Todo llevó a este momento. Desde el inicio cuando Keiko Miura cayó en ese agujero donde se ausentó para siempre y tanto Leeland Shaw como Bill Randa perdieron su rumbo. Todo deparaba en este momento. Cate Randa, May “Corah” Olowe-Hewitt y Shaw están perdidos en la Tierra Hueca a sabiendas que el tiempo se maneja diferente y cada segundo son días que pasan. Mientras en la superficie, Kentaro y Hiroshi Randa se unen a un rebelde Tim -que abandonó Monarch-, en aras de salvar a su familia.
De encuentros y desencuentros
Para la Doctora Miura (Mari Yamamoto) solo pasaron apenas dos meses, mientras que por la fuerza electromagnética de ese mundo subterráneo y cuestiones cuánticas el resto de la población vivió más de 55 años. En la Tierra Hueca un día es casi un año y la llegada de un anciano Lee Shaw (Kurt Russell) es la dolorosa confirmación de este hecho.
Yamamoto demostró durante toda la serie su capacidad interpretativa, logrando imponerse en tiempos machistas contra fuerzas castrenses. También la vimos sensible, enamorada o enojada. La actuación entre la sorpresa, la incredulidad y la presión a comprender lo que sucede del personaje de Keiko es gigantesca. No sucede lo mismo con el Leeland de Kurt, que al momento de quebrarse y llorar nos demuestra por qué no lo hizo antes.
En la Tierra, las cosas no van bien para Kentaro Randa (Ren Watabe), que encuentra a su padre -luego de perderse un tiempo en la bebida- y tiene la posibilidad de reclamarle todos sus errores; lo mismo que su esposa Emiko (Qyoko Kudo) que tiene un solo momento frente a quien la engañó y lo aprovecha con creces. Mientras que Tim (Joe Tippett) decide renunciar a Monarch al no recibir ayuda para rescatar a quienes cayeron en el agujero al final del capítulo anterior.
Con todos los jugadores en sus posiciones, es momento del partido final.
El mundo perdido
Estamos frente a un problema narrativo de base: los conceptos de la Tierra Hueca los conocemos por Godzilla vs Kong (2021), pero Monarch: el legado de los monstruos busca posicionarse también como un producto para quienes no conocen la franquicia del Monsterverse, mientras que, a la vez, hay que evitar ser demasiado repetitivo para no aburrir a la base de fans.
La información se da a sorbos, permitiendo inferir lo necesario para la trama sin aburrirse demasiado entrando en detalles. Mientras tanto, comienzan a jugar los elementos que fuimos conociendo en la serie: el llamador de Titanes, la nave de la primera (y desastrosa) misión y las alianzas que se tejieron en la segunda mitad de la serie. Se responden algunas preguntas nuevas al respecto de “las características similares a la Tierra” de la Tierra Hueca y somos testigos de un enfrentamiento entre Titanes.
Básicamente, hace sentido la noción genérica de esta serie al dejarnos atestiguar otro intercambio de golpes entre un MUTO (acrónimo de Organismo Terrestre Masivo No Identificado en sus siglas en inglés) volador y el rey de los monstruos: Godzilla. Lo efectivo de la situación es que la batalla se da en un marco de indicios que se fueron construyendo y que terminan ayudando en la trama, no es algo solo “por ver al monstruo”.
Resumiendo
Monarch: el legado de los monstruos finaliza su temporada de diez episodios en una apuesta de Apple TV+ por sumar a la franquicia del Monsterverse con un presupuesto alto (en algunos episodios) y una historia que atraviesa desde el año 1952 al año 2017. Los flashbacks de ida y vuelta, al principio algo confusos y arbitrarios, terminan mostrando la evolución de esta organización por demás polémica.
La ignorancia de los no científicos, el deseo armamentístico de los militares, la burocracia y la política, la xenofobia, el manejo de la información, el crecimiento tecnológico: habiendo visto la foto completa -terminando el episodio final- podemos armar el esquema de cómo se llegó al feroz ataque de San Francisco y cómo se podría haber evitado si se hubiera escuchado más a “la gente de la ciencia” (cualquier parecido con los tiempos de Covid son pura coincidencia).
Vimos el nacimiento de Apex Cybernetics y su involucramiento hacia el final de la serie, permitiéndonos regresar -aunque sea por un muy breve lapso- a la Isla Calavera (Skull Island) para ver a un simio gigante enojado. Y adquirir respuestas y atisbos de información que nos permitan unir motivaciones y razones que justifican cierto accionar, tanto de los personajes, las compañías o los gobiernos.
Monarch: el legado de los monstruos es un producto irregular (como la mayoría de las series) que explota al máximo cuando figuras como Chris Black, Andy Goddard, Matt Fraction o Matt Shakman se ponen al frente ya sea en el guion o la dirección. Con actuaciones correctas y ciertos personajes que podrían funcionar en las películas, todo hace pensar que se mantendrán en espacios diferenciados con la pantalla grande.
Una serie para los amantes de Godzilla y los kaijus que no termina de ser tan amable para quienes no son fanáticos de la franquicia.