Seúl quedó destruida tras un sismo de gran escala. Los sobrevivientes habitan en el distrito de Bus, con problemas por la escasez de agua potable y comida, el ataque de bandas criminales y la amenaza de animales gigantes como cocodrilos. Nam San (Don Lee) es un cazador que atrapa a estas bestias y con ellas alimenta al pueblo, a cambio de trueque de mercancías. Han Su-na (Roh Jeong-eui), una adolescente a quien protege desde hace años, queda atrapada en un complejo de apartamentos que se prometía como refugio. Esto llevará a ponerlo en acción.
El futuro llegó y es horrible
Las narrativas sobre el fin del mundo son diversas y las encontramos en todas las culturas. Parece haber sido similar en Corea, donde en los últimos años el género de zombies y de desastres naturales parece haber florecido fuertemente. Estación zombie (Busanhaeng, 2016) y Sobrevivientes: Después del terremoto (Concrete Utopia, 2023) son dos ejemplos que tienen mucho que ver con el nuevo estreno de Netflix.
Cazadores en tierra inhóspita (Badland Hunters) retoma los conceptos de Kim Soong-nyung en su webtoon. Esto quiere decir que lo que había sido mostrado en Concrete Utopia continúa aquí, estamos hablando de un universo compartido que nació en digital y ahora tiene dos largometrajes. Un mundo postapocalíptico en el que la humanidad ante el temor, se comporta de la peor manera.
Don Lee, el actor de Estación Zombie (y que también estuvo en Eternals -2021- de Marvel y en la saga de The Roundup) es el protagonista de esta historia distópica, en la que volvemos a ver el edificio de apartamentos que conocimos más en profundidad en Sobrevivientes: Después del terremoto. Un espacio en el que parece que nunca pasan cosas buenas.
Acción y ciencia ficción desde oriente
El largometraje es dirigido por Heo Myeong-haeng, conocido por su trabajo como coreógrafo de artes marciales, ahora en su debut como director. Trabajó en cosas como Outlaws (2017) -donde conectó con Don Lee- y The Good, the bad, the weird (Joheunnom nabbeunnom isanghannom, 2008) -donde compartió con Lee Byung-hun, el actor de Concrete Utopia, haciendo que todo sea un hermoso círculo completo.
Aquí el inicio (al igual que en su anterior eslabón cinematográfico) es duro y al hueso. Nos muestran este futuro distópico, la situación en la que se encuentran es la que es y se vive así. En ese momento y lugar encontramos a Nam San (Don Lee) que caza a un cocodrilo gigante junto a su ayudante Choi Ji-wan (Lee Jun-young). En el pueblo, hacen fila para conseguir un pedazo del anfibio cuando un grupo de hombres llega buscando problemas. Nam los pone en su lugar y todo vuelve a la “normalidad”. Pero ese era un equipo de avanzada, ya que el plan es más oscuro y perverso.
Han Su-na tiene una relación paternal con Nam San y cuando le ofrecen ir con su abuela a vivir al único edificio de apartamentos no le queda más que aceptar. Pero a medida que están llegando al lugar todo comienza a enrarecerse. ¿Acaso es una mentira y en ese edificio están ocurriendo otras cosas?
Solo queda sobrevivir
La escasez de agua potable y de comida convirtieron al mundo en una suerte de Mad Max oriental. Aunque se descartó la idea de alimentarse con humanos, ese miedo primitivo sigue allí. En este nuevo mundo, el científico Yang Gi-su (Lee Hee-jun) parece estar desarrollando una vacuna que llevará a la humanidad a su “salvación”, pero el hermetismo y la mentira alrededor de sus métodos no auguran cosas buenas.
Mientras Su-na comienza a sentir la presión a que tome el agua potable que le ofrece Gi-sum, la desaparición de su abuela la pone nerviosa. En ese momento, tanto Nam Sam como Choi Ji-wan descubren la mentira y se unen a una exmilitar del edificio de apartamentos llamada Lee Eun-ho (An Ji-hye) para salvar a la joven.
Desde allí todo podría ser un recital de Don Lee a fuerza de puños y noqueos a un golpe, pero como en todas las narrativas orientales todo se pondrá más extraño.
El científico loco
En las películas sobre el fin del mundo lo más interesante no es lo que sucede alrededor, sino cómo reaccionan los sobrevivientes. Al inicio de Cazadores en tierra inhóspita descubrimos que el doctor Yang Gi-su estaba realizando experimentos en su propia hija, experimentos que se detuvieron al caerle un edificio encima cuando arrancó el sismo.
La verdad de sus investigaciones va emergiendo a medida que pasan los minutos de metraje, llevando a esta película de un subgénero de supervivencia a la más pura ciencia ficción, con hermosas referencias a clásicos como V, Invasión Extraterrestre (V, 1983-1985). Así, la nueva película de Netflix se reconvierte a mitad de su relato permitiéndonos sorprendernos cuando creíamos que todo estaba dado.
Sin embargo, forzar ese cambio genérico va en detrimento de la manera de contar, haciendo que todo quede confuso y a medio desarrollar. Los lugares comunes se adornan con escenas de acción deslucidas (conociendo al director y a los actores), que terminan quitándole valor a una propuesta que igualmente puede dar algunos minutos de entretenimiento divertido y no-brainer.
Cazadores en tierra inhóspita es una propuesta diferente de Netflix, que debe comenzar a levantar la vara en la calidad de sus producciones, teniendo en cuenta la subida de precios y su estrategia de no permitir compartir cuentas. Apostar por una franquicia coreana es un buen punto de inicio para seguir sorprendiéndonos, aunque no sea del todo satisfactoria la experiencia. Lo mismo para su protagonista Don Lee, un actor que sabe no solo como luchar sino cómo hacer que los reflectores nunca quiten la luz de su figura, es un mar de carisma. Para los recién iniciados en el audiovisual coreano, puede ser mucho más gratificante.