REVIEW | Ready or Not - El fracaso no es una opción

El equipo de Armas y Tácticas Especiales, mejor conocido como SWAT (por sus siglas en inglés), es sinónimo de azote, ya sea para criminales, terroristas o desafortunados streamers. Paralelamente, dicho escuadrón también está relacionado con la profesionalidad, trabajo en equipo y precisión a la hora de controlar situaciones por demás caóticas. Con Ready or Not, Void Interactive nos invita a vivir la experiencia de convertirnos en un agente de la ley y el orden. Pero lo hace a través de una jugabilidad que apunta al realismo, donde el planteamiento táctico y cerebral se vuelve indispensable para mantenernos con vida.

Ready or Not pretende recoger el testigo de las sagas Swat o Rainbow Six, algo que consigue con éxito. Es un título que está muy lejos de propuestas como Call of Duty o Payday. De hecho, resulta prácticamente imposible jugar a lo loco, puesto que sólo bastarán un par de balazos para mandarnos a criar malvas. Por el contrario, aquí tendremos que tomar en cuenta numerosos factores, como el entorno, que tipo de armas o accesorios conviene llevar a cada misión, y sobre todo, entender que el trabajo en equipo es fundamental.

El trabajo de Void Interactive va a lo que va. No se pierde en charlas interminables y prescinde de cualquier tipo de componente narrativo que pueda servir como hilo conductor a lo largo de las 18 misiones que ofrece. Desde el inicio se establece que es un shooter realista en primera persona, y que asumimos el papel del comandante del equipo SWAT del Departamento de Policía de Los Sueños, una ciudad donde el crimen está fuera de control. En este marco, tendremos que dedicarnos a completar todo tipo de operaciones, con el objetivo de reducir a maleantes de poca monta, pasando por narcotraficantes e incluso terroristas.

Equiparse correctamente para la ocasión es vital. Disponemos de una buena variedad de armas como escopetas, fusiles de asalto, subfusiles y pistolas, además de granadas aturdidoras y diversos artilugios, como ganzúas, arietes o topes para bloquear puertas. Una vez elijamos el arma a empuñar, podemos modificarla a gusto con miras holográficas, linternas y silenciadores, entre otras piezas. Finalmente, tendremos que elegir el tipo de chaleco antibalas. Aquí no sólo se puede optar entre la cantidad de protección, sino también el tipo. Eso sí, cuanto más pesada la ‘armadura’, menos movilidad y viceversa. Un apartado muy completo, sumamente cuidado y lleno de opciones que nos permitirán crear al SWAT definitivo dependiendo el tipo de misión.

En lo que a jugabilidad respecta, Ready or Not requiere y demanda mucha paciencia. No es un título para todo el mundo, ni tampoco uno que conseguiremos dominar de buenas a primeras. Es un videojuego que exige aprender a jugar, a entender que la cautela y la precaución son las claves para tener éxito. Abrir una puerta sin el debido cuidado o entrar a cualquier lugar al grito de “¡Alto ahí, policía!”, se traducen como potenciales causas de muerte. El caso es que los malhechores estarán aguardando por nosotros y en cuanto se percatan de nuestra presencia, comenzarán a actuar en consecuencia. Por ejemplo, intentarán atacar por un flanco, por la retaguardia o simplemente aguardarán pacientemente a que intentemos esposar a alguno de sus aliados para llenarnos de plomo.

Estos detalles provocan que las incursiones se vuelvan increíblemente tensas, al punto de que es muy fácil asustarse y disparar por error a un pobre civil. Las misiones ofrecen múltiples objetivos que se dividen entre principales y secundarios. Pero es importante hacer las cosas según las reglas a fin de obtener la puntuación más alta en cada misión. Es decir, antes de convertir en un colador a todo lo que se mueve, podemos ‘invitar’ a los sospechosos a deponer las armas y darles una oportunidad de rendirse. Si lo logramos, tendremos que esposarlos y guardar sus armas como evidencia. Ahora, un consejo: nunca quiten la mirada a un maleante puesto que si podrían intentar apuñalarnos y huir.

Intentar jugar Ready or Not como un shooter estándar sólo nos recompensará con una muerte rápida y sin honores. Incluso llevando la mejor armadura, un par de balas son más que suficientes para enviarnos al más allá. Es por ello que, antes de entrar en una habitación, podemos hacer uso de una ‘pistola espejo’ que nos permite ver que nos aguarda al otro lado de la puerta. Sabiendo a qué nos enfrentamos, podemos dar órdenes precisas a nuestros compañeros e indicarles que hagan uso de objetos como granadas aturdidoras o cegadoras para obtener unos segundos de ventaja.

A medida que las misiones avanzan, comienzan a presentarse más complicaciones, como trampas explosivas en las puertas, que se activarán al intentar abrirlas. Todos estos condimentos nos vuelven más observadores y hacen que, aquellas mecánicas que al principio parecían no tener sentido, se vuelvan nuestros mejores aliados. Un claro ejemplo de ello es abrir ligeramente cada puerta, comprobar cuidadosamente si hay un cable pequeño y cortarlo con un cortaalambres.

Estaremos obligados a ser minuciosos y si bien esto puede verse como un atentado en contra de la acción, lo cierto es que resulta ser un punto a favor. Al fin y al cabo, hemos de tener en cuenta que el título busca ofrecer una simulación tensa. De retratar la peligrosa realidad a la que se enfrentan los equipos de operaciones especiales, donde la muerte está a sólo un paso en falso de distancia. Es importante trabajar en conjunto con el equipo en pos de incrementar las posibilidades de victoria y es por ello que existe un sistema que nos permite dar órdenes, fundamental para planear acciones coordinadas. Y una vez que logramos entenderlo y dominarlo, todo se volverá un poco más simple y divertido.

Ready or Not también implementa algunos elementos de progresión donde los compañeros de equipo obtendrán habilidades únicas conforme vayamos superando misiones. Estas les permitirán llevar a cabo acciones de forma automática para detener más fácilmente a los sospechosos o auxiliar a los oficiales heridos de bala. En este sentido resulta curioso que, pese a buscar una simulación realista, aún cuando un oficial cae durante una misión, no morirá. Sin embargo, esto le producirá estrés, por lo que tendremos que enviarlos a terapia y darles un tiempo de reposo para recuperarse. Caso contrario, renunciarán a su trabajo y abandonarán el escuadrón.

El problema es que, el tiempo de recuperación transcurre sólo cuando completamos una misión con éxito, por lo que estaremos obligados a repetir aquellas misiones más fáciles y rápidas. Es bastante tedioso, especialmente cuando repetimos la misión por tercera o cuarta vez. Los objetivos siempre son los mismos y los enemigos siempre se encuentran en las mismas posiciones. Al final del día, se antoja como una forma algo torpe de gestionar un sistema que parece estar metido con calzador. La verdad es que el juego podría haber prescindido completamente de ello.

Ahora, donde Ready or Not realmente brilla es con su apartado multijugador para hasta 5 jugadores. Definitivamente el título se disfruta mucho más en compañía de otros usuarios o amigos, puesto que comunicarse resulta más fácil e intuitivo. Además, es mucho menos frustrante y más divertido verlos cometer un error, obteniendo como resultado una anécdota graciosa que posiblemente dé lugar a sobrenombres absurdos cómo ‘Loco Bomba’ o ‘El cumpleañero’. No obstante, si el equipo se pone serio, las partidas se vuelven sencillamente espectaculares, al punto que llegaremos a sentirnos como verdaderos SWAT.

En lo que respecta al apartado técnico, el título no presume de gráficos deslumbrantes. Los modelos de los civiles y delincuentes son bastante básicos, al punto que muchas veces cuesta distinguirlos. También presenta algunas inconsistencias en el rendimiento, lo cual es curioso debido a que visualmente no está por encima de ningún shooter moderno. Mención aparte merece el sistema de iluminación que es realmente excelente y contribuye a crear una atmósfera urbana fantástica. Por el lado del sonido, el trabajo realizado en la recreación acústica de las armas y explosivos es maravilloso. Pero por otra parte, no es fácil identificar correctamente de dónde provienen los ruidos y voces de los maleantes a través de puertas y paredes, algo que en un shooter táctico es invaluable.

Ready or Not no es el simulador perfecto ni es un juego para todo el mundo, pero paralelamente es un excelente shooter táctico que nos transporta a contextos consistentes y creíbles, ofreciendo en el camino un amplio abanico de opciones a la hora de abordarlos. Gracias a dichos elementos, el desarrollo de Void Interactive logra mantenernos en tensión constante, con secuencias de acción planificadas que dan lugar a situaciones únicas, ya sea en solitario o en compañía de otros jugadores. Y si bien presenta un rendimiento irregular y una mecánica de estrés metida con calzador, su posición como heredero espiritual de la saga Swat o Rainbow Six, es indiscutible.

8

Proteger y servirCon la llegada de su versión 1.0, Ready or Not reafirma su posición como heredero de las sagas Swat y Rainbow Six, ofreciendo una experiencia inmersiva llena de situaciones verosímiles que apelan a un planteo táctico y cerebral.

Revisado en PC

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PC