Un grupo de criminales secuestran a una niña de doce años, hija de una poderosa figura del inframundo y deben tenerla en una mansión durante 24hs. Lo único que tienen que hacer es vigilarla durante la noche para poder cobrar un rescate de 50 millones de dólares.
En una mansión aislada, los captores comienzan a desaparecer uno por uno, y descubren, para su horror in crescendo, que la pequeña con la que están encerrados no es quien dice ser.
Tal como ocurría en la película No respires (Don’t Breathe, 2016) dirigida por el uruguayo Fede Álvarez, en donde tres ladrones se meten a una casa para robar a un hombre no vidente, está también cuenta con una premisa en donde victimario se transforma en víctima.
Los directores de Abigail entienden que, para que su película funcione, el espectador necesita encariñarse con esta banda de criminales, una tarea nada fácil de lograr, teniendo en cuenta la premisa de que están secuestrando a una niña. Para lograr su objetivo, los realizadores deciden usar el humor negro y presentarnos a sus protagonistas desde el principio para que podamos conocerlos y entender las motivaciones de cada uno.
El elenco está repleto de caras conocidas: lo tenemos a Dan Stevens (Gaslit, Legión) como el líder de la banda de ladrones, a Melissa Barrera (de la nueva franquicia de Scream) en el rol de potencial “heroína”, y a Kathryn Newton (Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, Freaky) como la hacker adorable. Como dato de color, el elenco también cuenta con Alisha Weir (Matilda, Darklands) como la pequeña pero no tan inocente Abigail, y con la última participación en pantalla de Angus Cloud, quien supo interpretar a uno de nuestros personajes favoritos en Euphoria y que falleció el año pasado.
Fusión de géneros y lo que podemos esperar
La producción del estudio de Radio Silence reúne el slasher que vemos en Scream con el estilo del whodunit (quién lo hizo) que inició con las obras de Agatha Christie. A esto se le suma un elemento sobrenatural que le aporta el factor terrorífico a la historia.
La fusión de todos los géneros funciona muy bien al igual que el festival de sangre y gore que vamos a ver durante todo el film. El mayor problema que tiene la apuesta dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett es que se autospoilea a través de una campaña de marketing que revela quién es el causante de los asesinatos desde un principio. Se entiende que esta decisión se tomó para poder venderla mejor y que el foco de la historia está en ver cómo los mismos personajes descubren la verdad que ya conocemos y de qué manera se enfrentan a esto.
De todos modos, considero que hubiera sido mucho más gratificante contar con el factor sorpresa, ya que una vez que todas las cartas están puestas sobre la mesa, Abigail cae en una reiteración excesiva de algunas secuencias y en varios giros de más que podrían haberse evitado.
A modo de conclusión, el film no deja de cumplir con su intención de mantenerte atrapado hasta el final y en conseguir un interés genuino por sus personajes haciendo queribles a esta banda de criminales que no saben en dónde se metieron.