Los creadores de la producción de Amazon Prime Video Geneva Robertson-Dworet y Graham Wagner y los productores ejecutivos Lisa Joy y Jonathan Nolan (también creadores de Westworld) entendieron cómo adaptar la franquicia de videojuegos para atraer tanto a aquellos que lo jugaron como a quienes nunca habían oído hablar de él.
Ambientada en un futuro en donde el planeta fue destruido como consecuencia de una guerra nuclear en 2077, Fallout nos presenta un mundo post-apocalíptico situado en el año 2161 en donde algunos humanos sobreviven dentro de búnkeres antinucleares construidos por una empresa llamada Vault-Tec. Como suele ocurrir con las grandes corporaciones de la ficción, esta también va a esconder sus secretos y su protagonista será la encargada de llegar a la verdad de todo el asunto.
La historia va a estar contada desde los puntos de vista de tres personas con ideologías muy distintas:
Por un lado tenemos a Lucy (Ella Purnell, Yellowjackets), una joven inocente y optimista que vivió toda su vida bajo tierra dentro de la bóveda 33 y que por un motivo de fuerza mayor deberá salir al mundo exterior para encontrarse con con un mundo que desconoce por completo.
Luego está Maximus (Aaron Moten, Father Stu), un soldado que esconde un pasado trágico y que forma parte de la famosa Brotherhood of Steel, una organización que preserva la paz de un modo bastante particular.
Finalmente, el tercer protagonista es The Ghoul (Walton Goggins, Tomb Raider, The Shield) un necrófago que lleva 200 años viviendo en el escenario post apocalíptico. Un tipo que lo vio todo y que transita sus días como cazarrecompensas.
Las tres perspectivas nos permiten entender cómo funcionan todos los aspectos de Fallout y cómo piensan sus personajes de acuerdo a dónde están parados y de dónde vienen.
Uno de los problemas que encontramos muchas veces en las adaptaciones de videojuegos es que los guiones terminan siendo chatos y carentes de ideas nuevas. Los productores y showrunners suelen confiar en que el material audiovisual y las referencias a los juegos van a ser suficientes para conseguir un producto exitoso y así es como apuestas como Uncharted o Need For Speed se convierten en películas superficiales que terminan cayendo en todos los lugares comunes.
En este caso, el principal acierto de Fallout es que se esmeran en contar una buena historia y una que nos interese a todos: tanto Graham Wagner (que viene del palo de la comedia) como Jonathan Nolan, anunciaron en su momento que esta no sería una adaptación directa del material original y que incluso se ubicaría en una línea temporal diferente y en una locación desconocida para los juegos. De esta manera, se sientan las bases para un nuevo comienzo dentro del mismo universo.
Lo primero que vemos cuando Lucy sale al exterior es el muelle devastado de Santa Mónica en Los Ángeles. Al tratarse de personajes que deben moverse de punto A al punto B para lograr un objetivo, vamos a acompañarlos en un recorrido en donde la ciudad devastada también será relevante dentro de las decisiones que tienen que tomar sus protagonistas para sobrevivir.
Lucy y Maximus se formaron a base de mentiras y con una visión recortada de la realidad y es increíble ver y acompañar el crecimiento de ambos a medida que van descubriendo distintos aspectos del mundo que creían conocer.
Incluso el aprendiz de caballero, que bien podría haberse transformado en el típico “héroe” que solo quiere completar su misión, se convierte en uno de los personajes más tridimensionales de la serie, mostrando facetas en donde se pone en juego su ética al realizar diversas acciones.
El gran desarrollo de las figuras también se extiende a personajes secundarios como el hermano o el primo de Lucy, lo que hace que como espectadores también nos importe lo que ocurre allí una vez que nuestra heroína abandona el hogar.
Otro gran acierto del guion es que se nos muestre el contraste entre estos dos individuos con The Ghoul, aquel observador del mundo cínico y sarcástico con un enorme conocimiento de la humanidad.
A su vez, él será nuestro guía definitivo a través de las dos temporalidades: Vamos a contar con flashbacks del pasado sobre su vida previo al apocalipsis y descubriremos lo que ocurría en el contexto histórico y los intereses políticos detrás de la guerra.
Otro punto a destacar, es el tono que decidieron darle a la producción de ocho episodios. En su búsqueda por mantener el humor negro que se ve en los videojuegos, también logran encontrar un balance con los aspectos más dramáticos y una acción que viene de la mano de secuencias de sangre y violencia extrema que nos recuerdan a las películas de Tarantino. La inclusión del subgénero del western en los momentos en los que veremos al Ghoul es acertadísima para describir un universo devastado y marcado por la desesperanza que se rige bajo las reglas del lejano oeste. El propio Walton Goggins dijo en numerosas entrevistas que para dar vida al necrófago se inspiró en películas de vaqueros como El Hombre que Mató a Liberty Valance (1962) y Río Bravo.
Encontrando las referencias en una ambientación retro-futurista
Aunque los juegos suelen ocurrir en locaciones como Las Vegas y Boston y en este caso la acción ocurre en Los Ángeles en un nuevo escenario para los hechos, no van faltar las referencias y los guiños a aquellos que crecieron jugando la franquicia.
Desde las imágenes de Nuka Cola, los diseños de las bóvedas, los trajes de los refugiados, las cucarachas radiactivas y los robots increíblemente logrados de la Brotherhood of Steel, el universo se mantiene intacto.
Siguiendo la dinámica de la franquicia y respetando las mecánicas del juego, la serie también explora las diferencias entre el mundo post apocalíptico y una sociedad previa que fusiona la cultura de los cincuenta con la tecnología.
¿Por qué funciona entonces esta adaptación de videojuego en donde otras fallan?
La primera temporada de Fallout funciona porque sus creadores se detuvieron a pensar en cómo crear y desarrollar protagonistas queribles. Hay una búsqueda en entender cómo piensan y cuál es su moralidad en las situaciones que atraviesan y es enriquecedor verlos encontrarse y tomar posturas diferentes frente a los obstáculos que se les presentan.
Los misterios que van surgiendo y los giros inesperados que se revelan junto a una dosis de acción y de violencia en la medida justa, la convierten en una de las apuestas más adictivas y atrapantes del momento. Y lo decimos una vez más: No importa que no hayas jugado los juegos para poder entrar en este universo cruel y magnífico de osos radiactivos, crudeza extrema y misiones en el fin del mundo.