir al final de cada piso. Tenemos la clásica escopeta, la ametralladora, el fusil de asalto, la katana (elemental de fuego o hielo) y un par de armas más experimentales. Todas pueden mejorarse dos veces para aumentar el poder de fuego y la cadencia, pero para eso tenemos que derrotar al jefe del final del capítulo que aparece cada diez pisos.

Cuando uno mira el esquema de controles y ve que hay dos o tres comandos, por lo general significa que los desarrolladores estaban persiguiendo un concepto bien definido. Mullet Mad Jack es la prueba fehaciente de que menos es más: un botón de salto, uno para atacar y otro para hacer una barrida, eso es todo lo que necesitamos aprender para jugarlo. Atacar es un comando universal y depende del tipo de arma que tengamos equipada, mientras que la barrida nos permite cubrir distancias a mayor velocidad y ejecutar de un golpe a los enemigos si encontramos el arma descartable adecuada. Todo lo demás depende de nuestros reflejos y la coordinación para superar la eventual secuencia plataformera.

Lo mismo puede decirse de los enemigos. No destacan por su variedad, pero cada uno tiene un patrón de ataque o defensa que requiere cierta estrategia. Por ejemplo, los que usan escopeta nos destrozan si nos acercamos pero caen de un tiro a la cabeza si disparamos desde lejos. Los que usan escudo son invulnerables a las armas de fuego, pero un empujón con el botón de barrida los desarma y los deja listos para un buen tiro en el pecho. A medida que avanzamos en los capítulos aparecerán más enemigos, unos tienen camuflaje óptico, otros un hacha que nos puede matar de un golpe y hasta habrá lugar para drones o una suerte de arañas robot horrorosas. Lo importante es que cada uno tiene un sentido de ser y cumple una función vital en medio de la vorágine de acción que ofrece cada uno de los pisos del edificio.

Los niveles son cortos, duran entre 30 y 45 segundos, pero la acción es absolutamente frenética. Al comienzo puede costar encontrarle el ritmo, pero pronto se vuelve tan divertido que es muy difícil de soltar. Los jefes tienen un patrón de ataque y movimientos especiales que debemos aprender a esquivar. Sin llegar a ser frustrantes, ofrecen un desafío más que interesante en especial en las dificultades más altas. Cada uno tiene un estilo distinto y, de vez en cuando, la narrativa se mezcla con la acción para sacarnos una sonrisa. Ya sea porque entendimos un guiño a una película de los noventas o porque el jefe resultó ser tan ridículo como inesperado.

Mullet Mad Jack es un constante deleite audiovisual, tanto en lo jugable como en el resto de la presentación. Entre las opciones podemos hacer un “unboxing virtual” que nos cuenta, como si se tratara de un museo, cómo venían los juegos de PC en los noventas con una descripción paso a paso. El humor es uno de los recursos que mejor aplicó Hammer95 Studios, está presente hasta el último segundo de la campaña y en cada uno de los elementos que conforman su universo. Para eso utilizó no sólo en la estética de los anime cyberpunk y los clichés de sus historias, sino también los glitches y errores visuales del tracking, la suciedad en las imágenes y lo exquisitamente borroso de la experiencia de verlos en una videocasetera conectada a un televisor de tubo.

La campaña tiene momentos gloriosos de esos que nos hacen aplaudir a la pantalla con una sonrisa de oreja a oreja. Tras el final, que no pienso spoilear, nos invitan a jugar un modo “infinito” en el que podemos subir a cierto edificio y disfrutar de la propuesta jugable sin interrupciones. En este modo las habilidades y armas duran sólo 10 pisos, la dificultad es estándar y nos permite dejar nuestro récord para la posteridad en una tabla de posiciones internacional. Es una buena adición para seguir jugando sólo por diversión, pero después de unas horas puede dejarnos con sabor a poco.

Mullet Mad Jack es un juego divertido y frenético, que se diferencia del resto de los roguelites porque sabe cuándo poner un checkpoint y hasta donde exigir sin frustrar. No es un juego fácil, todo lo contrario, pero viene con dos niveles de dificultad más accesibles para iniciarnos en la velocidad y dos más complicados para desafiarnos al extremo. Toda la acción la manifiesta con dos o tres funciones precisas, niveles que promueven tiroteos ágiles y un puñado de habilidades útiles elegidas medio al azar. Su punto débil termina siendo la falta de contenido, la campaña se resuelve en 3 o 4 horas y el modo infinito no termina de llenar el vacío que nos deja abandonar la historia de Jack. Sin embargo, es una experiencia más que recomendable, un paso en el camino correcto para Hammer95 Studios y un abrazo para aquellos que añoramos aquellos años felices.

8

Acción, clichés y velocidadMullet Mad Jack es un FPS frenético que todo el mundo debería jugar. Rápido, fácil de entender y difícil de perfeccionar. Es una fiesta de referencias a la cultura pop de los noventas, con una estética a OVA en VHS y una historia hilarante.

Revisado en PC

Plataformas:

PlayStation 5Xbox Series SXbox Series XNintendo SwitchPC