Xbox y un cambio en la industria de los videojuegos: ¿es tan grave perder exclusividades?

En los últimos días, Xbox estuvo en el centro de atención debido a los cambios que implementará en el plan de negocios de la compañía. A través de un podcast oficial, Phil Spencer, CEO de Xbox, anunció, entre muchas cosas, que cuatro videojuegos propios llegarán a las demás consolas. Es decir, Nintendo Switch y PlayStation 5.

Los días anteriores al anuncio oficial estuvieron plagados de rumores y de fanáticos de la compañía afirmando que se venía el fin de ella. Se respiraba una sensación derrotista ya que los principales rumores hacían referencia a que todos los exclusivos de Xbox se volverían eventualmente multiplataformas, lo que generó la pregunta de si seguiría compitiendo en “la guerra de consolas” o la compañía pasaría a ser una publicadora solamente.

Al final, nada más lejos de la realidad. Comparado a la ola de rumores, los anuncios fueron más simples y hasta lógicos. La industria de los videojuegos, en general, se encuentra en un punto de inflexión y no es ninguna novedad que las empresas busquen nuevas formas de manejar la estructura de negocio. En el último año hablamos tanto de despidos y reestructuraciones en estudios, como de lanzamientos de videojuegos, algo que parece que no va a cambiar pronto.

Más allá de que los anuncios de Phil Spencer dejaron más tranquilos a los fanáticos, no puedo dejar de preguntarme: ¿hubiera sido tan grave que más juegos exclusivos de Xbox llegasen a otras plataformas? ¿Siguen siendo tan relevantes las exclusividades? Si bien no son preguntas simples y tienen distintas facetas, me animo a decir que no, y que, incluso, quizás sea el siguiente paso de la industria.

A lo largo de la historia de la industria de los videojuegos, los exclusivos funcionaron como una herramienta trascendental a la hora de constituir una marca y fidelizar una comunidad. Nunca se trató solo del lanzamiento de una consola sino también de lo que dicha plataforma ofrece. Todos recordarán la época denominada “guerra de consolas” entre SEGA y Nintendo, entre Sonic y Mario.

Sin embargo, la industria ya cambió, ya evolucionó, como así también lo tienen que hacer distintas concepciones. Los videojuegos cada vez cuestan más dinero y las grandes producciones necesitan mucho tiempo de desarrollo. Por este motivo, limitar su audiencia a un público específico no parece una decisión inteligente, más aún, si tenemos en cuenta que ya hay una adopción por parte del público hacia alguna marca.

Tampoco voy a pecar de necio. Obviamente los juegos exclusivos importan y los fanáticos de The Last of Us, God of War, Halo, Gear of War, Mario o Zelda seguramente tengan algo para decir e irán hacia donde sus títulos favoritos estén. De todas formas, cuando ves la cantidad de ventas con respecto a las consolas vendidas hay una disparidad que genera el interrogante de si realmente vale la pena, ya que las ventas podrían ser aún mayores si se agranda el mercado.

Sobre este punto en particular, hay que excluir a Nintendo, ya que su propia filosofía se basa en las exclusividades y es, a mi parecer, la única plataforma donde las exclusividades realmente trascienden. Los títulos más jugados en Xbox y PlayStation son juegos como servicios o franquicias grandes, como Fortnite, Minecraft, Call of Duty o FIFA, entre otros. En cambio, nadie compra la Nintendo Switch para jugar estos juegos sino para disfrutar de Pokémon, Zelda, Mario, Kirby o alguna de sus populares franquicias.

Las exclusividades en PlayStation y Xbox son hoy más un tema de discusión entre comunidades en redes que una lógica real de negocio. El público que ya está arraigado en PlayStation es muy difícil que se vaya de ahí, como tampoco lo harán los de Microsoft. Esto queda demostrado viendo las ventas de PlayStation 5 y Xbox Series.

Desde mi perspectiva, la consola de Sony viene carente de grandes lanzamientos desde hace varios años y, así y todo, supera en gran medida las ventas con respecto a la plataforma de Microsoft. Esto no es algo exclusivo de consolas, sino que en la industria de los videojuegos se suele generar una cultura de fidelización y adopción por parte de los usuarios. Es muy extraño que jugadores de un título en particular, o de una saga, pasen a otra que compita contra ella aunque esta tome malas decisiones.

La caída de las exclusividades parece ser el destino actual de la industria no sólo por la última decisión de Xbox sino porque PlayStation también tiene actualmente una política más agresiva en cuanto a lanzamientos en otras plataformas, puntualmente con la llegada de sus principales franquicias a PC. Incluso, la compañía anunció que no habrá lanzamientos de sus franquicias más trascendentales en el próximo año fiscal.

Esto no significa que de un día a otro comenzarán a salir juegos que eran exclusivos en todas las consolas el mismo día, sino más bien que títulos que ya cumplieron su ciclo tengan la posibilidad de relanzarse para otro público. En el podcast, Phil Spencer menciona continuamente que la decisión de los cuatro juegos detallados forma parte de un plan para hacer más sustentable el negocio de Xbox a largo plazo.

Buscar nuevas formas de monetizar al público que ya tenés o lanzar un videojuego a nuevos jugadores, fue uno de los disparadores que menciona Spencer para la toma de esta última decisión. Es importante señalar que una cosa es cambiar la política de exclusividades y otra sería retirarse del mercado de las consolas o convertirse únicamente en un publicador. Esto, considero, que sí sería más grave para la industria, ya que incrementaría la posibilidad de monopolio. De todas formas, no es lo que sucedió.

A diferencia del cine, los videojuegos cuentan con menos posibilidades de recaudación. Una película puede revertir un mal estreno en taquilla gracias a acuerdos comerciales con plataformas de streaming o su lanzamiento posterior en televisión por cable. En cuanto a los videojuegos, más que nada las grandes producciones, dependen mucho del lanzamiento. Es muy difícil para un título remontar una mala salida.

Por este motivo, considero que un relanzamiento posterior, ya sea 6 meses, un año o, incluso más, de videojuegos exclusivos a otras plataformas, puede funcionar como un segundo ciclo y una segunda “oportunidad de vida” para reforzar sus ganancias o dar vuelta una situación negativa. Lo que significa una posible victoria para la empresa y también para los jugadores que, quizás, puedan conocer una franquicia o un título que no tenían en consideración.

A priori, cuatro videojuegos de Xbox, aún sin confirmación oficial de cuáles son, llegarán a otras plataformas. Tal como comentó Phil Spencer, según el éxito que tengan se evaluará la llegada de más títulos. Sea como sea el caso, todo hace indicar que el futuro de las exclusividades está difuso, y que cada vez se siente más como parte de un folklore y de una rivalidad entre comunidades, antes que una realidad de negocio.