Frankenstein o el moderno Prometeo fue publicado en 1818 y escrito por la inglesa Mary Shelley, en una obra absolutamente gótica que ponía la discusión sobre la moral científica, la generación y crecimiento por parte de la humanidad y la discusión con Dios. Llevar la palabra Prometeo en su título involucra eso, arrebatarle a ese ser omnisciente y omnipresente el fuego sagrado de la vida. Para muchos, es la primera novela de ciencia ficción de la historia.
Una historia de este calibre, con un monstruo revivido por un científico (que le pone el título a la obra) con experimentos galvánicos -usando electricidad en cuerpos inertes- se convirtió en una referencia ineludible para el séptimo arte, a través del tiempo y atravesando diferentes géneros.
Frankenstein (1931), producida por Universal Pictures y dirigida por James Whale configuró la figura que todos conocen hoy del monstruo: su cabeza cuadrada, su color anti realista, los tornillos en su cuello, el andar complicado… Boris Karloff se convierte en leyenda representando a la creación del Dr. Henry Frankenstein.
Cuatro años después llegó la secuela llamada La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, 1935) que terminó por asentar al personaje en la cultura popular, con una continuación que mejora todos los elementos de su predecesora y que hace un trabajo espectacular con la humanidad o deshumanización del monstruoso protagonista. Elsa Lanchester se vuelve ícono como la novia del título.
En 1974 el personaje es tomado por Mel Brooks para crear una de las mejores comedias alguna vez realizada: El joven Frankenstein (Young Frankenstein). Protagonizada por Gene Wilder (el de Willy Wonka) como el científico, se utiliza la narrativa de la obra original para reírse no sólo de la sociedad y del momento histórico, sino también del género en sí mismo. Un sentido e inteligente homenaje a las películas de la década del treinta que aún hoy genera carcajadas.
A mitad de los noventa, y producto del envión de la Drácula de Francis Ford Coppola, se estrena Frankenstein de Mary Shelley (Mary Shelley’s Frankenstein, 1994) dirigida por Kenneth Branagh y con producción del director de la del vampiro. En los guiones, el famoso Frank Darabont (Cadena perpetua, La milla verde, La niebla). En esta versión menos aggiornada y más “precisa” del libro, los vemos protagonizar al propio Kenneth Branagh y a Robert De Niro como el monstruo, acompaña Helena Bonham Carter.
Dos versiones más para recordar: Frankenweenie (2012) de Tim Burton, basada en su mediometraje de 1984 y parodiando en animación blanco y negro la historia original llevándola a un perro; y por otro lado Victor Frankenstein (2015) que hace hincapié en la relación entre Victor Frankenstein (interpretado por James McAvoy) e Igor (interpretado por Daniel Radcliffe).