Maldita taquilla: películas que resultaron ser un dolor de cabeza para sus estudios en 2023

Podemos estar de acuerdo en que la taquilla no define la calidad de una película. Históricamente grandes obras resultaron ser fracasos sísmicos en su estreno en salas, para luego convertirse en clásicos modernos. Aun así, el éxito comercial o no de una cinta puede definir el futuro completo de una franquicia y, durante este 2023, hubo varias propiedades que, inesperadamente, resultaron ser un verdadero dolor de cabeza para sus respectivos estudios.

Algunas de las compañías más prolíficas de Hollywood como Disney, Paramount y Warner Bros sufrieron pérdidas récord. En parte por el inevitable cambio en los gustos del público y, probablemente también, por malas decisiones y arriesgadas estrategias de lanzamiento.

Desde el regreso de Indiana Jones hasta The Marvels, repasamos los grandes blockbusters que pretendían ser un éxito y… se quedaron a mitad de camino.

Este 2023, Harrison Ford volvió a calzarse el sombrero para despedirse de su franquicia más representativa: Indiana Jones. Con James Mangold en la dirección, la quinta película de la saga finalmente cerraría el arco del icónico arqueólogo y, por qué no, sentaría las bases para un paso de mando con nuevos personajes.

Sin embargo, el último “hurra” de Ford como Jones quedó opacado por un desempeño pobre en taquilla que ubicó a la película entre los peores fracasos de Disney de este año. Al menos, en materia de recaudación.

Con un presupuesto inicial de 300 millones de dólares, Indiana Jones y el dial del destino (Indiana Jones and the Dial of Destiny), llegó al final de su carrera por los cines recaudando poco más de 380 millones de dólares en todo el mundo. Esto no significa que la película fue ignorada por el público ni mal recibida. Pero aunque los números indican una recaudación mayor a lo que costó producirla, no fue lo suficiente para cubrir sus gastos de marketing que sumaban otros 100 millones de dólares.

Como consecuencia de una mala estrategia comercial o confianza desmedida en el poder de la nostalgia, la infravalorada Indiana Jones 5 probablemente sea la última entrega y (ahora sí, para siempre) de una saga icónica.

Del último clavo en el ataúd de la saga Indiana Jones pasamos a otra película que no logró escapar de su inevitable destino: The Flash.

Luego de una larga espera e innumerables obstáculos dentro y fuera del set, en el mes de junio The Flash llegó a las salas de cine de todo el mundo para establecer un récord que nadie en Warner Bros. o DC querría tener.

Con un presupuesto de producción de 220 millones de dólares y otros 150 millones en promoción, la película protagonizada por Ezra Miller únicamente acumuló unos 268.000 dólares en todo el mundo. Una cifra muy inferior a los 400.000 dólares que necesitaban para que fuese verdaderamente rentable.

Aunque apostaba a la nostalgia con el regreso de Michael Keaton como Batman, todo fue viento en contra para la producción. Los escándalos de su protagonista, el inminente reboot del DCEU por James Gunn y los comentarios relacionados a la pobre calidad de sus efectos digitales.

Teniendo en cuenta el panorama, el estudio empleó toda clase de tácticas para intentar posicionar la película de Andy Muschietti (It, Mama). Difundieron detalles sobre buenas reacciones en las proyecciones de prueba, le hicieron llegar una copia a Tom Cruise e insinuaron que su director ya estaba en negociaciones para una continuación. Pero nada de esto tuvo resultado.

¿La gran sorpresa? Paradójicamente, The Flash duró apenas un mes en los cines debido a su mal rendimiento, pero se convirtió en un éxito en un mercado inesperado: el del vídeo a demanda. Eso sí, no esperen el regreso de Ezra en el nuevo universo de DC.

Estrenada después de Vengadores: Infinity War (Avengers: Infinity War, 2018) y durante el pico de popularidad de su estudio, Capitana Marvel (Captain Marvel) recaudó 1.100 millones de dólares en su paso por las salas a principios de 2019. Como era de esperarse, rápidamente se dio luz verde a una continuación que funcionaría como un paso más en términos de representación y expansión del UCM.

Cuatro años -y una pandemia después- la película llegó a las salas, pero lamentablemente con resultados muy distintos. A partir de un presupuesto inicial de 270 millones, además de los gastos de promoción, The Marvels resultó ser la cuarta película más cara del estudio. Sin embargo, esta confianza inicial terminó siendo una cruz cuando la secuela no logró llevar la cantidad necesaria de gente a las salas.

¿El resultado? The Marvels se ganó el título de la “menos taquillera” de la franquicia y la continuación con mayor caída de audiencia.

Decisiones creativas controvertidas, posible pérdida de interés por parte de un sector del público, sobreproducción y efectos visuales deficientes, el estudio más seguro de sí mismo entró en una etapa de incertidumbre. Y, esta vez, a The Marvels le tocó pagar los platos rotos.

Las malas rachas no se limitan a las producciones de superhéroes. De hecho, este año ni siquiera logró salvarse Tom Cruise.

En 2022, el actor y productor se convirtió en el más grande sinónimo de éxito taquillero gracias a Top Gun: Maverick. La secuela del éxito ochentero sorprendió a los nostálgicos y al público nuevo, dejando un precedente de casi 1.500 millones de dólares en su paso por las salas de cine.

Con ese antecedente (y luego de que a Cruise lo nombraran como ‘salvador del cine’), las expectativas de la séptima entrega de Misión: Imposible eran altísimas. Pero si bien la película de Christopher McQuarrie fue bien recibida, no consiguió la misma respuesta.

Los problemas se repiten: un excesivo presupuesto que, en este caso, se incrementó como consecuencia de la pandemia. A esto se le suma que su ventana de estreno coincidió con el fenómeno de Oppenheimer, película que ocupó gran parte de los IMAX y corrió a Cruise de la conversación.

Estos factores convirtieron a Misión: Imposible – Sentencia Mortal (Mission: Impossible - Dead Reckoning Part One) en otro desacierto comercial que implicó pérdidas para su estudio y que ni su estrella principal logró salvar.

Para dejarlo más en claro, tendremos una octava película con Cruise al frente. Pero ya no se titulará Sentencia mortal, parte dos porque… si los espectadores no vieron la primera, ¿lo harían con una segunda?

Cualquier persona que entienda algo de números podría decir que una película que recauda más de cuatro veces su presupuesto es un éxito, al menos en materia comercial. Sin embargo, El exorcista: Creyentes (The Exorcist: Believer) demostró todo lo contrario. A cincuenta años del lanzamiento de la película original, el director David Gordon Green se hizo cargo de lo que sería la primera entrega de una nueva trilogía.

Para realizar la película y sus continuaciones, Universal Pictures tuvo que pagar más de 400 millones de dólares por sus derechos. Esta fórmula funcionó hasta cierto punto con la franquicia de Halloween, así que todo parecía una apuesta segura. Sin embargo, el público y la crítica defenestraron con razones bastante justificadas este “reinicio suave”.

Si bien El exorcista: creyentes recaudó unos llamativos 135 millones de dólares en la taquilla global (con un presupuesto inicial de 30 millones de dólares), las continuaciones todavía tienen por delante un gran desafío para superar este número y recuperar lo invertido.