Parecía que este año estaba ya cerrado para el balance de Nintendo cuando llegó una oleada de anuncios relacionados al mundo Mario: remasterización de Luigi‘s Mansion, un videojuego protagonizado por Peach, el regreso de Super Mario RPG… y un nuevo videojuego en 2D llamado Super Mario Bros. Wonder.
El nuevo videojuego de la franquicia es el perfecto balance entre aquello que hizo a Super Mario Bros. la franquicia que es, y el condimento de nuevas mecánicas que revitalizan una franquicia que ya lleva más de 35 años en la industria. Si bien hace tiempo la Nintendo Switch se está quedando estancada a nivel técnico frente a otras propuestas de hardware, es increíble como puede Nintendo aún sacar gemas que quedarán en el catálogo de la consola cómo uno de los puntos principales.
Atado a la filosofía que Shigeru Miyamoto, histórico creador del personaje, le dio a esta franquicia, el concepto inicial es simple: el príncipe Florian nos invita a su Reino Flor, un lugar cercano a nuestro querido Reino Champiñón para mostrarnos las maravillas que yacen en sus aposentos.
Sin embargo, y como es de esperar, Bowser llega para robar el poder que tiene este mundo y promete destruirlo todo. Así es como nuestros personajes inician una aventura a través de varios mundos para intentar destruir los planes del histórico rival de Mario.
Super Mario Bros. Wonder contiene una estructura sumamente clásica que lo hace ver como un sucesor espiritual del querido Super Mario World. Son seis zonas de distintos biomas las que tenemos que superar, para así rescatar en cada una a un fragmento del poder maravilla que le sacará barreras a Bowser hasta llegar a su castillo y poder enfrentarnos cara a cara. El diseño de cada zona y cada nivel es sublime, tal como la historia de Mario lo amerita.
En cada zona tendremos diferentes tipos de niveles que podremos elegir en qué orden y cómo los queremos jugar. Muchos son plataformeros clásicos pero también hay carreras, búsquedas de tesoro, minijuegos y mucho más. Todos responden a la necesidad de conseguir Semillas Maravilla, unos objetos necesarios para desbloquear puertas y seguir avanzando en el recorrido. Si bien podría ser sólo un juego de habilidad, para poder vencer estos escenarios contamos con diferentes potenciadores.
Estos objetos no son tantos pero sí son innovadores. Sacando el hongo clásico que te hace crecer, la icónica (y eufórica) estrella y la flor de fuego; no se usan los habituales sino que se invierte en posicionar a tres nuevas habilidades: el Mario taladro, el Mario burbujeante y, por supuesto, el ya querido Mario elefante. Todas se diferencian bastante de habilidades que pudimos ver antes en la franquicia lo que le da a este título cierta originalidad respecto a los anteriores.
La gran mecánica que le da sentido al juego es la aparición de las Flores Maravilla. En casi todos los niveles hay una. y al momento de encontrarla se activará una secuencia especial que puede ser literalmente cualquier cosa. Mario se puede convertir en Goomba, el escenario puede cambiar radicalmente o puede empezar una sesión musical. Todo es posible en Super Mario Bros. Wonder y su mayor acierto es presentarnos como nunca un dinamismo que hace de cada nivel una experiencia completamente única y memorable.
A su vez, hay un fuerte foco (comparable a lo que vivimos en The Leyend of Zelda: Tears of the Kingdom este año) en dejar al usuario jugar como quiera. Hay un mecanismo de insignias que te dan habilidades especiales pero solo podés equipar una para afrontar el nivel, haciendo que tengas que encontrar tu propia estrategia para saber cómo es mejor pasar cada nivel. Así como el dinamismo de las flores maravilla, la libertad de las insignias es otro gran acierto. Sin embargo, esta mecánica tiende a quedar un poco opacada.
Acompañando el éxito que tuvo la película y la oleada de videojuegos que se anunciaron dentro del universo de Mario, hay más de 10 personajes utilizables. Podemos ponernos en la piel de Peach, Luigi o Daisy y pasar toda la experiencia así. Incluso, algunos como Yoshi o Caco Gazapo están pensados para funcionar como “modo facil” ya que no reciben daño.
Estos personajes también se pueden aprovechar en compañía, ya que podemos jugar de principio a fin de uno, dos, tres o cuatro jugadores. Un modo cooperativo que, en mi opinión, no suma tanto pero se entiende que sea parte teniendo en cuenta que el cooperativo de dos y cuatro jugadores es uno de los estandartes principales de Nintendo Switch.
A su vez, uno de los grandes sistemas innovadores es un modo online asincrónico donde podemos dejar estandartes que sirven para ayudar a otros usuarios en partes que nos compliquen del nivel. La forma de implementarlo me parece sumamente original y acorde a la jugabilidad para no agobiar con un modo multijugador que arruine el dinamismo que tiene ya de por sí esta obra.
Me encontré solo con una sensación contradictoria en Super Mario Bros. Wonder y es que todo el tiempo te están llevando tanto de la mano que muchas veces se sienten desaprovechados sus grandes aciertos. Hay un sistema de insignias super complejo que te da una libertad inmensa para pensar diferentes estrategias, pero no hay mucho desafío para ponerlo en práctica.
No sirve de nada gastar tiempo en usar el online asincrónico porque pocas veces hay situaciones que lo ameriten. A cada situación compleja, se le pone al lado una catarata de potenciadores o ayudas tan explícitas que terminan generando una contradicción: te dan una enorme libertad para que juegues como quieras, pero no hay mucho márgen para que la utilices. Es acá donde Super Mario Bros. Wonder sienta unas bases que son espectaculares pero siento que podrán aprovecharse mucho mejor en futuros juegos.
A nivel artístico este Super Mario Bros. es, valga la redundancia, una maravilla. Cada pequeña acción tiene una animación detrás, cada sutileza está trabajada con un nivel de detalle y con una sensación caricaturesca que hacen del juego un espectáculo visual constante. En cuanto al sonido, hay muchas más voces que lo habitual lo que genera un estímulo constante al oído y, como ya se está haciendo costumbre, hay grandes partes musicales que apuntan al funk o al jazz que son bloques completamente rejugables de lo bien que están desarrollados.
Si alguien me pregunta qué es Super Mario Bros. Wonder yo le voy a responder que es el Mario de nueva generación. Es un título que aprende de los errores de New Super Mario Bros para traernos una secuela de los clásicos de NES y SNES con toda la potencia y las posibilidades que le da Nintendo Switch. Es una conclusión de más de 35 años de aprendizaje, y a su vez, un excelente punto de partida para todo lo que vendrá.
Super Mario Bros. Wonder es una reivindicación del género y el personaje que le dieron a la industria de los videojuegos la personalidad para ser lo que es hoy. Mantiene todo lo auténtico que tenía hace 35 años y lo hace sobre una base de nuevas mecánicas que van perfecto con el género.
Si bien creo que algunas cosas quedan un poco desaprovechadas, ojalá este sea el rumbo de Mario de ahora en más. Ojalá todos los títulos de Nintendo mantengan este nivel de calidad y maestría tanto en diseño como en ejecución. Super Mario Bros. Wonder no sólo es una de las mejores propuestas de Nintendo Switch sino también de un 2023 intratable por la gran cantidad de tanques que salieron mes a mes.