Para todos los que jugamos Alan Wake, hace más de 13 años, Bright Falls quedó marcado a fuego en el imaginario popular. El pueblo que entonces recibía al escritor imaginario en medio de un bloqueo creativo que propiciaba una crisis existencial y, a la vez, ponía en riesgo a su matrimonio, sería el escenario de una de las historias de terror más icónicas de la industria. Luego de saborear los guiños en Control, con su fantástico DLC alusivo, y pasar la última semana con Alan Wake 2, les puedo adelantar que el regreso de Remedy a la franquicia de horror psicológico tiene sabor a obra maestra.
El arranque de Alan Wake 2 está conformado por una cuidadosa sucesión de escenas, sonidos y contrastes que establecen el clima de la aventura en cuestión de minutos. Una parte importante del disfrute se potencia si tenemos en mente los acontecimientos pasados, para lo que les recomiendo ver el video en donde el mismísimo Sam Lake nos pone al día, pero la entrega narrativa de Remedy es completamente autosuficiente. Cada ingrediente aporta su carácter de forma magistral, desde la tipografía, pasando por la combinación de colores y en especial la forma en la que fluyen los diálogos entre la dupla de agentes del FBI que protagonizan el juego.
Visualmente es un espectáculo técnico. Los efectos de iluminación y cómo se derrama la luz del atardecer rojizo a través del denso foliaje en el bosque alrededor de Cauldron Lake es sólo la punta del iceberg que representa las maravillas que nos esperan en el resto del juego. Tanto en el modo “Calidad” como en el de “Rendimiento”, que ostenta 60 FPS sin perder la espectacularidad visual, Alan Wake 2 se muestra como un título robusto. Así, Remedy toma distancia de otros lanzamientos más rocosos y demuestra que su motor propietario tiene lo que hace falta para entregar una experiencia de otro mundo a la par de su dirección artística.
No hay tiempo que perder, Alan Wake 2 es un survival horror extenso, pero respeta nuestro tiempo libre. Las actividades secundarias están claramente delineadas, aportan contexto interesante y, por lo general, están bien recompensadas. Pero, si decidimos priorizar el apartado narrativo, siempre habrá una chance para regresar a viejas locaciones y atar los cabos sueltos. Lo más importante, al menos en mi opinión, es la forma en que va entregando las pistas, los guiños e indicios que conforman una historia tan inmersiva como atrapante. Para garantizar la accesibilidad, Remedy ofrece 3 niveles de dificultad y créanme que aún en “Normal”, el desafío estará a la orden del día.
Saga Anderson es una protagonista fantástica, no sólo por lo bien que está construído su personaje sino por la maravillosa interpretación de Melanie Liburd. Desde el minuto cero estaremos inmersos en la delicada danza narrativa que son los diálogos que comparte con Sam Lake, en su rol de Alex Casey. Los amantes del buen cine reconocerán inmediatamente las referencias a Twin Peaks, pero además habrá todo tipo de guiños a obras detectivescas más modernas. Lo más hermoso de todo es que los homenajes no se interponen con la identidad del juego de Remedy, por el contrario, se sienten parte del universo extendido. Son el ejemplo perfecto de homenaje y referencia, lejos de la imitación o la simple copia.
Las primeras horas de Alan Wake 2 están dominadas por el costado detectivesco de la aventura. El menú de pausa nos lleva a un lugar en la mente de Saga, directamente referencial al “Método de Ioci”, en el que vamos a organizar las pistas y analizar las conexiones emergentes. Aquello que al comienzo parece aparatoso, pronto se vuelve un elemento troncal en la experiencia, que también tiene su contraparte cuando nos toca controlar al turbulento escritor. La exploración meticulosa está bien recompensada, no sólo a través de recursos y consumibles, sino por una increíble conexión con los protagonistas que alimenta la inmersión y nos hace sentir parte de la aventura.
Aún cuando pensamos que ya sabemos para donde va, la historia consigue sorprendernos y mantiene un componente de incertidumbre delicioso. Nos invita a explorar, a seguir adentrándonos en el claroscuro narrativo y a sacar nuestras propias conclusiones. El combate está bien resuelto y es un alivio para la mente, un desafío para los reflejos y se disfruta mucho más en el modo rendimiento. En este apartado hay un trabajo de pulido importantísimo, pero se siente enraizado en la obra original. Al menos en una primera impresión, cumple y le deja el protagonismo al resto de la propuesta.
Alan Wake 2 es una grata sorpresa en todos los frentes. Aún cuando las expectativas estaban por las nubes, en especial luego de haber disfrutado de una maravilla como Control, el nuevo juego de Remedy logró dejarme boquiabierto. Es un juego largo y todavía es temprano para dar una opinión definitiva pero, en cuanto a primeras impresiones, no me tiembla el pulso al anticipar que estamos ante un juego de horror psicológico exquisito ¿Tiene lo necesario para establecer un nuevo estándar en el género o se quedará, ni más ni menos, en un muy buen juego? Me parece que estamos ante un nuevo referente y, si logra mantener el nivel de las primeras horas a lo largo de toda la aventura, sin dudas uno de los mejores títulos de terror de la historia.