Hace algún tiempo atrás, hicimos una nota que hablaba sobre emuladores. Los emuladores son, para decirlo corto y al pie, unos programas diseñados para emular otros sistemas. Si somos usuarios de PC, con emuladores podremos emular -valga la redundancia- a una Sega Mega Drive, a una Nintendo 64, incluso a una PSP (PlayStation Portable) o el sistema operativo Android. En cuanto a las consolas, más allá de tener estos programas emuladores, también tenemos que conseguir las ROMS, que serían el equivalente a los cartuchos o a los discos de las consolas originales, pero en formato digital. Teniendo las ROMS en nuestro disco duro, las podemos abrir con sus respectivos emuladores, y así jugar clásicos títulos como Circus Charlie, Wonder Boy, Sonic, los primeros Final Fantasy, Tony Hawk’s Pro Skater 2 o Legacy of Kain: Soul Reaver, entre miles y miles de otros juegos.
Como bien dice la nota a la que hago mención al comienzo, a la emulación muchos la toman como un acto de preservación de los títulos originales, alentando el hecho de poder jugarlos tal cual llegaron al mundo, y no mediante ports, remasters o remakes. Ahora bien, el debate tiene dos vertientes en este punto: una cosa es hablar de consolas que ya no se fabrican, de juegos que fueron lanzados hace más de 15, 20 o 30 años. Pero otra cosa es hablar de juegos que son parte de nuestra actualidad. De las consolas que hoy en día siguen en vigencia y se pueden “piratear”, la Nintendo Switch es sin dudas, la más afectada.
Esto de la emulación y la piratería no es algo que necesariamente tengamos que llevar hacia una PC. Es algo que también se puede hacer dentro de las consolas, modificando mediante hardware o software las limitaciones originales de los sistemas y así permitir que las estas puedan leer, por ejemplo, juegos que son copias o réplicas de los originales. Dreamcast, PlayStation, PlayStation 2, PSP, Xbox 360, Nintendo DS, Nintendo 3DS, Nintendo Wii (considerada la consola más pirateada de la historia), fueron algunas de las víctimas de este accionar. A pesar de haber sufrido tan de cerca la piratería con la Nintendo Wii, Nintendo no pudo evitar cometer algunos pequeños errores con su Nintendo Switch, permitiendo así que se hayan encontrados algunos puntos débiles para “piratearla”.
La noticia nace a partir de una demanda que Nintendo tiene contra Tropic Haze, un grupo de personas que han creado Yuzu, un emulador de Nintendo Switch. En los documentos que los abogados han aportado a la causa, Nintendo explica que The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom fue descargado de forma ilegal más de 1 millón de veces, antes de su lanzamiento original. Tropic Haze tiene, además, una página en Patreon donde cobran una mensualidad (tal como funciona el sitio) y comparten todo tipo de contenido de potencial ilegalidad, siempre referido a la consola portátil de la gran N roja. Esto consta de accesos anticipados a juegos, diferentes utilidades o herramientas no permitidas por Nintendo, tutoriales o documentación para eludir medidas de protección, formas de desencriptar material encriptado y un largo etcétera.
En el mismo documento, Nintendo dice que este grupo de personas recauda unos 30 mil dólares mensuales por las subscripciones que abonan los usuarios para obtener este tipo de contenido. Por eso mismo, pide que sean llevados a juicio y paguen una multa de 150 mil dólares por los daños ocasionados.