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El tríptico formado por Cate Randa, Kentaro Randa y May “Corah” Olowe-Hewitt ya estableció sus orígenes, motivos y secretos. Sin nada más interesante por contar (salvo el paradero del padre Randa), la atención se desvía hacia Leeland Shaw y Michelle Duvall, que tomaron una base de Monarch y robaron una gran cantidad de explosivos. Mientras que la asociación que investiga a los Titanes no sabe por dónde continuar la investigación, los tres jóvenes inexpertos caen en la cuenta que Shaw está en el lugar donde todo comenzó: la planta nuclear donde falleció Miura.
Apurando, que se cierra el portal
Monarch: el legado de los monstruos comenzó su andadura catódica con dos potentes episodios que retomaban lo mejor del cine catástrofe y de kaijus (monstruos gigantes orientales). Luego, la trama se fue centrando en el trío de protagonistas que ante la falta de información y una suerte de arbitrariedad narrativa terminaron siendo simples títeres de una estructura estanca y algo repetitiva.
Pero existía un agente libre, un comodín, un personaje que parecía jugar en su propia liga a veces siguiendo los ejes de la trama (potenciándolos) y, otras veces, simplemente haciendo lo que se le venía a la gana. Y ese personaje es Lee Shaw, interpretado por Wyatt Russell en el pasado y -su padre- Kurt Russell en el presente. Sin dudas, los mejores episodios de la serie ocurrieron mientras cualquiera de sus dos iteraciones estuvieran en el foco de la atención. Y ahora, llegando al final, la diégesis pide a gritos que Leeland tome el control.
Fue interesante entender a Monarch a través del padre de los protagonistas, fue sorpresivo entender el orígen de Apex Cybernetics a través del secreto de May, pero nada de eso movió la historia en términos estructurales. Llegando hacia el final y faltando tres episodios, se comienza a cerrar el portal y hay que apurar los pasos hacia el clímax.
El concepto de la Tierra Hueca
Lo que la serie descubre en el episodio ocho es algo que todos quienes seguimos la franquicia ya conocemos porque se comenzó a nombrar en Godzilla II: el rey de los monstruos (Godzilla: King of the Monsters, 2019) y, finalmente, se descubrió por todo lo alto en Godzilla vs. Kong (2021): el concepto de la Tierra Hueca.
La Tierra Hueca ha aparecido en distintas obras literarias, desde Shakespeare (que nombra algo parecido en sus versos) a Julio Verne (con El Viaje al Centro de la Tierra, publicado en 1864, como estandarte). Lo que viene a contar esta teoría es que dentro del planeta no solo hay rocas y magma sino algo completamente nuevo: un mundo lleno de criaturas prehistóricas, ciudades más antiguas que nuestra humanidad y pozos antigravedad que le permiten viajar por el mundo de un punto a otro en pocas horas.
Aunque es una teoría fuerte en las pseudociencias, se aprovechó en el monsterverse para explicar por qué los Titanes aparecen y desaparecen sin dejar rastro. Y los túneles por donde viajan es lo que Randa y su estirpe investigaban. Mientras que en las películas ya se muestra y comienza a ser el caldo de cultivo de lo que vendrá (sociedades humanas antiquísimas que adoraban a los Titanes, armas de energía y animales gigantes de todo tipo y color), en el momento en que se desarrolla la serie -2015- solo era una teoría.
Viendo como finaliza el episodio nos da la esperanza de que los últimos dos capítulos tengan nuevos monstruos y den un poco más de visibilidad sobre este universo dentro de nuestro universo.
La importancia de cada producto cultural
Llegando al meridiano del final, con solo dos episodios para el clímax, Monarch: el legado de los monstruos se siente como una buena apuesta que se fue pinchando. Tiene claro sus límites (no hay que olvidar que es una serie con su propio alcance, en el que no podemos pretender tener una película cada semana) y respeta lo formal: las actuaciones son muy correctas, realizativamente no tiene fallas y cuando los monstruos aparecen lo hacen por todo lo alto.
Sin embargo, faltando tan poco, no se termina de entender la razón de ser de la serie. En un comienzo iba a explicar que es Monarch y su alcance (luego de hacernos creer que eso se contaría a través de los personajes de Tom Hiddleston y Brie Larson al final de Kong: La Isla Calavera (Kong: Skull Island, 2017-), luego comenzó a buscar justificar a los Titanes y su razón de ser, y ahora repite el plan de el excoronel británico Alan Jonah (el reconocido actor de Game of Thrones, Charles Dance) que ya vimos en Godzilla II: el rey de los monstruos.
Aún faltan los dos episodios finales, que pueden llegar a subir el listón de la serie y a mostrarnos realmente su razón de ser. Pero en un mundo sobreestimulado por productos culturales, con franquicias vendiendo secuelas, precuelas y spin-offs, es importante entender la razón de ser de cada uno de ellos y darle la importancia que merece en el gran esquema. El monsterverse de Legendary Pictures parecía haber aprendido de los errores del Marvel Cinematic Universe, veremos si esto es así o no.