Final Fantasy XVI es una aventura inolvidable de principio a fin, y salvo por un par de tropiezos en su contenido secundario, el juego base demostró que estaba a la altura del 2023. Un año donde recibimos no solo propuestas increíbles, sino también complementos y expansiones de primer nivel.
Una expansión debe hacer eso, “expandir” el juego con más contenido y más de “eso” que tanto nos gustó de la propuesta base. Phantom Liberty es uno de los grandes exponentes de este año, y desplegó las verdaderas alas de Cyberpunk 2077 que además estuvo acompañado de su actualización 2.0.
El lanzamiento y anuncio sorpresa del paquete de expansión de Final Fantasy XVI fue un gran mimo a los fans durante The Game Awards 2023. Echoes of the Fallen estaría disponible enseguida, mientras que The Rising Tide llegará en 2024.
En un año donde CD Projekt Red demostró nuevamente lo que puede hacer con sus DLC, o Pokémon que aún con problemas técnicos nos regaló un gran plus a sus aventuras, ¿dónde ubicamos a la expansión del equipo de Naoki Yoshida?
Echoes of the Fallen es un poco más de Clive, Joshua y Jill, antes del gran desenlace de la historia de Final Fantasy XVI. En un intento de seguir conociendo a los misteriosos Caídos, una serie de eventos nos llevará a explorar un área antes inaccesible.
Una nave abandonada de los Caídos en Rosaria es donde un grupo de mercenarios está minando cristales de menor potencia que están afectando al mercado de Valisthea. Además, en la misión de Clive y su grupo de eliminar la magia del mundo por completo, los cristales del mercado negro son algo completamente desconocido que podría escapar del conocimiento que tienen sobre ellos.
Si jugaron Final Fantasy XVI, saben perfectamente que Clive no es un personaje que se queda de brazos cruzados, y junto a su hermano Joshua y su amiga de la infancia Jill, se embarcaran en una pequeña misión extra que nos regala algunas bondades de lo que una expansión debe ser.
Una de las mayores críticas de Final Fantasy XVI fue su dificultad. Personalmente la disfruté muchísimo, pero sí es verdad que hacia el final de la propuesta si uno completaba todo el contenido secundario, Clive podía ser una máquina imparable. Naoki Yoshida y su equipo se tomaron muy a pecho esta crítica, y los pisos de la nave que exploramos están llenos de enemigos más desafiantes.
La poca variedad de criaturas nuevas puede llamar a una atención negativa, ya que muchos de los mini jefes que nos encontramos al explorar la nave son nuevos colores de algunas que ya conocíamos. Ahora sí, su intensidad de combate y sus movimientos especiales cambiarán, por lo que tendremos que aprender nuevamente a luchar con cada una.
El resultado final es un sinfín de peleas que nos mantendrán en la punta de la silla en todo momento, algo muy gratificante combinado con la jugabilidad frenética de acción de Final Fantasy XVI.
Su pelea final está entre las mejores de todo el juego, y lo que todo ello suma a la narrativa sin romper lo establecido en la base se siente correcto para el módico precio que lleva esta primera expansión.
En poco más de 3 horas, Echoes of the Fallen nos da deja más de Final Fantasy XVI, algunas armas y accesorios nuevos, una dificultad más elevada y cinemáticas que al igual que en el juego base, son puro cine.
La última media hora nos recuerda por qué Final Fantasy XVI es un show de luces, música y momentos calcados de un anime shonen, todo encerrado en un ambiente medieval oscuro que en su primer DLC, explorará conceptos y jefes conocidos en el mundo de Final Fantasy que están perfectamente adaptados a Valisthea.
Veremos qué le depara a The Rising Tide, la próxima pieza de contenido descargable que a diferencia de las 3 horas de Echoes of the Fallen, duraría más de 10 y tendría, según lo visto, un nuevo mundo abierto para explorar.
Echoes of the Fallen es un DLC que por solo 10 USD, cumple con darnos una corta épica más para Clive, Joshua y Jill. Llegando hacia el pináculo de su atrapante historia base, el grupo posee pocos momentos en donde pueden discutir el estado del mundo sin resolver el problema latente de Última y su plan para reconstruir el mundo.
Esta reconstrucción será el eje central de una corta misión que rebosa de calidad gráfica, jefes difíciles y nuevos arreglos musicales, incluso para algunas legendarias piezas del pasado de la saga.
Terminarlo en el modo de dificultad Final Fantasy fue verdaderamente un desafío, y el juego se encarga al igual que en Final Fantasy XVI de regalarnos lo suficiente para sentir que esta expansión nos brinda un desafío que vale la pena encarar.
Quizá es en su falta de variedad de enemigos, o en su corta duración, donde los sorprendidos de aquella noche de diciembre en The Game Awards nos sentimos un poco más traicionados. También hay que mencionar que debemos llegar casi al final del juego para poder comenzar este adicional.
El trabajo del Creative Business Unit 3 se ve nuevamente reflejado en una experiencia corta que nos deja con ganas de ver mucho más en lo que se viene el próximo año. Echoes of the Fallen es más de Final Fantasy XVI, con sus aciertos y sus fallas. Esperemos que Naoki Yoshida y su equipo desplieguen más las posibilidades que tiene este mundo para dar en su próximo lanzamiento.
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