Fallout: ¿Cuál es la mejor entrega para iniciarme en la saga?

Fallout es una saga legendaria en la industria del gaming. Tiene raíces que se remontan a finales de la década de los noventas, en la edad dorada de los RPG de PC, y supo mantener su relevancia a través de los años. Como toda franquicia que se ha extendido durante tanto tiempo ha tenido sus altibajos, en especial cuando intentaron llevarla a diferentes estilos de juego. Sin embargo, la gran mayoría de las entregas canónicas tienen un encanto particular que preserva una parte importante de su esencia. El peso narrativo siempre es protagonista, pero tiene diferentes tintes según qué entrega estemos jugando, y lo mismo podríamos decir del apartado jugable y, en especial, de su dificultad.

A pesar de todo, es innegable que se trata de una de las propuestas más inmersivas y cautivadoras de la industria, pionera en proponernos sobrevivir en una Tierra devastada por la guerra nuclear y la que más ha influido en nuestra cultura popular. Hoy vamos a repasar las entregas canónicas de la saga, dejando afuera el polémico Fallout: Brotherhood of Steel de PlayStation 2 y el genial Fallout Tactics: Brotherhood of Steel, para que puedan elegir el punto de entrada que mejor se ajuste a sus gustos.

La cuarta entrega de la saga es la más cercana con la serie, al menos desde la línea temporal oficial. Se desarrolla nueve años antes de los eventos de la serie de Prime Video y tiene una propuesta mucho más aggiornada a los estándares modernos. También es la última entrega tradicional de la franquicia, se lanzó en 2015 y acaba de recibir una actualización para todas las plataformas de actual generación. Es el mejor punto de entrada al universo Fallout para el público en general, contiene la esencia y todos los rasgos de identidad que queremos los fanáticos y, a la vez, una jugabilidad menos asfixiante que las demás entregas.

La historia nos pone en la piel de un sobreviviente de la bóveda 111 que había estado preservado en una cápsula criogénica. Al salir podremos explorar un mundo abierto ubicado en las ruinas de Boston y sus alrededores, completando misiones para los diferentes NPC y desentramando su interesante narrativa principal. Si bien tiene características de RPG, en comparación al resto de la saga se siente más orientado a la acción, y el componente de construcción le da una dosis extra de supervivencia.

A pesar de su pedregoso lanzamiento, víctima en parte de las promesas vacías del aparato de prensa de Bethesda y de las limitaciones de un motor gráfico que no estaba preparado para las ambiciones del estudio, Fallout 76 se encuentra pasando por un gran momento. De buenas a primeras, toma todo lo interesante de Fallout 4 y lo lleva a un mundo abierto multijugador online orientado a la acción y a la supervivencia. En la línea de tiempo es el primer título de la saga, los eventos suceden tan solo veinticinco años después de que explotaran las bombas en 2077 y nos lleva a explorar la región de Appalacchia con el fin de recolonizarla.

Es difícil deconstruir la crítica negativa que lleva sobre sus espaldas desde su lanzamiento en 2018, pero la versión actual de Fallout 76 es radicalmente superior a la original y es una forma fantástica de compartir la experiencia con amigos y desconocidos. A lo largo de los años, Bethesda ha conseguido enderezar el rumbo del juego y lo ha poblado con eventos, locaciones y personajes entrañables. Es ideal para los nuevos jugadores que no tengan miedo de cruzarse con otro jugador y sufrir las consecuencias, o para aquellos que tengan amigos para salir a reventar Super Mutantes.

Este es el punto caramelo de la saga, el que ofrece una experiencia intermedia entre dificultad y una narrativa inmersiva como las originales. Fue la primera entrega a cargo de Bethesda y la que marcó el rumbo para todas las siguientes. Se desarrolla en 2277, doscientos años después de las bombas y nos permite aventurarnos libremente en las ruinas de Washington D.C. Su lanzamiento en 2008 marcó el regreso de la saga luego de una década de ausencia y lo hizo cambiando radicalmente la propuesta jugable. Fallout 3 fue el primer juego en 3D de la franquicia, que hasta entonces era un RPG isométrico por turnos, y el que estableció los lineamientos que hoy en día se siguen cumpliendo. Es mi punto de entrada favorito para la franquicia, el que puedo recomendarle a cualquiera que tenga un mínimo de experiencia previa en los géneros FPS y RPG.

No solo trata todas las aristas que marcan a fuego la identidad de la franquicia, lo hace desde la inmersión ambiental y narrativa, en un yermo árido y sumido absolutamente en la desgracia. Es bastante más difícil que Fallout 76 y Fallout 4, pero ha envejecido como un buen vino. En especial, si pueden jugarlo en PC ya que incluso sin instalarle ni un solo mod, se ve hermoso y aprovecha el hardware moderno de forma nativa.

El spin-off de Fallout que se ganó el corazón de los fanáticos. Fallout: New Vegas es una historia de venganza, una suerte de western dentro de un mundo postapocalíptico que aprovecha todas las herramientas del título anterior para construir una experiencia superior. A pesar de sufrir una fuerte dosis de bugs, algo tristemente esperable de todos los desarrollos de Bethesda, New Vegas consiguió destacarse a fuerza de una narrativa pulida y personajes bien escritos. Desde lo jugable era continuista, pero Obsidian incluyó una serie de mejoras de calidad de vida más que bienvenidas que optimizaban el ritmo de juego.

Es un punto de entrada más complicado que Fallout 3, es menos permisivo con la progresión del personaje y requiere que tengamos más cuidado a la hora de explorar y manejar nuestros recursos. Sin embargo, todo esto lo hace mucho más gratificante e inmersivo. La historia es realmente exquisita, se desarrolla cuatro años después de los eventos de Fallout 3 y parece que tendrá algo que ver con la segunda temporada de la serie de Amazon. Además, es el que mejor captura la esencia de los dos primeros juegos, sin duda una maravilla esperando a que la descubran.

La visión original de Tim Cain, el juego que dio inicio al universo Fallout desarrollado por Interplay Productions y su secuela, a cargo de Black Isle Studios, representan el extremo opuesto a Fallout 4 y Fallout 76. Son RPG de PC por turnos en los que toda la aventura se desarrolla desde una perspectiva isométrica y con una progresión que hoy en día se consideraría absolutamente hardcore. En su momento, allá por 1998, este tipo de propuestas eran parte de la vida de un gamer de PC. Un jugador moderno tendría las mismas dificultades al intentar jugar Wasteland o Baldur’s Gate, pero al igual que Fallout y Fallout 2 las recompensas llegarían apenas logre acostumbrarse a las reglas del juego. Tim Cain creó un trasfondo brutal, solemne y desesperanzador para Fallout. Un mundo en el que la supervivencia prima por encima de todo, donde cualquier sobreviviente no dudaría en ejecutarnos por la espalda para conseguir un trago de agua limpia y en el que hasta la batalla más simple podría terminar en tragedia.

Los primeros dos Fallout son obras de arte, verdaderos pilares de la industria sobre los que se construye el gaming moderno y vale la pena cualquier esfuerzo para jugarlos. Sin embargo, como la saga no tiene una correlatividad ni las entregas dependen narrativamente entre sí, serían la última opción a la hora de recomendarles un punto de entrada. Las barreras de la dificultad, el apartado técnico y la jugabilidad son muy difíciles de sortear; lo más seguro es que les quiten las ganas de meterse en este hermoso universo. Ahora, si están dispuestos a aprender todo desde cero, a guardar partida manualmente cada tres minutos y a morir diez veces contra el primer escorpión del juego hasta entender las bases del combate, créanme que la experiencia será inolvidable.