El universo de Super Mario está viviendo un momento de gloria. No es sólo el enorme éxito de la Nintendo Switch como consola ni los aclamados títulos del fontanero como Super Mario Odyssey (2017) y Super Mario Bros. Wonder (2023), si no que también Super Mario Bros. La Película (2023) generó un movimiento muy grande del personaje dentro de la cultura pop.
Esta revitalización no sólo potenció a la figura del protagonista sino que muchos de sus compañeros van a tener nuevas entregas enfocadas en ellos mismos. Ahí es donde nace Princess Peach: Showtime!, un título de la princesa más emblemática de Nintendo que hace varios años limpia su nombre de “princesa en apuros” para pasar a tener mucho más protagonismo dentro de cada videojuego. En esta experiencia lo logra a medias.
Para entrar de lleno en el concepto de este juego, nos muestran a una Peach que en medio de un viaje se ve envuelta en una encrucijada cuando una compañía liderada por la malvada Grapes secuestra el Teatro Esplendor para convertir todas sus obras en tragedias. Es ahí que con la ayuda de nuestra compañera (una pequeña estrella que trabaja en el teatro), tendremos que ir obra por obra para rescatar a los esplendis que viven en el teatro y hacer que las obras lleguen a buen puerto.
Visitando las diferentes obras es como Peach se puede convertir en una ninja, espadachina o agente secreta para resolver los diferentes conflictos. Cada transformación cuenta con su propia ambientación y mecánicas, y tenemos tres niveles para cada una: el introductorio donde Peach se convierte en tal, el segundo donde profundizamos la mecánica y el tercero donde rescatamos a la verdadera o al verdadero protagonista de esa obra.
Se nota que la intención de este juego es que sea sumamente introductorio a videojuegos, pensado para un público de muy corta edad. Para ese fin, considero que es una gran experiencia y más cuando te da un pantallazo de diferentes jugabilidades con cada traje como hack ‘n’ slash, plataformeros, aventuras, party games, etc.
Sin embargo, y fuera de ese rango etario, esa misma intencionalidad es lo que hace que Princess Peach: Showtime! sea una experiencia completamente plana y secundaria. Nada te motiva a seguir jugando más que la intención de terminarlo. Todo se puede hacer en automático, porque prácticamente no hay desafíos. Es un desfile de niveles donde solo hay que caminar y presionar el botón indicado para repetir el loop.
Los diferentes trajes y habilidades que consigue Peach a lo largo de la aventura son el verdadero diferencial y el motor de por qué Princess Peach: Showtime! existe. En un principio me sorprendió la variedad que hay y los diferentes géneros a los que apunta; con muy poca diferencia entre lo que nosotros podemos hacer (solo podemos saltar y apretar el botón principal de cada traje), la experiencia puede pasar de ser un juego de sigilo a un party game en cuestión de minutos.
Sin embargo, es una lástima que el juego no pueda mantener ese nivel de variedad al ir subiendo en los cinco pisos que componen el teatro. Se nota la intención de generar una segunda parte de juego donde hay que “profesionalizar” el uso de cada habilidad, pero en ningún momento se siente así y al contrario, genera una sensación de que el dinamismo y la sorpresa van desapareciendo.
Uno de los grandes aciertos es la puesta en escena y todo lo que significa la escenografía. Siempre muy acertada para dar la sensación de que es una obra de teatro, nos entrega un montón de referencias que van desde Sherlock Holmes hasta 007, pasando por superhéroes y MasterChef. Todo está correctamente colocado para poder otorgar en cada momento la sensación más acertada para cada rol.
Mi gran contradicción con este tipo de experiencias es el poco nivel de apuesta que Nintendo pone. Todo parecería ser un gran “what if…” donde nada de lo que suceda acá afectará de ninguna forma a ningún personaje, a ningún escenario ni a ningún villano ya conocido. Se dice que “Nintendo está dando el protagonismo que merece Peach por primera vez”, pero no se siente así para nada al jugar este título.
Como ya es costumbre en Nintendo, audiovisualmente es una experiencia muy gratificante. La banda de sonora es digna de escuchar con auriculares y las animaciones están muy pulidas, haciendo que cada cinemática sea un breve fragmento de película. En los momentos jugables, sí es cierto que se ven los objetos con cierto borroneo que ya nos tiene acostumbrados la Nintendo Switch demostrando una vez más que ya es hora de abrir paso a la siguiente consola.
Sí debo decir que, funcionando muy bien para este rango etario más infantil, es una gran propuesta para perderse varias horas porque hay una rejugabilidad muy extensa. El juego de base dura aproximadamente 6 horas, pero a eso hay que sumarle que si queremos conseguir todos los coleccionables seguramente nos lleve unas 10. También hay un extenso apartado de luego de finalizar la aventura que termina de completar la duración de la obra.
Princess Peach: Showtime! no es un mal juego. Es divertido, tiene mucho contenido y hay una idea genuina por hacer una experiencia renovada para el personaje. Ahora; Nintendo debería acostumbrarse a que no todo tiene que ser “el episodio de verano” de cada personaje y la mejor forma de darle protagonismo es dándole apuestas más ambiciosas y completas.
Es una experiencia que cumple con lo justo, se juega en automático y no termina de hacer un trabajo fino para hacer de sí mismo un videojuego memorable. No es un mal comienzo ni mucho menos para una nueva subfranquicia, pero sería ideal que Nintendo decidiera apostar fuertemente por el personaje independientemente de las ventas que tenga este juego y que ya tengamos en desarrollo una continuación. El tiempo nos dirá qué tan comprometida está la gran N con esta causa.