El cineasta Edgar Wright, reconocido por dirigir películas como Baby: el aprendiz del crimen (Baby Driver - 2017) y Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sueños (Scott Pilgrim vs. the World - 2010), compartió sus reflexiones sobre el actual panorama de las franquicias cinematográficas durante su reciente participación en el podcast Happy Sad Confused.
Evitando controversias y sin referirse a estudios o nombres específicos, Wright expresó su frustración ante la tendencia de los estudios de programar múltiples películas de franquicias en un corto periodo de tiempo. En sus propias palabras, “es algo extraño: si pudiera retroceder a cuando era un joven cinéfilo y acababa de disfrutar de una película, y la gente dijera a la salida de la misma: ‘¿Adivina qué? Habrá una cada tres años durante el resto de tu vida’, yo diría: ‘¡¿En serio?!’ Eso es lo que me entristece, la falta de inversión en nuevas películas”.
Además, agregó: “Siento que hay ciertas cosas que amé y que no quiero volver a ver, o no quiero volver a verlas en mucho tiempo. Y repito, no voy a hablar mal de nada porque siempre se interpreta mal”.
Wright abogó para que algunas franquicias se tomen un respiro, permitiendo así que la audiencia recupere el entusiasmo. Si bien no proporcionó ejemplos específicos, aunque podríamos pensar en los extensos calendarios de Disney y Marvel, elogió la decisión de la saga de James Bond, que anunció un descanso para reflexionar sobre el futuro del personaje. Según Wright, “son lo suficientemente inteligentes como para detenerse y generar anticipación, para que estés emocionado por lo que viene”.
En la actualidad, Wright se desempeña como productor ejecutivo de la serie animada de Netflix, Scott Pilgrim da el salto (Scott Pilgrim Takes Off), que ya está disponible en streaming.