Sonic The Hedgehog es uno de los personajes más importantes en la historia y la industria de los videojuegos. Aunque a algunos les cueste digerirlo, la pelea contra el fontanero de Nintendo pasó a la historia y su fórmula de plataformas rápida y frenética marcó a una generación de jugadores. SEGA entiende muy bien esto, y a pesar de haber elegido propuestas alternativas en sus años de desarrollo, siempre entendió que la mejor forma de jugar Sonic es una.
Algunas propuestas muy polémicas en estos últimos años hicieron de la fama del Erizo algo volátil, y a pesar de que ser un hombre lobo o un caballero del medioevo no le resultaron, la clave del éxito siempre parece estar en uno de los clásicos de todos los tiempos. Tanto es así, que por suerte entre tanta prueba y error existen cosas como Sonic Generations y Sonic Mania para recordarnos que correr rápido, elegir la ruta, encontrar coleccionables y pensar en críticos segundos cada decisión son la fórmula ganadora.
Sonic Superstars, lo nuevo de SEGA para el queridísimo Sonic es eso, y no mucho más, pero esto último está muy bien. Y a pesar de estar muy bien, ya que el nuevo título plantea una vuelta total a lo clásico sin incumplir ninguna regla, es inevitable pensar en que del otro lado del charco, el fontanero y sus nuevas propuestas sí logran innovar una fórmula que ya era ganadora. No vamos a volver a los ‘90s y hablar de guerras, pero sí podemos aclarar que Superstars es una vuelta muy cuidada y poco arriesgada para los fanáticos del más rápido de todos los videojuegos.
Acompañado de Tails, Knuckles y Amy, Sonic se enfrenta nuevamente al Dr. Eggman en 11 zonas divididas en actos, completamente diferentes entre sí. También con dificultades variables, mecánicas conocidas, algunas nuevas y muchos secretos por descubrir. Al mejor estilo de su repertorio de juegos que ya nos dejaba comandar a otros miembros de la banda, las zonas tendrán sus propios caminos para cada personaje y la rejugabilidad así encuentra su lugar.
Atravesar niveles de Sonic siempre, en un principio, es una tarea que parece tediosa. Ir para adelante, saltar un par de veces, y casi que por arte de magia o suerte nos encontramos con un secreto. Superstars, en su mejor intento de no ser llamado un remake 1 a 1, es la propuesta del erizo que más me sorprendió en los últimos años con respecto a esto último. Es fuerte llamarlo “exploración”, ya que ese es un término que podríamos dejar para Sonic Frontiers, pero la capacidad de darnos una pasada nueva en cada intento hace que quien disfruta verdaderamente de esta fórmula, vea un resultado muy pulido y gratificante por este lado.
Quienes siguen la franquicia hace años, no solo lograrán sentirse en casa, si no que algunos cambios y posibilidades con las esmeraldas caos le darán al juego otro gusto, pero sin darlo vuelta por completo. Escondidos en los niveles encontraremos distintos portales que nos llevarán a minijuegos vacíos, carentes de intención, pero que sirven para acumular algunos anillos más y llegar mejor preparados al jefe, o en el mejor de los casos: conseguir un nuevo poder.
Sonic y su equipo utilizarán, con una carga entre checkpoints, uno de los siete poderes disponibles asociados a cada esmeralda caos. Cada uno pensado para una sección particular de cada zona, olvidables por momentos pero que dan al jugador libertad de combinarlos y encontrar nuevos caminos y opciones. Sin caer en el spoiler, este es quizá el desafío más interesante que tiene Superstars en su haber, ya que conseguirlas todas no sólo habilitará un poder especial, si no que también traerá algunas sorpresas.
Es importante remarcar que otra novedad de esta entrega es la capacidad de jugar multijugador en casi todas sus áreas, más allá de las particulares para cada personaje. Punto a favor en esta última, ya que nos deja incluso jugando solos, variar aunque estemos casados con la idea de ser Sonic. En su apartado para varios jugadores, el juego no brilla por ningún lado y personalmente creo que afecta rotundamente a la experiencia. En un intento de sumarse a las tendencias de juegos de plataformas, la fórmula clásica y rápida que Sonic Superstars trae devuelta no se adapta a coordinar a dos jugadores, ni hablar de cuatro, en sus altas velocidades.
Lamentablemente quien no congenió jamás con Sonic y su forma de juego, no tendrá lugar en Superstars. Ni sus modos multijugador, sus capacidades de customización de personajes o sus niveles más “fiesteros” nos sacan del objetivo que Superstars tiene para su público: ser un viaje nostálgico que, en un apartado 3D de muy alta calidad, nos regala un nuevo paso en las plataformas de alta velocidad.
Sonic Superstars apela a la nostalgia para ganarse su lugar en un año repleto de lanzamientos increíbles. La industria va para un lado, y Sonic intenta seguirle el ritmo, pero ni Frontiers pudo satisfacer esa necesidad de cambio. Superstars, por su lado, lo hace volviendo a lo que el fan del erizo quiere y disfruta, variando muy poco y lamentablemente perdiendo una oportunidad de innovar en un multijugador que se siente apurado y sin mucho ingenio. Así y todo, Sonic y sus amigos vuelven a rescatar animales y hacerle la vida imposible a Eggman, y eso no está para nada mal.