Si bien muchas franquicias llevan varias décadas de vigencia en su haber, cuando hablamos de cine, pocas tienen un recorrido parecido a El Planeta de los Simios. Muy exitosa en los setenta, terminó convirtiéndose en un clásico de culto que recién en el 2001 pudo resucitar (sin mucho éxito) con un remake del glorioso Tim Burton.
Ya desde el 2011 vivimos un reboot de la franquicia en base a una trilogía producida por Fox, que tuvo una calidad bastante pareja entre sus tres entregas y nos dejó una “década ganada” en cuanto a esta franquicia. No solo por lo bien que están estas películas, sino porque significaron, para muchísima gente, una puerta de entrada a una franquicia icónica que no se había explotado del todo.
En esta ocasión y con una entrega que funciona de soft reboot, El Planeta de los Simios: Nuevo Reino nos viene a contar un episodio dentro de esta franquicia mucho más cercano a las entregas viejas que a las nuevas. La distopía es total y el mundo fue completamente dominado por los simios, mientras que los pocos humanos que quedan luchan por sobrevivir y no ser encontrados.
Noa, el protagonista de esta nueva película, es un simio que vive en una aldea y deberá emprender un desafortunado camino del héroe a raíz de una tragedia que obliga a su aldea a deshacerse para siempre. Lejos del ambiente bélico que tenían las anteriores entregas, donde la tensión era un elemento crucial, acá nos encontramos con una historia mucho más clásica donde el protagonista debe encontrarse frente a su destino y vencer sus miedos para así también combatir a un mal mayor.
Creo que el primer comentario general que puedo hacer de la película es que, dentro de esta actualidad donde explotar una propiedad intelectual es la norma, El Planeta de los Simios es un bastión que mantiene una calidad muy pareja entre todas sus entregas. Nuevo Reino no es la excepción y con mucho corazón nos ofrece una experiencia lenta pero segura, abriendo una nueva narrativa que funciona en sí misma.
Siendo la décima película de esta franquicia, quiero expandir sobre el concepto de “soft reboot”: si bien la narrativa tiene un desarrollo propio y no hace falta ver nada de lo anterior para entenderla, hay escenas específicamente colocadas para premiar a quien sigue esta franquicia y darle un sentido de continuidad. La historia de César continúa y está explicada de una manera fenomenal que permite hacer una conexión rápida pero alejándose lo suficiente como para poder seguir incluso haciendo secuelas a raíz de este film.
La otra cara de esa moneda es lo bien que está temporalmente alejado de las entregas anteriores, haciendo que la ambientación y la puesta en escena de este mundo sea nueva, única y establezca los cimientos para poder desarrollar prácticamente un universo nuevo. Estoy seguro de que si a esta película le va bien, que creo que será el caso, tendrá más de una secuela.
Tenía mucha expectativa por Wes Ball, el director de la película, ya que será el encargado de adaptar The Legend of Zelda y también porque sus obras anteriores no me habían cerrado del todo. Pero desde los planos hasta decisiones estructurales, creo que la película está muy bien lograda en sí y termina sobresaliendo en general en todos los aspectos, un logro digno de adjudicar a una gran dirección. Hay una búsqueda fuerte de plasmar tanto de manera literal como en subtexto, lo cíclico que es el ser humano y lo destructivo que es con su entorno, su mundo y las otras especies que conviven con nosotros.
Debo decir que en medio del conflicto de la película y llegando a la conclusión hubo varias cuestiones narrativas que me hicieron ruido, sobre todo porque no terminan de tener pequeños desarrollos de personaje que le vendrían bien a la película para terminar de convencer al espectador sobre las motivaciones de cada uno de los protagonistas. No es algo que arruine la experiencia, pero sí creo que es algo que se trabajó mejor en entregas previas. También creo que esos desarrollos podrían haberse optimizado un poco mejor en cuanto a los tiempos, y media hora menos de película le habría sentado mejor.
El CGI, que no suele ser de mi agrado, es de lo mejor que he visto en el último tiempo. Desde todos los personajes y sus diferentes fisonomías hasta los escenarios generales, El Planeta de los Simios nos sumerge de lleno en su universo y no hay ningún motivo en pantalla para creer que no estamos ahí. Las pocas actuaciones directamente humanas que hay cumplen con lo necesario para introducirse a ese mundo y no quedar descolocadas.
El Planeta de los Simios: Nuevo Reino es una historia fresca de un mundo que lejos de ser la historia convencional que vemos en el cine más “pochoclero”, nos ofrece una visión de una distopía diferente. Un mundo muy interesante que entra en una etapa completamente nueva, donde las posibilidades son muy diferentes a las nueve películas anteriores.
No será la película del año y, repito, creo que hay ciertas lagunas narrativas que terminan afectando un poco al último acto, pero no deja de ser una película con mucho corazón, que funciona muy bien como puerta de entrada y que es el puntapié inicial para el futuro de El Planeta de los Simios.