La primera temporada de What If, emitida como parte del batallón de series de Marvel que invadieron la pantalla de Disney+ en 2021, llegó con una promesa que se cumplió a medias: la de ser una serie antológica. Es decir, compuesta por episodios independientes entre sí que contaban diferentes historias ubicadas en universos alternativos.
Presentadas por un único personaje en común, El Vigilante (Jeffrey Wright), que era testigo y narrador de todos estos relatos, al mejor estilo de La dimensión desconocida (1959-1964) o Cuentos asombrosos (1985-1987).
Pero Marvel no pudo con su genio y terminó conectando todas las líneas narrativas en un episodio doble final, que reunió a los principales héroes y heroínas de cada episodio para formar un espectacular grupo de Avengers alternativos y enfrentarse al gran villano de turno.
Con estos antecedentes, la idea de que la segunda temporada respetara el formato antológico ya parecía improbable. De hecho, se podría haber retomado la propuesta haciendo esta temporada completamente independiente de la anterior, pero de vuelta los impulsos de Marvel por conectar todo volvieron a ganar.
Los primeros episodios de esta segunda temporada funcionan bien por su cuenta, como historias autoconclusivas que -sin embargo- evocan algún tipo de guiño o referencia a lo largo de los demás episodios. Pero hay algunos que se sostienen solos y son, no casualmente, los mejores de la selección.
Como no puede ser todo autohomenaje, y el Universo Cinematográfico de Marvel se jacta de beber de la tradición hollywoodense, hubo referencias de las más variadas a clásicos del cine. Sin ir más lejos, el primer episodio -protagonizado por la gran Nebula (Karen Gillan)- es una mezcla de Chinatown (1974) y Blade Runner (1982). Y lo sorprendente es que el tono de policial noir -que podría tornarse cómico- funciona perfecto con este personaje dentro de un planeta cerrado al mundo exterior.
El segundo episodio, con un joven Peter Quill al frente y un equipo de Avengers inesperado, homenajea la adaptación de Ojos de fuego (1984) de Stephen King y varias películas coming-of-age de esa década. Mientras que el tercero, lanzado oportunamente para Nochebuena, es un homenaje transparente a Duro de Matar (1988) con Happy Hogan de protagonista y la misma estructura que el clásico de acción navideño. Incluso se da el lujo de hacer guiños a Turboman (1996) y otras estrellas de acción de la época.
Este esquema dura hasta la mitad de la temporada, donde Tony Stark se enfrenta al Gran Maestro en un duelo épico de vehículos que recrea el estilo impuesto por Rebelde sin Causa (1955) y cuya tradición sigue hasta el día de hoy en éxitos comerciales como la saga de Rápidos y Furiosos. Es en este episodio que aparece uno de los personajes de la temporada anterior y todo se empieza a entrelazar.
El quinto episodio ya abraza por completo el concepto de multiversos conectados con el regreso de Peggy como la Capitana Carter y la continuación de un misterio -no tan misterioso- sin resolver de la temporada pasada. Al final, la clara protagonista de esta propuesta es arrastrada hacia otro universo alternativo, donde las cosas se complicarán todavía más.
Hay una pausa de dos episodios antes de retomar el hilo conductor de esta temporada, pero no sin plantar algunas semillas más para la aparición de personajes que ayuden a nuestra heroína principal. En el sexto, se presenta al mundo la historia de Kahhori, la primera superheroína original del Universo Cinematográfico de Marvel (sin contraparte en los cómics) de ascendencia mohawk, que causó gran revuelo en las redes con su inesperada aparición.
Al obtener sus poderes de una gema del infinito, se intuye que las habilidades de esta heroína llegan al nivel de poder ostentado por Capitana Marvel, quien -llamativamente- no aparece por ningún lado en esta segunda temporada. Su despliegue de habilidades será clave en el gran enfrentamiento del final de temporada, lado a lado con la Capitana Carter.
Por su parte, el séptimo episodio presenta una de las historias autoconclusivas que mejor funcionan en la serie. En esta historia, se plantea qué pasaría si Hela hubiera sido desterrada de Asgard por su padre Odin y se encontrará en la tierra con WenWu y el poder de los Diez Anillos. Es un relato de gran efectividad emocional, con personajes entrañables y la voz de la mismísima Cate Blanchett, divirtiéndose a más no poder en su papel de la diosa nórdica de la muerte.
Este es otro de los grandes diferenciales de What If, que vuelve a reclutar a una cantidad impresionante de actores de Hollywood para volver a ponerles la voz a sus personajes. Lo que nos lleva a los últimos dos episodios, donde aparecen nada menos que estrellas de la talla de Samuel L. Jackson, Benedict Cumberbatch, Hayley Atwell, Chris Hemsworth, Sebastian Stan, Elizabeth Olsen, Mark Ruffalo y Tom Hiddleston.
El primer episodio de este final doble homenajea la famosa serie de cómics de Marvel escrita por Neil Gaiman, aunque los paralelismos no van más allá del título, la ambientación y algunos personajes. La historia, sin embargo, vuelve a girar en torno a Peggy y su nueva misión como salvadora de universos. El vigilante vuelve a hacer algunas significativas apariciones y, muy a su pesar, finalmente se involucra en los hechos.
Así es como llegamos al último episodio de la temporada, un enfrentamiento de proporciones épicas entre Capitana Carter y el “big boss” de esta serie: Strange Supreme. Este episodio es una fiesta de referencias y guiños para todo fan de Marvel, que incluso podría pausar la reproducción y encontrar decenas de personajes en cada frame.
Al final, la serie cae en la misma trampa que prácticamente todas las producciones de Marvel: un villano demasiado poderoso sin motivaciones convincentes, que obliga a la heroína a desplegar todo su poder. Solo que, en este caso, la protagonista es todavía más fuerte de lo que nos atrevimos a imaginar, tiene muchísima ayuda y -a diferencia de su antagonista- las convicciones muy claras.