Nacimiento, muerte y resurrección del Survival Horror

Del culto al estrellato absoluto y, una generación más tarde, a la saturación total ¿Cómo volvió de la muerte un género que hasta hace unos años parecía condenado a la nostalgia?

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Alone in the Dark (1992)
Alone in the Dark (1992)

Hoy lo damos por sentado, pero hubo una época en la que no había juegos de terror o al menos no como los conocemos. Títulos como Alone in the Dark de 1992 y Sweet Home de 1989, un RPG de Capcom exclusivo de Japón, sentaron los cimientos para que en 1996, Shinji Mikami con Resident Evil acuñe el nombre del género. A partir de entonces, comenzaron a surgir nuevos Survival Horror que terminaron de establecer las características del género emergente. En líneas generales, la narrativa debía estar construida sobre un elemento de terror (zombies, asesinos seriales o directamente algún tipo de monstruo) y el jugador tendría recursos limitados para complicar su supervivencia. Todo juego que cumpla con esos lineamientos se podía considerar parte del género, pero con una definición tan amplia la confusión estaba a la orden del día.

El éxito de Resident Evil desató una oleada de juegos similares, pero a la vez con suficientes diferencias como para considerarlos algo más allá de una simple imitación. Pero no fue hasta 1998 que la bomba realmente explotó y fue a causa de la secuela del tanque de Capcom, Resident Evil 2, que llevó el Survival Horror a las portadas de todas las revistas. Los controles tipo tanque y el combate con munición limitada, aunque con una amplia variedad de armas, se enraizaron en la mente de los jugadores y pasaron a formar un estilo propio dentro del subgénero. Una característica clave del encanto de estos juegos era la sensación de estar jugando una película de terror de clase B, desde la apariencia de los enemigos hasta los diálogos y el desarrollo narrativo. Pero pronto “los estándares” estaban a punto de cambiar.

Silent Hill
Silent Hill

En 1999 Konami publicó Silent Hill y, cuando todos esperábamos otro clon de Resident Evil, nos agarró con la guardia baja. El juego de Keiichiro Toyama enfocaba su propuesta en una historia retorcida y compleja, jugaba con la niebla y el diseño de sonido para generar ansiedad y dejaba de lado el combate sin sentido. Si bien había títulos anteriores que ya tocaban estos temas, para el público masivo fue Silent Hill el juego que comenzó el subgénero de Terror Psicológico. Mientras Resident Evil y sus clones utilizaban sustos repentinos (jumpscares en inglés) para asustar, Silent Hill generaba un ambiente opresivo y perturbador con una sumatoria de elementos turbios. Esta fue la primera gran separación para los amantes del nuevo género, pero no sería la única.

La edad dorada del Survival Horror atravesó la generación de consolas de 32 bits y la mayor parte de la siguiente. Mientras Capcom seguía produciendo secuelas y spin-off de Resident Evil, Konami hacía lo propio con Silent Hill creando una trilogía exquisita y varios buenos juegos. En el medio tuvimos joyas como Parasite Eve (Squaresoft, 1998) que mezclaba el género con elementos de RPG para desarrollar un policial de ciencia ficción fantástico. También hubo títulos que descartaban las armas de fuego en pos de armas alternativas, como Galerians (Polygon Magic, 1999) que nos ponía en la piel de un personaje con poderes psíquicos y Fatal Frame (Tecmo, 2001) en el que debíamos combatir fantasmas en una casa embrujada utilizando una cámara polaroid. Había opciones para todos los gustos y de todas las calidades, si no estábamos atentos a nuestra publicación de cabecera elegir un juego era como caminar por un campo minado.

Dead Space 2 | Desarrollador:
Dead Space 2 | Desarrollador: Visceral Games | Distribuidor: Electronic Arts

Hacia mediados de la década del 2000, el público comenzaba a saturarse de tanto Survival Horror y Capcom estaba listo para saltar del tren en movimiento. La pregunta era, ¿cómo evolucionar el género sin perder usuarios y seguir vendiendo millones de copias? El primer paso lo dio con Resident Evil: Outbreak, un juego que contaba las historias trágicas de un puñado de civiles en medio del apocalipsis zombie de la saga, pero incorporaba una mecánica radical nunca antes vista en el género: era multijugador online y se jugaba en cooperativo. En su momento no recibió el reconocimiento que merecía y, con una mano en el corazón, todavía no estábamos acostumbrados a jugar online en nuestra consola. El segundo paso lo dio con Resident Evil 4, que removió las restricciones de movimiento propias del género acercándolo más a la acción y haciendo foco en la habilidad del jugador.

La jugada salió bien, pero muchas de las franquicias clásicas tropezaron al intentar aggiornarse a las nuevas reglas del mercado. Silent Hill: Homecoming fue la primera de muchísimas decepciones que llegarían en los próximos años y Alone in the Dark (2008) arruinó el poco prestigio que había recuperado con “A New Nightmare” de 2001. Los amantes del género tuvimos que ver cómo el amado Survival Horror cedía ante la influencia de los juegos de acción en tercera persona y los FPS, que estaban arrasando en ventas y popularidad. Una parte del público saltó a juegos como F.E.A.R. y Dead Space que, si bien abrazaban varios componentes del género, en realidad eran títulos de acción y terror. De hecho, Dead Space 2 ya era más un shooter cooperativo que un juego de terror y lo mismo sucedió con las secuelas de F.E.A.R..

The Evil Within, de Tango
The Evil Within, de Tango Gameworks.

A partir de este momento, el Survival Horror quedó en manos del desarrollo independiente, las grandes desarrolladoras siguieron enfocándose en la acción hasta agotar sus propias franquicias. Títulos de altísima calidad como la saga Penumbra o Amnesia, de Frictional Games, entre miles de juegos de culto de PC mantuvieron vivas las comunidades mientras veían a sus franquicias clásicas ser pisoteadas por sus propios desarrolladores. Capcom transformó a Resident Evil en un shooter en tercera persona, la quinta entrega de la saga dividió del todo a los fans y la sexta le rompió el corazón a la gran mayoría de los que le quedaban. Hubo varios intentos de devolverle la esencia al género, de hecho el mismísimo Shinji Mikami lanzó The Evil Within en 2014 con esas intenciones, pero hacía falta algo más para revivir al género.

Hacía mucho que Konami quería volver a las primeras planas y se le ocurrió utilizar, una vez más, a su as bajo la manga. En agosto de 2014, publicaron una demo de un nuevo juego de terror llamado simplemente P.T. (siglas en inglés de Playable Teaser) que terminó siendo un anuncio jugable de que la próxima entrega de Silent Hill estaba siendo desarrollada por Hideo Kojima y Guillermo del Toro. Pero, más allá del valor agregado que conlleva vincular a Kojima con un juego, fue su jugabilidad la que atravesó a toda la industria y le demostró que todavía había una audiencia interesada en juegos de terror originales. La perspectiva en primera persona brindaba una inmersión única, pero lo más interesante era la narrativa segmentada que nos hacía sentir que estábamos revelando un misterio a la vez que sobrevivimos a situaciones azarosas y realmente escalofriantes. No teníamos forma de defendernos, había que salir corriendo o enfrentar nuestras peores pesadillas.

Until Dawn, de Supermassive Games.
Until Dawn, de Supermassive Games.

Al final Konami, en una jugada que merece una investigación y un documental en tres temporadas, despidió a Hideo Kojima y destruyó no solo a Metal Gear sino el futuro de Silent Hill. Sin embargo, los efectos de P.T. ya habían calado hondo en el imaginario de la industria y una nueva oleada de Survival Horror comenzó a gestarse. Por un lado, los que tomaron una inspiración más literal como Layers of Fear, pero también hubo una nueva rama de horror cinematográfico realmente interesante. Supermassive Games publicó Until Dawn en 2015, un juego centrado en las decisiones del jugador en el que la muerte de los protagonistas no detiene la narrativa (como sucedía en Sweet Home de 1989) y luego la fantástica saga episódica The Dark Pictures. Además, en esta época se popularizó un subgénero de terror multijugador asimétrico que encontró su nicho en los streams de Twitch: el morbo de ver cómo otros jugadores se asustaban alentó el desarrollo de docenas de títulos que siguen saliendo al día de hoy.

La industria del gaming es cíclica y no le tomó mucho tiempo a Capcom darse cuenta de que necesitaba recuperar el prestigio de Resident Evil. Para eso, se inspiró en P.T. y le dio una vuelta de tuerca, apostando a la cámara en primera persona para su séptima entrega en 2017. El juego fue fantástico y la jugada le devolvió la esperanza a sus seguidores, pero no fue hasta 2019 cuando publicó el increíble remake de Resident Evil 2 que volvió a conquistar los corazones del público masivo. Es curioso, pero el mismo titán japonés que se encargó de abrirle la puerta del género a los elementos de acción volvió a llevarlo a la cima de la popularidad una década después. Hace casi diez años que estamos viviendo una segunda edad de oro del Survival Horror, con nuevas entregas y remakes de altísima calidad publicándose periódicamente y franquicias legendarias haciendo su regreso. Silent Hill 2 Remake está a meses de publicarse y Alone in the Dark acaba de revivir con una entrega controversial pero interesante. ¿Será que finalmente encontraron un balance entre terror y acción o se viene una inevitable debacle en los próximos años?

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