Vivimos en el mundo que conoció a Godzilla y a los MUTO (acrónimo de Organismo Terrestre Masivo No Identificado, en sus siglas en inglés) que arrasaron San Francisco. A partir de la desaparición de un padre, dos jóvenes que se descubren hermanastros comienzan a investigar y descubren que éste formó parte de Monarch, un organización secreta que hace muchos años conocía la existencia de los monstruos. Siendo perseguidos, buscan al oficial del ejército Lee Shaw, una persona de interés para la compañía, que se encuentra en prisión domiciliaria. La historia, que abarca tres generaciones, revela secretos y nueva información sobre este universo.
Comienza la aventura
Mientras que los primeros dos episodios de la serie marcan el tono y colocan los mojones sobre los que se va a construir y cimentar la serie, el tercer episodio ya nos coloca directo en la trama principal y sobre todo, en la aventura.
El episodio llamado “Secretos y mentiras” es dirigido por Julian Holmes y logra balancear correctamente todas las líneas temporales y los actores (a nivel estructural) que llevan adelante cada una de las acciones. Finalmente, la serie en “el presente” ensancha los límites y pone a los protagonistas a viajar por el mundo mostrando una vez más el alcance cinematográfico que tiene la serie, uno de sus puntos fuertes.
Viajes en avión, bombas nucleares y el regreso de un viejo conocido llamado Godzilla son algunos de los elementos de un episodio electrizante.
Todos quieren ser Kurt Russell
La serie, que navega mayormente entre la década del 50 y el año 2015 nos fue enseñando retazos de un personaje muy particular: Lee Shaw, un soldado que por cuestiones del destino descubre la existencia de los MUTO y termina enrolado al frente de un proto-Monarch junto a Keiko Miura y Bill Randa (el personaje que interpretó John Goodman en Kong: Skull Island). Este soldado algo apático pero de múltiples recursos está interpretado en los 50s por Wyatt Russell.
En 2015 el personaje sigue vivo, bajo la custodia de Monarch y sin que se noten los años, debería tener más de noventa pero parece de setenta, algo que se nombra en la serie y coloca un nuevo elemento a investigar de este universo: ¿habrá tenido algún encuentro con un monstruo o alguna sustancia que le permitió no envejecer tanto? ¿El mundo de La tierra hueca -aquel lugar habitado por los Titanes que vimos en Godzilla vs. Kong- tiene propiedades mágicas?
Y la versión más avejentada se encuentra interpretada por Kurt Russell, padre de Wyatt Russell y clásico absoluto de la cinematografía occidental. Con más de cinco décadas en la actuación, Russell inició su carrera en Disney, pero fue en los años 80 cuando el actor se convirtió en un referente del cine de acción y aventuras con películas como Escape de Nueva York (Escape from New York, 1981), Rescate en el barrio chino (Big Trouble in Little China, 1986) y La cosa (The Thing, 1982). Su colaboración con el director John Carpenter en estas cintas lo consagró como un héroe de culto.
A medida que avanzaba en su carrera, Russell demostró su habilidad para abordar diversos géneros, destacando en películas como Tombstone (1993), donde encarnó al legendario Wyatt Earp; Stargate (1994), donde innovó en la ciencia ficción más dura y Los 8 más odiados (The Hateful Eight, 2015), dirigida por Quentin Tarantino. Esa habilidad camaleónica lo llevó del cine de autor a franquicias como Rápidos y Furiosos.
En Monarch, y su inclusión en el tercer episodio, logra subir la vara de la serie y dotarla de una energía revitalizante a base de frases cortas y contundentes, y mucho (mucho) carisma.
El regreso de Godzilla
El tercer episodio, además, marca el regreso del protagonista absoluto de este universo: Godzilla. A través de uno de los flashbacks, comienzan las primeras pruebas para corroborar la existencia de criaturas gigantes a partir de la investigación de Miura, Randa y Shaw. Una de las teorías es la fascinación de estos monstruos por los elementos radioactivos.
Unas pruebas en la playa con una bomba nuclear, atraen al lagarto gigante que aparece emergiendo del agua en todo su esplendor y recibiendo el golpe de la explosión, desapareciendo luego. Los soldados creen que pudieron detenerlo, aún no saben lo que generaron.
La aparición de los monstruos (los conocidos y los más nuevos) es otro factor positivo de la serie, con el uso de efectos especiales a nivel cinematográfico que nos hacen sentir que estamos ante un gran evento televisivo. La secuencia final, con el enfrentamiento de un MUTO que desconocíamos, en lo alto de una montaña nevada, reaviva el sentimiento generado en películas anteriores como fue la de King Kong, una muestra que estamos ante un género que no se agota y puede deparar más sorpresas.
Monarch: el legado de los monstruos con su tercer episodio sigue funcionando como eje conector de las películas, pero también ampliando el universo con elementos que no habíamos llegado a imaginar. Las posibilidades que abre no sólo son alentadoras, sino que discuten con el agotamiento que otras franquicias multi-dispositivos alegan. La inclusión de una figura del espectáculo como Kurt Russell (y la aparición de John Goodman en el primer episodio) no hacen más que ensalzar un viaje que aún no habiendo llegado a la mitad, ya se siente positivo y satisfactorio.