La primera reacción de muchos al escuchar que The Walking Dead (2010-2022) sigue en pie con varias series spin-off es la sorpresa. Pero no de la buena, sino de la que asocia su permanencia al aire con la explotación interminable de una premisa que hace rato dejó de dar lo mejor de sí y que no solo se encuentra diluida, sino también repetitiva hasta el cansancio. Incluso los seguidores más fieles de la serie original desconfían de las nuevas producciones, por el miedo de ver a sus personajes reducidos a una sombra de lo que eran en un argumento poco convincente.
Pero en el caso de The Ones Who Live (2024), de alguna manera lograron que sea exactamente lo contrario. Con un nivel de producción a la altura de las circunstancias y una historia muy atrapante y contenida que se siente increíblemente necesaria, esta nueva propuesta le da un merecido cierre a los dos mejores personajes (y la mejor pareja) que tuvo la serie original. El spin-off de apenas seis episodios se estrenó en febrero en Estados Unidos y llega ahora oficialmente a la TV latinoamericana a través del canal AMC y sus repetidoras todos los lunes a la noche.
Antes de retirarse voluntariamente en la novena temporada de The Walking Dead, su protagonista Andrew Lincoln (mejor conocido como Rick Grimes) llegó a un acuerdo con AMC -el histórico canal de la serie y de otras joyas como Mad Men y Breaking Bad- para protagonizar una trilogía de películas que cerrarían el arco de su personaje con un final satisfactorio. Un compromiso con la historia y con los fans que no se ve todos los días.
Por su parte, Danai Gurira (la icónica Michonne) no solo estuvo a bordo de la propuesta, sino que ambos se convirtieron también en productores y guionistas del proyecto. Junto a Scott M. Gimple (guionista de The Walking Dead desde la segunda temporada y showrunner de la serie desde la cuarta en adelante, tras la salida de Glen Mazzara), Lincoln y Gurira concibieron esta historia que finalmente adoptó la forma de miniserie de seis episodios.
Este primer capítulo nos reencuentra con sus personajes seis años después de la desaparición de Rick, cuando Michonne sale a buscarlo, segura de que todavía está vivo. El exlíder del grupo está recluido contra su voluntad sin poder escapar de la República Cívica Militar, una poderosa organización secreta que reúne a tres ciudades fortificadas con campos de trabajo y el objetivo a largo plazo de restaurar la civilización, con métodos extremistas.
A lo largo de estos primeros 56 minutos, se reconstruyen los últimos seis años de Rick en esa instalación, sus intentos de escape y sus mecanismos de defensa para sobrevivir a esa realidad. Su objetivo es clarísimo: volver con Michonne y su familia, y hará hasta lo imposible por lograrlo. Mientras tanto, iremos descubriendo a través de una serie de flashbacks y narración en off -un recurso muy bien utilizado- cómo fueron esos años y cómo se organiza esa sociedad en la que Rick parece tener un papel que se niega a desempeñar.
Con un nivel de producción cinematográfico y una narrativa no lineal estructurada para mantener el misterio, mientras va entregando pequeños fragmentos de información, The Ones Who Live nos sumerge de lleno en este universo, que funciona perfectamente aún si no vimos (o abandonamos) The Walking Dead. Es la historia de dos personas que van a luchar contra lo inimaginable para volver a estar juntos, tratando de no perderse a sí mismos en el camino, en un mundo que los quiere ver destruidos e impotentes, o directamente muertos.
Rick y Michonne son una de las parejas con más química de la televisión, con una historia inconclusa que realmente merece un cierre bien pensado y ejecutado. Lo mejor en este comienzo de The Walking Dead: The Ones Who Live es que presenta esta historia de manera que cualquiera pueda arrancar a verla desde este punto, entender sus complejidades y sumergirse de lleno en la propuesta, con toda la información que necesita. Y grandes dosis de acción, romance y suspenso, en un mundo en el que los zombies apenas forman parte del escenario de todos los días y las ambiciones humanas son la verdadera amenaza.