En el 2020, Yakuza: Like a Dragon marcó un antes y un después en la serie de Sega y Ryu Ga Gotoku Studio. Luego de alrededor de 20 entregas, entre las que se encuentran varios spin-offs, remakes y juegos que nunca llegaron a Occidente, aquel título sirvió como una especie de borrón y cuenta nueva. Aprovechando el cambio de protagonista y el nuevo sistema de combate que dejaba atrás el estilo beat ‘em up de los originales, ese juego daba comienzo a una nueva era en la que Yakuza pasó a llamarse Like a Dragon en nuestras tierras. Ahora, Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name continúa ese nuevo camino, aunque lo hace volviendo a las raíces de la serie para trazar un puente hacia la próxima entrega principal.
Kazuma Kiryu era el protagonista de la serie hasta Yakuza: Like a Dragon. Este personaje es uno de los más emblemáticos del gaming japonés, y como tal, su salida de la serie fue un evento de magnitudes enormes. En Yakuza 6: Song of Life, Kiryu se vio forzado a fingir su muerte, y así se transformó en el hombre que borró su nombre. Este nuevo spin-off cuenta su historia luego de aquel suceso: qué implica para Kiryu haber borrado su identidad, cómo se vio involucrado en los hechos de Yakuza: Like a Dragon, y qué lo llevará a formar parte del próximo Like a Dragon: Infinite Wealth, donde será uno de los dos protagonistas.
Durante su desarrollo, Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name originalmente fue planteado como un interludio dentro de Like a Dragon: Infinite Wealth para que los jugadores tengan claras las circunstancias de Kiryu, pero luego se optó por desarrollarlo como una entrega separada. Es por eso que esta experiencia es mucho más reducida en escala que las entregas recientes, y eso es algo que se siente durante todo el juego.
La narrativa de esta entrega nos presenta la nueva vida de Kiryu dentro de la facción Daidoji. Esta organización está involucrada desde las sombras en cuestiones políticas de Japón, y emplea como agentes a personas cuyos pasados han sido “borrados” para llevar a cabo sus objetivos. Kiryu, luego de descubrir un enorme secreto que podría arruinar la organización en Yakuza 6: Song of Life, ofrece fingir su muerte a cambio de su silencio, y así comienza su nueva vida como Joryu, un agente de los Daidoji.
Todo iba bien hasta que, sorpresivamente, un grupo de atacantes logran frustrar una operación de los Daidoji y reconocen a Kiryu como el yakuza que alguna vez fue. Esto lleva a nuestro protagonista a verse involucrado, una vez más, en los problemas de algunas de las familias yakuza más importantes de la serie, algo que desemboca directamente en los hechos de Yakuza: Like a Dragon.
La trama en sí, que abarca el por qué Kiryu se vio involucrado en aquel juego, es quizás algo no muy necesario. Cuando uno recuerda que esta entrega originalmente funcionaría como interludio de otro juego, empieza a notarse un estiramiento de la narrativa que podría haberse evitado. Lo que sí funciona muy bien es el centro emocional de la historia: Kiryu es un hombre que dejó todo de lado, y por más que quiera volver a ver a su familia y seres queridos, ya no puede.
Los fans del personaje, y de la serie en general, son los que más beneficiados se verán con esta narrativa. Además de apariciones de personajes icónicos, las emociones que Kiryu demuestra en esta historia son poco vistas para este personaje, y compensa algunas de las falencias de esta historia que en lugar de durar unas 10 horas, podría haber durado mucho menos de la mitad y funcionar incluso mejor. A pesar de aquella ventaja emocional que el fan puede tener, esta entrega no requiere haber jugado a todas las anteriores para entender las circunstancias de Kiryu, aunque el juego sí asume familiaridad con la trama de Yakuza: Like a Dragon.
Al significar el regreso de Kiryu al centro de una entrega de la serie, Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name también aprovecha para traer de nuevo la jugabilidad estilo beat ‘em up que caracterizó a todos aquellos juegos. En esta ocasión Kiryu cuenta con dos estilos de pelea: Yakuza, el cual es el mismo que utiliza desde los comienzos de la serie; y Agent, donde hace uso de diferentes gadgets como drones y cigarrillos electrónicos para ayudarlo en combate.
La jugabilidad de esta entrega es suficientemente tradicional como para que los veteranos de la serie se sientan como en casa, y no demasiado compleja como para abrumar a quienes se adentraron en Yakuza con el sistema RPG por turnos de Yakuza: Like a Dragon. Todo lo que uno espera de un juego de la serie está presente aquí: actividades secundarias como karaoke y el arcade de Sega, así como también historias secundarias que son donde el juego se toma licencias mayores para hacer guiños a historias de entregas anteriores.
En sí, Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es una experiencia simple. Tan simple, incluso, que por momentos le juega en contra. En su afán de expandir una historia que no lo necesitaba, hay momentos en los que la narrativa se ve frenada por objetivos sinceramente burdos, como por ejemplo subir hasta cierto rango en el coliseo de peleas, algo que en otras entregas se limita a ser contenido meramente secundario.
Esto también se siente en el elenco de personajes. La serie en general se caracteriza por contar con varios personajes que le dan vida a la historia, y suelen ser de lo más memorable de cada entrega. Incluso a pesar de que cada juego puede tomarse como una experiencia individual y son pocos los personajes que se repiten en más de un juego, los elencos suelen ser lo suficientemente amplios para llevar adelante las extensas narrativas que los contienen.
En este juego, sucede lo opuesto: la cantidad de personajes principales es tan reducida como la escala de la historia en sí. Por suerte, algunos de los pocos personajes que hay consiguen destacarse lo suficiente para ser memorables, aunque nunca llegando a las alturas de otros grandes de la serie como Goro Majima o incluso Daigo Dojima.
Más allá de la narrativa y de la jugabilidad, es innegable que Ryu Ga Gotoku Studio continúa haciendo magia con su Dragon Engine. Cada nuevo juego que el estudio lanza se ve mejor que el anterior, y en este caso en particular las calles de Japón se lucen de maneras tales que a veces cuesta creer que esto sea un videojuego. La serie siempre se caracterizó por transmitir la sensación de “turismo virtual” pero esta entrega lo lleva hasta los más alto.
En su totalidad, Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es un juego que quizás no hacía falta. La historia de Kiryu de cara a Like a Dragon: Infinite Wealth podría haberse entendido fácilmente de manera más compacta. De todas formas, esta entrega cumple su cometido de dejarnos pasar un tiempo, por más breve que sea, con un hombre que muchos de nosotros conocemos hace años y que, en teoría, ya está muerto. Incluso con sus falencias, este juego será un buen rato para todo aquel que busque prepararse para la próxima entrega. Tal vez no haga falta pedirle más que eso a un simple interludio.